Donostia se cierra a los grandes cruceros y regulará los autobuses de grupos
El Plan Director de Turismo Sostenible 2023-2027 apuesta por «calidad de vida y de visita frente a cantidad de visitantes»
El nuevo Plan Director de Turismo Sostenible 2023-2027 de San Sebastián apuesta por «calidad de vida y de visita frente a cantidad de visitantes». Por ello, el Ayuntamiento ahondará en las medidas de regulación y gestión del destino, algunas ya en marcha como la limitación de licencias hoteleras y otras novedosas como el control de la llegada de autobuses de excursionistas. Y para «anticiparse» a los problemas que genera el sector, creará un Observatorio de Turismo que le permita «tomar decisiones basadas en datos» con el fin de «adoptar las mejores soluciones» en beneficio de la «convivencia» de turistas y donostiarras.
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Al Ayuntamiento «no le interesa» captar grandes cruceros ni a quienes buscan sol, playa y fiesta
El plan establece cinco ejes principales de actuación: sostenibilidad, equilibrio, calidad, autenticidad y colaboración. También define el tipo de visitante que «interesa» a la ciudad. Se apuesta por «buscadores de vivencias» y turistas «respetuosos» y de «alto valor añadido», para lo que se centrará la promoción en países como Francia, Reino Unido, Irlanda, Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos, países nórdicos, EE UU, Canadá, México, Japón o Corea, además del mercado local, regional y estatal, que representa un porcentaje mayoritario de quienes llegan a la capital guipuzcoana.
«No interesa» captar turismo «masivo», categoría en la que se incluyen los grandes cruceros, el turismo de fiesta, sol y playa y el de «borrachera». Tampoco los grupos grandes y «fugaces», que pasan «sin apenas contacto» con la cultura, identidad y costumbres de la población local y pueden «colapsar la ciudad».
Un modelo «asumible»
El alcalde, Eneko Goia, subrayó durante la presentación del Plan Director a los agentes de la industria en Chillida Leku que «en Donostia siempre ha existido turismo, incluso antes de que existiera la palabra turismo» y reconoció que la actividad turística provoca «molestias e inconvenientes», por lo que el Ayuntamiento «seguirá construyendo marcos legales –declaración de más zonas saturadas de alojamientos como ya lo es la Parte Vieja, regulación de grupos guiados, nueva ordenanza de pisos turísticos, distancias entre negocios de hostelería...– que protejan los derechos de los vecinos e impidan un crecimiento anárquico y desmesurado» tanto del número de visitantes como de la oferta hotelera, que hoy asciende a 18.000 plazas.
«Defendemos un modelo de turismo sostenible o asumible y tomaremos decisiones sobre certezas y datos», anunció Goia, quien dijo confiar en que la ciudad «siga acogiendo bien a los que nos visiten». El regidor jeltzale advirtió de que el reto es «mayúsculo» y la «prioridad será que los donostiarras vivan a gusto en su ciudad, algo que estará en el centro de nuestra estrategia turística».
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