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La diversión regresa a Igeldo cien días después
El parque abre sus puertas con aforo limitado al 60%, protocolos de higiene y algunas atracciones cerradas por seguridad
El de 2020 no será un cumpleaños cualquiera para Afrika. Esta niña donostiarra residente en Hernani temía que, como les ha ocurrido a muchos de ... sus amigos durante el confinamiento, tendría que conformarse con celebrar sus ocho añitos por videollamada. Por fortuna, el impacto del coronavirus ha remitido y, con la llegada de la fase 3 de la desescalada, ha podido festejarlo con un plan familiar en el parque de atracciones: «Voy a montarme en todo».
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Bajo estrictas medidas de seguridad y con aforo limitado al 60% -de 1.500 a 900 personas-, las instalaciones del monte Igeldo reabrieron ayer sus puertas para recibir a los primeros 700 visitantes tras casi cien días de cierre forzoso por el estado de alarma. No todas las atracciones están en marcha, pues en algunas resulta imposible mantener la distancia de seguridad. Es el caso del Paseo de la Risa, el gran tobogán, las camas elásticas, la pesca de patos o el Taga-J, una especie de olla giratoria con colchonetas y balones gigantes que enloquece a los más pequeños.El resto de actividades ya se encuentran en funcionamiento: el Río Misterioso, la Montaña Suiza, el carrusel, los autos de choque, las casetas de juego, la Casa del Terror, el Gran Laberinto o el Cosmicar, un clásico que ha completado la reforma iniciada el pasado año.
También ofrece imagen renovada el torreón del hotel, desde el que se puede disfrutar de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. El alojamiento acaba de reabrir y ya han empezado a llegar las primeras reservas. Los horarios de apertura se han tenido que adecuar a las circunstancias. Este fin de semana, el funicular funciona de 11 a 14.30 horas y de 15.30 a 21 horas, mientras que las atracciones están encendidas de 11.30 a 14 horas y de 15.30 a 20.30 horas. El parón a mediodía viene impuesto por la necesidad de proceder a la desinfección general de las instalaciones, una operación que se completará al menos dos veces al día. Algunos elementos de uso común como barandillas, botones, volantes y similares se limpian de manera constante.
A la entrada de todas las atracciones y juegos se han colocado dispensadores de gel hidroalcohólico a disposición de los visitantes, a cuya colaboración apelan los responsables del parque para disfrutar sin riesgos de una jornada de diversión. A medida que se vayan relajando las exigencias sanitarias, el recinto ampliará su aforo y oferta de entretenimiento.
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El uso de mascarillas es obligatorio tanto en el funicular, que sube y baja la ladera cada cuarto de hora, como en las atracciones. En los espacios abiertos en los que sea posible mantener los dos metros de distancia social, solo es recomendable.
Además de la cumpleañera Afrika, su padre Alberto Bartolomé y su amigo Omar Villasante, en la jornada de reapertura pudo verse a familias y grupos de amigos venidos de diferentes puntos del País Vasco, unidad territorial en la que de momento se permite la libre circulación en esta fase 3.
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La bilbaína Laura Andérez y la gaditana Marta Benítez, estudiantes de Medicina de 21 años, aprovecharon que venían en autobús desde Bilbao a ver a un amigo para subir a Igeldo y descubrir el parque. «Es la primera vez que venimos y estamos encantadas», confiesan frente a una de las casetas de juego.
Cerca de allí, en el mirador que sobrevuela la bahía de La Concha, los vizcaínos Goizane, Ane, Nuria y Ander se hacen un selfi para inmortalizar su fin de semana de excursión a la capital guipuzcoana. «Hemos venido un par de días y estamos alojados en un bungalow del camping de Igeldo», cuentan sin quitarse las mascarillas.
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Contemplar estas escenas, hasta hace tres meses habituales, es un motivo de ilusión para Pilar Pascual, directora del parque. «Tuvimos que cerrar en marzo, cuando se decretó el estado de alarma, y ha sido difícil para todos», explica. En abril, los 15 trabajadores que conforman la empresa -25 con los refuerzos de temporada alta- se tuvieron que acoger a un Erte y solo permaneció en las instalaciones un pequeño retén para labores de mantenimiento como limpiar cunetas o despejar sumideros.
Este mismo lunes, en cuanto la comunidad autónoma entró en la última etapa antes de la nueva normalidad y los parques de atracciones pudieron volver a funcionar según decreto del Gobierno Vasco, toda la plantilla salió del expediente regulatorio y se puso a preparar la reapertura. «En tres meses, el monte y el salitre te comen. Había mucho que limpiar, óxido que retirar... Aunque no lo parezca, se nota que por aquí no han pasado visitantes», relata Pascual, quien confía en que poco a poco el público pierda el miedo a hacer planes y sienta Igeldo como un «espacio seguro».
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