Ciudadanos | Lorea González

«Si el cliente confía en ti le convencerás e irá a Cabo Verde y no al Adriático»

– Poder de persuasión el tuyo. El cliente quiere navegar en velero por el Adriático y tú le envías a ¡Cabo Verde! Archipiélago volcánico macaronésico situado en el Atlántico, frente a las costas senegalesas...

– Son tantos años en el negocio... Muchos de nuestros clientes lo son desde hace decenas de viajes. Tantos que a veces más que decirte ellos o ellas a dónde barajan ir te dicen las fechas o la época del año y te piden les hagas sugerencias. Y sí, es verdad. Aquella familia quería navegar por el Adriático. No en un crucero-rascacielos sino en un velero o al menos en algún barco de eslora y alturas lógica, donde el mar no estuviera al fondo, diez pisos más abajo. Pero conociendo sus gustos, analizando sus anteriores viajes y teniendo en cuenta que acaban de añadir Cabo Verde como uno de los nuevos destinos desde Loiu, imaginé que podría gustarles la propuesta. Y les gustó.

– Una combinación Japón-islas Fidji suena esplendoroso, costosísimo, dificilísimo de organizar. Y además, te hace coger el atlas para saber si no tienes que doblar el mapa o si no cambias de hemisferios, de trópicos, cada vez que tomas una conexión...

– Son viajes espléndidos, cierto, y cuestan lo que cuestan pero sí, se pueden planificar. Con tiralíneas, pues son conexiones asombrosas. También lo es un destino que combina Estados Unidos con Polinesia. Pero no creas, sigue habiendo quienes son felices cogiendo un avión que les lleve a un hotel de donde no salen y donde no se quitan la pulserita que certifica que todo, hasta el mojito y el sol, está incluido en el precio. A pesar de todo...

– ¿Sí?

– No voy a decirte que detectemos mucha gente preocupada por las emisiones de CO2 que implican los vuelos trasatlánticos o incluso los de media distancia, pero sí que ya estamos hartos de lugares-no lugares como son los aeropuertos más monstruosos. Tú me has dicho que temes el de Frankfurt, pues yo te diré que las dos únicas veces que he perdido mis conexiones ha sido en el Charles de Gaulle parisino. En una de ellas, mi destino era isla Mauricio. Horribles son también los controles. Otra vez que viajaba cuando uno de nuestros hijos era aún bebé me dijeron que tendrían que analizar... ¡la leche del biberón! Todos hemos tenido en algún viaje la sensación de que al entrar en un aeropuerto eras literalmente secuestrado, perdías tus derechos o te consideraban un bulto de equipaje más. Es normal lo que sucede en Japón...

– ¿El qué?

– Muy poca gente utiliza los vuelos interiores para ir de una ciudad a otra. Aunque los hay y Japón está muy bien conectado –lo sé porque viví un tiempo allá– todos se desplazan (nos desplazábamos) en los trenes bala: rápidos, fiables, seguros, más baratos.

– Una pregunta que imagino interesada por mi parte. ¿Qué pasa si en un aeropuerto pierdes el embarque por tu culpa pero no porque estés en el duty free sino porque te has liado con las terminales y las puertas?

– Acaso quien está en el mostrador se apiada de ti y te recoloca en otro avión. Aunque, pierdas el embarque por lo que lo pierdas, para la aerolínea la culpa siempre será tuya. Quizás te salga bien llorar, pero es mejor tener a mano el móvil de tu agente de viajes. Estamos disponibles 24/7 y sabemos tratar, rogar e incluso doblegar a las más feroces compañías.

– Interesante. ¿Un consejo para evitar la terrible sensación de ver que tu maleta no sale por la cinta de recogida de equipajes?

– Uno que en realidad yo no había seguido aquella vez que me la perdieron en México. Si viajas con alguien, dispón la mitad del contenido de vuestras respectivas maletas en la del otro. Así, al menos no te pasarás 24, 48, 72 horas sin nada que ponerte, sin líquido para las lentillas, sin...

– Tú facturas tu maleta, ¿no?

– Sí. Me espanta esa lucha sin cuartel en la cola de embarque para entrar la primera y así tener sitio para meter tu maleta en los huecos sobre los asientos. Me aterran las contorsiones que has de hacer para que quepa. Además, ¿cuántas veces acaban llevándotela a la bodega y has de esperar a que te la saquen al aterrizar?

– Viajar se nos ha convertido en...

– Algo totalmente prioritario. Más allá de las vacaciones oficiales y la luna de miel. Necesitamos viajar. Ya sea un fin de semana a Milán, quince días a Benidorm o un mes para pescar en Mongolia.