Atotxa supera el test del día a día
Gestores, Ayuntamiento y usuarios se muestran satisfechos de una infraestructura por la que han pasado 1,2 millones de viajeros y 72.000 autobuses
AINGERU MUNGUÍA
Domingo, 21 de agosto 2016, 08:44
«Han pasado seis meses y me han parecido seis años. El reto era bestial y todo ha salido bien. Se ha logrado que no pase nada, salvo que la gente se monte en el autobús». Se podía decir de otra manera, pero las palabras de un alto responsable de Murias, una de las empresas que construyó y que gestiona la nueva estación de Atotxa, resumen bien el sentimiento de los gestores de este equipamiento, una impresión compartida con los responsables del Ayuntamiento. La noticia hoy, al cumplirse el primer semestre de funcionamiento de la infraestructura, es que no hay noticia. Aunque aún quedan cuestiones por pulir, la nueva estación ha despejado algunas incógnitas que existían sobre su dimensionamiento, sus accesos, y sus dársenas, e incluso registra ocupaciones del parking esperanzadoras. En el 'debe' habría que apuntar que sigue sin disponer de una señalética en condiciones.
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Las polémicas acompañaron hasta el final la construcción de la estación de autobuses de Atotxa. Tras la inauguración del 6 de febrero, comenzó una nueva historia, la del funcionamiento de un equipamiento que donostiarras y visitantes anhelaban desde hace décadas. El cambio de ubicación, el nuevo acceso por el paseo Bizkaia y puente María Cristina, la cantidad de dársenas, la gestión del día a día dejaban un montón de retos por superar. Los gestores lo sabían y ahora se muestran satisfechos tras sudar la camiseta. «Hemos realizado una inversión salvaje, el reto era bestial y aunque donde tenemos el dinero es en el parking la prioridad era la estación de autobuses», explican.
Los responsables de Murias afirman que el día a día ha ido sobre ruedas. Atotxa ha dado servicio a 1.246.988 viajeros (hasta el 16 de agosto) y por sus dársenas han pasado 72.000 autobuses, con una aumento creciente, mes a mes, de los tránsitos debido al incremento de visitantes en verano. De hecho, la semana de mayor tráfico fue la de San Fermín, cuando Atotxa registró 80.000 viajeros (entre el 6 y el 13 de julio) con un pico de 14.000 pasajeros (el doble que un día normal) el 9 de julio, cifra récord del semestre.
Algo que han aprendido los gestores es que, aunque las cifras de pasajeros no varían mucho de unos meses a otros, el tipo de viajero y el uso que se hace de la estación es muy distinto. Hasta junio trabajadores y estudiantes fueron los usuarios principales, con una permanencia fugaz en la estación y un uso escaso de sus servicios, por ejemplo los baños, pero imprimiendo un «estrés significativo» a la estación en determinadas franjas horarias de lunes y viernes. A partir de julio, el panorama mudó. Con el cambio del tipo de viajero desaparecieron los altibajos, el uso de la estación fue más equilibrado a lo largo de cada jornada, eso sí con una presencia más prolongada de los pasajeros en la estación y con un mayor uso de sus servicios.
La queja que se suscitó desde el primer día sobre la escasez de asientos para esperar a los autobuses se sigue reproduciendo hoy pero con menor intensidad. Se han duplicado las unidades, y los gestores explican que si se pusieran más entorpecería los tráficos y la accesibilidad de la estación. «Los viajeros además pueden sentarse en la cafetería sin tener que consumir», explican.
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Una de las curiosidades del día a día es que todos los meses hay entre 8.000 y 10.000 viajeros menos que llegan respecto a los que salen de Atotxa (4-5% de los viajeros totales), algo que se atribuye a que algunos pasajeros de determinadas líneas se bajan (por ejemplo en Pío XII) antes de llegar a Atotxa, pero luego regresan desde la estación. Uno de los aspectos positivos de estos meses es que los autobuses llegan a la estación con un mayor número de pasajeros en sus asientos. Si en febrero la media rondaba los 16-17 viajeros por vehículo, las cifras actuales hablan de 20 ocupantes por bus.
Murias considera que todo ha funcionado «a la perfección» gracias al esfuerzo e implicación de las compañías de transporte que operan en Atotxa «que ha sido de 10». El acceso por el paseo Bizkaia «ha funcionado bien», según los gestores y la propia responsable de Movilidad del Ayuntamiento, la concejala Pilar Arana, salvo en «momentos puntuales» de retenciones que se han producido este mes de agosto. Los conductores de los autobuses y los taxistas siguen reclamando que uno de los tres carriles de esta vía se reserve al transporte público. El separar los carriles de bajada a la estación para autobuses y coches «se ha demostrado un acierto» porque se han producido «cero conflictos». Los conductores señalan que el giro desde el paseo de Bizkaia al puente María Cristina tiene un punto de peligrosidad porque se invaden los carriles del sentido contrario, aunque no se han registrado percances. Iván Sánchez (Alsa) opina que la nueva estación comparada con la antigua «es una maravilla». Admite que algunos días en verano «se produce un poco de atasco» en el paseo de Bizkaia y considera que las rampas de bajada y salida de la estación «están muy bien».
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¿Se ha construido una estación pequeña? Era una pregunta que se hacían muchos durante su construcción. El día a día no solo ha demostrado que son suficientes, sino que el propio gestor asegura que «tenemos capacidad para que entren el doble de autobuses o incluso más». Su pelea está en lograr que los servicios discrecionales de transporte dejen también en Atotxa a sus viajeros «y no estén estos autobuses circulando todo el día por la ciudad».
«Baños muy limpios»
María Zabala viene y va a Mutriku. Valora mucho que la estación esté junto al tren. «El bar y la consigna están muy bien, y los baños muy limpios. El hecho de estar a cubierto y tener luz natural es otro punto a su favor. Lo que no funciona bien son las máquinas de billetes que generan unas colas enormes».
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Isabel trabaja en Vitoria y usa mucho la estación. Coincide con María en valorar el esfuerzo por mantener los baños en muy buenas condiciones y aprecia como muy positivo los 15 minutos gratuitos del parking. Es una de las que cree que hay «pocos asientos» y explica que de febrero a aquí ha mejorado la confusión que había entre puertas y dársenas en los paneles de información gracias a que ya solo aparecen estas últimas. Marc espera con su tabla de surf a coger un bus que le lleve a Barcelona. No conoció la estación de Pío XII y opina que la nueva «está bien». Echa en falta una mejor señalización e indicaciones de cómo coger el Topo. Maider Díaz encuentra el equipamiento «cómodo, céntrico, accesible, con parking», algo muy diferente a lo que había antes «que era una locura».
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