Juan Mari Lujanbio: «En Fortuna me han dado un Ferrari cuando solo les hacía falta un chófer»

Juan Mari Lujanbio (San Juan, 1961) tiene cuerda para rato. Él mismo se denomina «una guindilla» y a sus 61 años se ha proclamado campeón de la Liga de veteranos con Fortuna. Se mantiene como un pincel.

– ¿Cómo va el verano?

– Pues la verdad que muy bien, aunque con un poco de sorpresa. El año pasado estuve en Pedreña y había decidido dejarlo de verdad, pero tengo muchos conocidos y hago favores. Quería estar más tranquilo en el día a día, porque se me hacía un poco duro ir a entrenar a diario. Pero este año he vuelto a estar al pie del cañón y he estado con Fortuna en la Liga de veteranos.

– ¿Y cómo surge la oportunidad?

– Me llamaron los del club y me dijeron que me necesitaban. Que les hacía falta algo de ánimo, de orden, de normas para llevar el bote. Había un par de patrones, pero que me querían a mí. Además, ahora vivo en Laredo, pero me dijeron que me necesitaban solo para las regatas.

– ¿Durante la semana no iba a entrenar? ¿Iba a mesa puesta?

– Me decían que eran un equipo ya hecho y que sólo necesitaban que les sacara todo el rendimiento. Y acepté. Sigo siendo ligero, tengo veteranía y el bote apuntaba a mejorar. Debuté un sábado de junio en Zumaia y ganamos la regata. Luego en Orio. Ha sido un verano perfecto porque hemos ganado ocho banderas de once, además de la Liga. El trabajo lo han hecho los otros dos patrones, tanto Mikel como Urko, lo mío ha sido una excepción. Tú montas y ya está. Aunque el grupo ha respondido como un reloj.

– ¿Cómo ha sido la experiencia?

– Muy buena. Siempre he estado con chavales jóvenes a los que les falta experiencia, la veteranía de antaño. Pues aquí no, aquí era gente de 55-65 años. Había también tres mujeres, porque los botes eran mixtos. Ibas a las regatas y no tenías más que dirigir y animar. El resto aportaba cada uno su granito de arena; recoger los estrobos, llevar los remos, tomar el café juntos... Echaba en falta esa dinámica. Los entrenamientos terminan en el vestuario. Yo fui el primer día a Zumaia y dije «ostras, esto es una gozada». Me recordó a los años de San Juan.

– ¿Qué me dice del nivel de la Liga de veteranos?

– Es muy alto, sí. Cuando me dijeron veteranos pensé que iba a estar con gente mayor que no estuviera en forma, pero he estado con uno de 65 años de Asteasu y... nivelazo físico. Es de caserío y tiene unas cualidades asombrosas. La gente hace invierno, hace descenso, se preparan para competir en regatas de trece minutos con esos años. Por momentos han hecho tiempos de las mujeres de la Liga Euskotren no han hecho regatas de pachanga. La Liga se está consolidando. Están los zarauztarras de Badok, Zumaia, las vizcaínas de Iberia y Getxo. Hay mucho nivel.

– ¿Ha sacado el látigo?

– (Risas) Pues sí, no te voy a mentir. La gente ya sabe cómo soy, soy una guindilla. Hay veces que la mujer me dice que pare un poco porque no paro, pero es que soy así y el cuerpo me llama. Pero es que además los remeros se preparaban para eso. Eh, no están como los remeros de élite, pero casi, casi....

– Encima han hecho un verano perfecto.

– De once regatas, ganar ocho y llevarte la Liga... imagínate. El año pasado, Badok ganaba todo y este año hemos sido nosotros, Fortuna. Llevaban varios años haciendo equipo y cuando están todas las cosas bien echas el bote va y funciona. Hay una base importante, me han puesto un Ferrari cuando solo hacía falta un chófer. Quiero agradecer al club la oportunidad, a todos los esponsors, al Ayuntamiento de Donostia y en especial al alcalde, que se portó muy bien con nosotros en el recibimiento.

– Toda la vida siendo patrón... ¿qué cualidades tiene que tener?

– Se está viendo que ahora hay que tener un físico especial; ser una persona ligera y que tenga fuerza para los movimientos de mala mar. Y luego, evidentemente, tiene que tener mucha cabeza, carácter para imponerse. Ahí van catorce gallos y tiene que haber uno que ordene el corral sobre la trainera.

– ¿Cómo ve la Liga Eusko Label?

– Muy igualada y con mucho nivel. Se están viendo cosas raras. Quien conozca un poco el mundo del remo entiende que las diferencias de Lekeitio no son normales. Hubo minuto y pico entre algunos. En las regatas gana uno y hay que aprovechar las oportunidades, que se lo digan a Ondarroa. Parecía al principio que había un gran favorito por la trayectoria, por la selección que había hecho Bermeo, pero Hondarribia siempre está ahí. ¿Falta gente? Pues pum, cantera.

– ¿Y Donostiarra?

– Viene teniendo buena trayectoria, sin duda. Este año parece que está marcando esa diferencia respecto a otras temporadas. Ha ganado regatas y está en la pelea. Lo malo es que cuando uno se despista, el cuarto o el quinto se mete y se cuela. Entre los cinco primeros hay igualdad, salvo cuando hay malas calles y mala suerte. Y luego está la cola. Creo que los gallegos han tenido mala suerte.

– ¿Le ha sorprendido alguien?

– Kaiku, la verdad, pero sobre todo Getaria. Les conozco y son unos chavales de la leche. Todos del propio pueblo menos uno que es de San Juan. Tienen un hambre y alegría que es lo que te hace rendir. Pero todo es trabajo. Han estado un año y otro: pum, pum, pum. Sin parar de remar. El pasado estuvimos peleando con ellos, bajamos nosotros y mira. Luego Kaiku tienen a Korta, que es perro viejo, y también se nota.

– ¿A quién ve favorito en La Concha?

– La Concha es diferente porque no hay cupos. Hay clubes que parten con ventaja, sobre todo Urdaibai. Pero en La Concha hay que ir y venir, no hay más. No hay tres ciabogas que se escapen, es una regata muy diferente. Las tandas también influyen, pero no podría decirte favoritos.

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