«Se prevé una liga igualada entre los cuatro botes»

Las tres embarcaciones que sacan pecho son Orio, Donostia Arraun Lagunak y Donostiarra, que se repartieron las victorias invernales. La Lugañene venció por centésimas en Hondarribia, la Txiki le devolvió la moneda en el Oria y la Torrekua I le birló a las aguiluchas el título vasco de larga distancia en Legutio. En las dos primeras citas bogó Hondarribia y no estuvo tan lejos de las banderas, evidenciando una gran mejoría respecto a 2019. La mar -y la ría bilbaína- confirmará o desmentirá la impresión previa desde mañana en A Coruña.

En su tercera campaña seguida en la competición, Hondarribia-Bertako tratará de mejorar la cuarta posición en la que finalizó en sus dos participaciones. «El objetivo es evitar el farolillo rojo para no tener que disputar el play-off» de permanencia, afirma su entrenador, Iker Cortés. El sestaoarra es consciente de la evolución de su equipo, que el primer año salvó la categoría gracias a que San Juan renunció a su plaza, pero en el segundo se mostró más sólido aunque algo irregular dada su juventud. Con ese poso, el técnico afincado en Irun agradece la «experiencia» y la «continuidad» de la tripulación, que contabiliza las bajas de Garazi Ezquerro, Intza Fernández y Natalia Díaz, una de las más experimentadas de la formación, además de las juveniles Nora Irazusta y Jone Amunarriz. Por el contrario, recuperan ficha las canteranas Estibaliz Gezala e Iratxe Hernández, baja en 2019, y fichan de Donostiarra a Alexandra Arellano y Ane Mendizabal.

En los descensos de invierno, la Ama Guadalupekoa estuvo «bastante cerca» de Orio, Arraun y Donostiarra, por lo que Cortés presume un estío «muy igualado» en el que no renuncia a nada.

Donostiarra es la que apunta un mayor salto cualitativo al ser la que más se ha reforzado. También es la única que cambia de técnico. Maialen Arrazola -que vuelve tras dos años de parón por maternidad- releva a Iñaki Mendizabal, con Joserra Mendizabal en la zódiac. Pretenden «dar guerra en cada regata». La remera donostiarra cita a las oriotarras como «principales favoritas, pues son las campeonas y ya han mostrado su nivel este año. Arraun está cerca y Hondarribia también ha subido. Habrá más igualdad. Todas vamos a tener que sudar mucho para ganar».

Junto a Arrazola, llegan cinco remeras a las que dirigió en San Juan y no remaron en 2019 -Irati Larrañaga, Oihana Cereijo, Ioana Alijostes, Andrea Oubiña y Ane Mendizabal-, la canterana María Unzueta (Ur Kirolak) y la patrona Natalia Tubio (Riveira). La falta de horas en el agua por el Covid-19 es un hándicap mayor para Donostiarra, porque «las demás mantienen el bloque y el entrenador, y yo he cambiado muchas cosas, incluida la remada». Con todo, cree que «hemos salido bastante bien de la situación».

Cuartas en 2017, terceras en 2018, segundas en 2019, ¿y en 2020? «El objetivo es estar lo más arriba posible», deja abierto con su respuesta Ekain Iriarte, que sigue formando el tándem técnico de Donostia Arraun Lagunak junto a Patxi Olabe, a los que se ha sumado este verano Juan Mari Etxabe. Por segundo año, la plantilla de Martutene presenta pocos cambios. Tiene seis bajas, especialmente sensibles las de Ainhoa Egiazabal y Eztizen Duque. Las suplen con Maialen Bikonda, Lucía Canal, María de Frutos, Laura Jaramillo y Lorea Etxabe, hija de Juan Mari Etxabe. El oiartzuarra condujo a San Juan a lograr sus tres primeras ligas y otras tantas Conchas -antes lo ganó todo en Castro-, y aportará su saber hacer a la Lugañene. «Todo el equipo ha ganado en experiencia», valora Iriarte. Arraun se venía caracterizando por su raza, por crecerse ante la adversidad. «Son un equipo muy guerrillero», resalta Iriarte sobre sus remeras, que ellas mismas constatan en voz baja que el bote va más rápido que hace un año. En los descensos de Hondarribia y el Oria acabaron en el mismo segundo que Orio. «Estamos capacitadas para estar arriba», pero «los cuatro botes estamos igualados», observa el técnico donostiarra con prudencia.

Las aguiluchas podrían parecer un poco menos favoritas este año que son campeonas que el anterior cuando eran meras aspirantes a un título que nunca habían logrado. En cambio, su técnico, Xanti Zabaleta, no duda en cargar con la vitola de principales candidatas. No le faltan motivos: «Somos las campeonas» y, además, mantienen «el 90% de la plantilla». Sin embargo, el oriotarra conviene en que «va a ser una temporada bastante abierta, porque el resto de equipos se han reforzado». Espera, por tanto, una «mayor competitividad», lo que «siempre es bueno para el deporte».

Para defender la corona, la Txiki no ha pescado remeras en otros puertos. Ha faenado en casa, al incorporar «jóvenes de la cantera que vienen empujando fuerte», como Edith Uranga, Sarai Idigoras, Ane Arruti y Lyudmyla Davidenko, de origen ucranio. A ellas se suman los regresos de las también canteranas Lukene Lizaso, que no remó en 2019, y Amaia Arregi, que llevaba tiempo fuera de las tostas. Causan baja Leire Arriola y Olatz Ortega, titulares la mayor parte del verano pasado, y Amets Aranguren, básica en la rotación. Zabaleta está «contento» con su plantel, que en A Coruña pondrá el contador a cero.