Donostiarra contiene el ataque final de Hondarribia

Las victorias de Matrix Hondarribia el pasado fin de semana en Sestao y Santurtzi, y el triunfo de Urdaibai en el Campeonato de Euskadi habían relegado a un discreto segundo plano a Amenabar Donostiarra, que sin embargo siempre estuvo ahí. Pero en deporte, como en casi todo en esta vida, ya se sabe que la historia la escriben los vencedores y en ese sentido el capítulo correspondiente a la bandera de Getxo llevará la firma de Kaiarriba. Su emocionante largo final con la Ama Guadalupekoa recordó al vivido anteriormente en Donostia y Orio. Y es que da la sensación de que está comenzando a forjarse una rivalidad que va incluso más allá del agua con la impugnación de las dos primeras regatas pendiente de resolverse por el Juez de Disciplina, que quién sabe si termina de decidir el vencedor de esta Liga Eusko Label.

Porque como Urdaibai no sea más consistente y siga protagonizando regatas discretas como la de ayer, puede que asistamos en las últimas regatas a un mano a mano entre la Ama Guadalupekoa y la Torrekua II, ya que Orio tampoco está para grandes gestas y bastante tiene con remar en la tanda de honor. Y entre las embarcaciones de la tanda de honor y el resto media un abismo.

Con la marea comenzando a bajar y un viento cercano a los 17 kilómetros por hora, las dos primeras tandas dejaron claro que la calle 3 era la mejor. Por ella habían ganado con cierta autoridad Cabo y Kaiku y por ella remó Donostiarra, que no quiso dejar pasar su oportunidad.

Los de Igor Makazaga salieron con todo, pero Urdaibai, Orio y Hondarribia no cedieron en la primera mitad del primer largo.

La Bou Bizkaia, con Eneko Bilbao como patrón y Gorka Aranberri en la recámara, fue la primera en dar síntomas de flaqueza, cediendo cuatro segundos a menos de 300 metros de la ciaboga. Orio, con Fernando Rúa estrenándose como proel –es el cuarto que utiliza Salsamendi esta temporada–, perdía dos. Donostiarra y Hondarribia viraron a la par.

Fue en la salida de la ciaboga cuando la Torrekua II abrió hueco aprovechando una ola. La Ama Guadalupekoa cedió dos segundos y Orio, que se encontró en su calle con una olita muy sucia, se despidió de la lucha por la victoria.

Hondarribia se echó de nuevo encima antes de la segunda maniobra pero, de brankas y con el viento en contra, Donostiarra pareció romper la regata, con diferencias que llegaron a ser de cinco segundos. «¡Bandera, bandera!», exclamó el patrón Arkaitz Díaz animando a los suyos.

A su lado, Ioseba Amunarriz se negaba a arrojar la toalla: «¡Nos llevan solo un bote. Esto es recuperable!», gritaba poco antes de llegar a la última ciaboga.

Con la proa enfilada ya hacia la meta, Donostiarra siguióa manteniendo esos cinco segundos que parecían definitivos. No para Amunarriz. «¡Una ola y entramos!», se desgañitaba el veterano patrón.

Ese último largo fue una oda a la perseverancia de los de Mikel Orbañanos y a la tozuded de los de Igor Makazaga, que se negaron a entregar la bandera de la que se habían hecho acreedores. A 600 metros la diferencia era de tres segundos y a menos de 200, de dos. Hubo unos instantes de incertidumbre, pero en los metros finales asomó por delante la proa de la Torrekua II para lograr la victoria por poco más de un segundo.

Urdaibai llegó a más de 16 y Orio salvó por 30 centésimas el cuarto puesto ante Kaiku, ganadora de una segunda tanda en la que Getaria le remontó tres segundos a Zierbena en los últimos 1.000 metros y en el que Santurtzi naufragó para ser última.

Cabo, que se exhibió en el tercer largo, ganó la primera tanda y dio un paso de gigante hacia la permanencia, mientras Ondarroa sumó unos puntos de oro en un sprint final tremendo con Lekittarra y Ares. Este domingo, de nuevo en Lekeitio (12.13 h.), nuevo capítulo.

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