A por otra Bandera de La Concha 100 años después
Se cumple un siglo de la séptima victoria de Orio en La Concha, un triunfo inapelable que consolidó a los oriotarras como un referente en la regata más importante del Cantábrico
Álvaro Guerra
Miércoles, 10 de septiembre 2025, 00:08
La Bandera de La Concha es más que una regata. Es la regata de las regatas. Representa la esencia del pueblo vasco que aprendió a mirar al mar como una forma de vida. El origen de esta competición se traslada hasta el siglo XIX, cuando los pesqueros convertían cada amanecer en una carrera improvisada. Los primeros que llegaban al puerto eran los que lograban vender el pescado antes que el resto. Aquello determinaba qué familia comía mejor esa semana. Vender el pescado antes significaba un mayor ingreso. Esa necesidad para sobrevivir dio paso a las primeras 'competiciones'. Una especie de carrera contrarreloj fue la causa de que, décadas después, se convirtiera en una fiesta. Concretamente, en la fiesta de las regatas. El mar se convirtió así en un punto de encuentro y también en un escenario de rivalidad. No se trataba solo de remar.
Así, el 8 de septiembre de 1879, nació lo que hoy se conoce como la Bandera de La Concha, una competición que se incluyó por primera vez en el programa de fiestas de la ciudad y que desde entonces transforma a la bahía cada septiembre en una fecha marcada en el calendario. Además, desde 2008 cuenta con su versión femenina, cada vez más consolidada.
En aquel entonces, diferentes comisiones del Ayuntamiento o de la Cofradía de pescadores eran las encargadas de la organización del remo y de la trainera en la localidad, ya que eran los propios pescadores los que remaban en aquellos tiempos.
Las traineras eran entonces las mismas que usaban los pescadores para su oficio. Botes de madera, de más de 12 metros y 300 kilos de peso, tripulados por marineros. Participar en una regata suponía entonces un desafío físico tremendo.
Entre los primeros pueblos que participaron estuvo Orio. El municipio costero, reconocido años después por el color amarillo, estuvo presente en la edición inaugural de 1879. Su primera victoria no llegó hasta 1901, donde la pasión por el remo en el pueblo ya estaba más que consolidada.
Los aguiluchos remaban con el nombre de la localidad hasta 1932, donde se hicieron conocer como 'Emen-Gatoxtik-Orio'. Es ya en 1965 cuando se crea el Club de Remo, que se denominaba 'Club de Remo Olímpico de Orio'. El nombre de su trainera llegó a conocerse de diferentes maneras. 'Manuel Olaizola', 'Balea', 'Kanpa', 'Txiki' o 'Mirotza', aunque actualmente se le conoce como la 'San Nikolas', en referencia al patrono de la villa.
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Quinta vez en la historia que la diferencia es menor a un segundo
De todos los triunfos oriotarras en la Bandera de la Concha (32), el de 1925 ocupa un lugar especial. Aquel año, Orio ganó por séptima vez en su historia. El tiempo era magnífico y la mar estaba tranquila. La bahía se llenó con más de 20.000 personas que no querían perderse la batalla entre los mejores remeros vascos. Cinco localidades participaron: San Sebastián, Hondarribia, Orio, Santoña y San Juan. La expectación era tal que numerosos barcos fondearon en la bahía para poder seguir la regata desde cerca. Aquella multitud convirtió la Bandera de La Concha en una fiesta del deporte tradicional que se ha mantenido en el tiempo.
La prensa de la época describe aquella jornada como un espectáculo que se extendía a algo más además del propio deporte. Cada localidad se volcaba en apoyar a los suyos. La Bandera no era solo un título deportivo, era la oportunidad de un pueblo por demostrar su poderío, su orgullo y su manera de entender la vida marítima.
La embarcación oriotarra, con Antonio María Uranga como patrón, estuvo intratable, según la prensa de la época. Durante la clasificatoria, su maniobra en la ciaboga puso a los amarillos en cabeza, que no cedieron ante sus contrincantes. Cruzaron la meta en 19 minutos y 55 segundos, seguidos muy de cerca por la hondarribiarra y la donostiarra.
La regata de honor quedó compuesta por Orio y Hondarribia. Se celebró el día 13. Un día despejado. A las doce en punto dio comienzo. Como indicaba el reglamento de la época, los de Orio tripularon la trainera hondarribiarra y remaron por la parte de la isla, mientras que los de Hondarribia remaron con la embarcaación oriotarra por el lado derecho. Casi veinte segundos de diferencia fue los que sacó Orio a su rival, llevándose por séptima vez la Bandera de La Concha.
La ceremonia de entrega fue breve y los remeros regresaron a su municipio acompañados de aplausos y un entusiasmo que contagiaba a todos los vecinos. Aquella jornada consolidó a Orio como un referente en la historia de la Bandera de La Concha no solo por la victoria, sino por la forma estratégica y colectiva en la que fue obtenida.
De arrantzales a atletas
Desde entonces, la regata ha evolucionado enormemente pero la esencia del deporte no ha cambiado. La emoción de la salida, la tensión en la ciaboga y los ánimos y cánticos del público siguen estando presentes.
La profesionalización del remo marcó un antes y un después. Lo que comenzó siendo una cuestión de supervivencia pasó a ser disciplina deportiva con una estructura cuidada: entrenadores, preparadores físicos, planificación de temporadas y estrategias. La pasión, sin embargo, continúa siendo la misma.
Las traineras de madera y los remeros que aprendían bogando en el mar dieron paso a embarcaciones de fibra de carbono y atletas entrenados. Los entrenamientos se empezaron a componer ya desde la fuerza, la resistencia y la técnica.
El público también ha sido protagonista de esta transformación. Hoy en día la zona del puerto, del muelle o del Paseo Nuevo se convierte en un escenario repleto de miles de voces. Esa comunión entre remeros y espectadores es lo que otorga a este competición un carácter único en el calendario deportivo y lo que motiva a muchos remeros a vivir una jornada en aguas donostiarras.
Y cien años después, Orio se presenta nuevamente como favorita a la Bandera, tras unos años donde no ha podido llevársela, concretamente desde 2017. La temporada hasta ahora ha mostrado a la trainera amarilla en plena forma, fruto también de sus nuevos fichajes. En la jornada inaugural cruzaron la meta en primera posición, aunque una sanción de tres segundos por la presencia de dos de sus zodiac en la calle 0 durante la disputa de la regata femenina les ha dejado a diez centésimas de Zierbena.
Ganar en La Concha trasciende la bandera. Se traduce en una fiesta para el municipio. En Orio, donde el remo no se vive como algo más, una Bandera de La Concha es motivo de fiesta mayor. Recepción a los remadores, tifos, bengalas, txarangas, balcones llenos de banderas y una memoria colectiva que recuerda la esencia del club y de los pescadores que comenzaron a escribir esta bonita historia. Las calles se inundan de música, de amarillo y orgullo. No es solo una victoria deportiva. Es la victoria de todo un pueblo.
Recordar el triunfo de 1925 es mirar al espejo de una tradición que ha ido evolucionando, al igual que el propio deporte. Pero su esencia no ha cambiado. Llegar a este domingo como favoritos no borra esa memoria. Saben de dónde vienen. Si la 'San Nikolas' logra en 2025 hacerse con la Bandera de La Concha, será un recuerdo de aquella victoria centenaria que recuerda a todos aquellos pescadores que trataban de llegar al muelle lo más rápido posible para sobrevivir. Será un triunfo del poderío de Orio en esta competición.
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