Real Sociedad
La solución pasaba por mirar en casaCantera. El técnico del filial, Claudio Giráldez, ha tenido que hacerse cargo del Celta para que el equipo viva su primera vuelta de Liga más distanciada del descenso en años
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Una defensa de tres centrales y un dibujo en función del balón
Sería injusto encorsetar al Celta en un sistema de juego determinado. Claudio Giráldez le ha dado una buena sacudida al conjunto vigués, que adquiere diferentes formas en función del poseedor del balón. Se ordena según el que lo tiene y la zona en la que se encuentre. Se trata de una escuadra en constante transformación, que ofrece mucha movilidad en las distintas parcelas del campo. La línea más inalterable la conforman los tres centrales, compuesta últimamente por Javi Rodríguez, Starfelt y Marcos Alonso. A través de esa línea se construye el resto. Esto es, dos laterales carrileros, un doble pivote y un triángulo ofensivo cuyo vértice principal lo ocupa Iago Aspas. En fase ofensiva el Celta se puede presentar en un 1-3-4-3 o bien en un 1-3-4-2-1, según la altura de los atacantes. Sin balón alterna el 1-5-2-3 o el 1-5-3-2 según la intensidad de la presión.
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Salida en corto y acumulación de hombres por dentro
El próximo rival de la Real no rifa el balón. El juego en largo es la última opción para la primera línea celeste. Guaita siempre trata de iniciar el juego apoyándose en sus centrales. El cuadro vigués arriesga, a veces incluso en su propia línea de fondo, pero cuenta con jugadores de buen pie para ello. Concentra a un gran número de futbolistas en su primer tercio de campo, los tres centrales, los dos carrileros y por lo menos uno de los pivotes, principalmente Beltrán. El madrileño actúa como bisagra entre las dos primeras líneas gallegas, mientras que su compañero de baile Moriba suele ocupar una posición más avanzada.
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Centro del campo escalonado y reforzado
Giráldez da mucha importancia al juego interior y acumula a una gran cantidad de efectivos por dentro para llevar a buen puerto su idea de juego. Beltrán, Moriba, Aspas y Swedberg formaron el cuadrado celeste de la medular en la visita al Sánchez Pizjuán la pasada jornada, aunque esta forma geométrica solo se pudo apreciar en contadas ocasiones con balón. Beltrán, Moriba, Aspas y Moriba completan de atrás hacia delante el centro del campo escalonado del conjunto pontevedrés, custodiados en las bandas por los carrileros y por el punta como referencia más adelantada. La Real va a tener un gran desafío por delante en Balaídos, porque los realistas siempre tratan de imponerse al rival a través de sus mediocentros. La empresa no será sencilla mañana en esta parcela del campo.
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Iago Aspas hace de Messi
La leyenda del Celta ha ido retrasando su posición con el paso de los años. Hace tiempo que dejó de ser la referencia en la delantera para bajar metros y ser más partícipe en la construcción ofensiva del cuadro vigués. Actúa ahora como interior o enganche desde el perfil diestro, para poder conectar con el delantero y filtrar el último pase, u orientarse hacia dentro para disparar a portería con el pie izquierdo. Por momentos recuerda al rol que desempeñaba Messi en el Barcelona en sus últimas temporadas. No se exprime demasiado en defensa a sus 37 años, por momentos deja de correr y sigue la jugada andando, pero aparece en el momento oportuno. Su posicionamiento sobre el verde ha cobrado más importancia.
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No les sobran los goles a los delanteros
El Celta es el sexto equipo más anotador de la Liga con 26 goles a su favor, nueve más que la Real, pero tiene un déficit en la delantera. Como le sucede al conjunto txuri-urdin, sus delanteros no son los más prolíficos de la materia. Borja Iglesias y Douvikas suman siete goles entre los dos, cuatro el gallego y tres el griego. Aspas sigue sosteniendo al equipo con sus seis goles. Giráldez no tiene preferencias en esta posición. Borja Iglesias y Douvikas se reparten titularidades en virtud de las características del partido e incluso Durán ha llegado a ser de la partida recientemente ante el Sevilla. El Celta es un equipo coral, que no sufre la dependencia de sus nueves, solo la del incombustible Aspas.
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