Partidazo sin el premio merecido

Fue un partidazo de una plantilla. El día después de la lesión de Oyarzabal, jugadores como Rico, Sorloth, Guridi y Gorosabel dieron un paso adelante y fueron claves en esa brillante segunda parte. Actores secundarios este curso que ayer elevaron el nivel colectivo con un buen trabajo.

A pesar de salir del Pizjuán con la sensación de perder dos puntos, el empate refuerza las opciones del cuadro txuri-urdin para acabar arriba, ya que en una jornada en teoría desfavorable le ha metido un punto más al Villarreal, está a tres, y sigue a dos del Betis. Y el octavo continúa a siete.

Intención sin precisión. La Real hizo una buena entrada en el partido aunque con el paso de los minutos se le fue yendo la fuerza. Januzaj y Sorloth daban superioridad en el centro del campo con sus desmarques de apoyo y eso permitía a los blanquiazules tener balón en campo contrario en buena situación para atacar. Pero en esos momentos faltó calidad para filtrar el último pase y poner buenos centros desde los costados con las incorporaciones de los laterales y de Portu. El único que estuvo algo inspirado fue Januzaj en esas acciones de buscar al rematador. Un disparo del belga desviado por Dmitrovic a córner fue la primera situación de peligro reseñable.

Después el Sevilla, al que le interesaba un encuentro de ritmo bajo, llevó el juego a su terreno. Controló más el balón y dio un paso hacia adelante, no para generar excesivo peligro pero sí para meter a la Real en su campo. De repente le costaba encontrar a Rafinha y a Januzaj y entró en un momento de apagón creativo aunque sin pasar apuros atrás, donde Zubimendi hizo un gran trabajo posicional por delante de Aritz y Le Normand.

Portu se la quita a Sorloth. Apenas pasaba nada reseñable hasta que a falta de seis minutos para el descanso el cuadro de Imanol tuvo una situación clarísima para marcar. Rico, que estuvo muy acertado en los pases por abajo y en la construcción del juego, lanzó a Januzaj a línea de fondo en ventaja. Éste levantó la cabeza y vio que había movimiento en el área. Portu tiró un desmarque al primer palo y quedó tendido en el suelo, aunque lo que consiguió fue desviar el remate de Sorloth, al que le cayó el balón, cuando entraba con Dmitrovic batido. En un partido tan espeso esa oportunidad era oro molido para haber ido al descanso con ventaja en el marcador. El murciano lo da todo pero alguien tiene que exorcizarle porque esto ya tiene pinta de fenómeno paranormal, más viendo el cabezazo que estrelló después en la madera después de ganar la posición a Agustinsson. Hace muchas cosas bien pero la suerte no le acompaña.

Doble cambio clave. En el arranque de la segunda parte no cambió mucho el decorado pero en el minuto 63 Imanol hizo un doble cambio que varió el partido. Retiró a Merino y Rafinha, que ya no podían más y hacían que la Real hubiese perdido el centro del campo, y metió piernas frescas con Guridi y Silva. Los dos hicieron un fenomenal trabajo, el primero más de contención echando una mano para sujetar a Navas y el canario dando pausa al juego y agrupando a los compañeros. De repente, las ocasiones empezaron a sucederse como por arte de magia.

También fue importante la entrada de Gorosabel por un Zaldua que, amonestado, se quedó en los vestuarios en el descanso. El de Arrasate dio profundidad a su banda, estuvo acertado en los centros al área y llegó al remate. La Real tenía juego interior y exterior con él y con la aportación de Januzaj y Rico por la banda contraria.

Colección de oportunidades. En diez minutos el cuadro de Imanol firmó seis llegadas claras, incluidos dos remates a la madera. La primera fue una falta colgada por Januzaj que Le Normand, con la colaboración de Agustinsson, remató para que se luciera Dmitrovic. De seguido un buen centro de Rico desde la izquierda fue cabeceado por Portu al poste tras adelantarse a su par.

El Sevilla comenzó a pasarlo mal y el Pizjuán se impacientaba. Un centro de Januzaj al segundo poste fue rematado de volea por Gorosabel pero el balón se estrelló en el cuerpo de Agustinsson. El belga también la tuvo en un disparo que sacó Delaney cuando iba adentro y Silva, que probó fortuna ante Dmitrovic, al que hizo lucirse en su estirada.

La culminación a esa colección de llegadas fue el centro de Gorosabel a la cabeza de Silva. El canario marcó los tiempos en su remate pero el balón acabó en el larguero. En el campo solo había un equipo pero el gol se resistía y eso dio vida a un Sevilla que logró quitarse a la Real de encima por unos momentos.

Ahí Imanol metió a Isak por la derecha sin retirar a Sorloth, que de 'nueve' hizo un buen partido, pero la victoria ya se había ido en esas oportunidades malogradas. Al final tocó defender el empate en el arreón final local con más corazón que piernas.