

Secciones
Servicios
Destacamos
La Real Sociedad ha superado tres de las cuatro últimas semifinales de Copa que ha disputado en los últimos 40 años. A diferencia de ahora, los partidos de vuelta se jugaron lejos de Donostia: en San Mamés en 1987, en el Bernabéu en 1988 y en Miranda en 2020. Ganó en todos y eso le dio el billete para la final. No son muchos los realzales que hayan tenido la suerte de vivir en directo un momento así por triplicado. Pero haberlos haylos , y uno de ellos es el zarauztarra Sebas Martija, de 60 años, que para no perder la costumbre estará mañana en el Reale Arena para intentar reeditar por cuarta ocasión una sensación tan emocionante.
Asiduo a los partidos de la Real desde 1974, primero en el viejo Atotxa y luego en Anoeta, recuerda que «he presenciado en casa todos los de Europa desde el Banik Ostrava» y recalca la dificultad de ir al campo en aquella época. «A mi familia no le gustaba el fútbol, así que tenía que buscarme la vida. Recuerdo en algún partido europeo como el de Inter en 1979 hacer autoestop hasta las tres de la mañana en la salida de Carlos I para que alguien me trajera al pueblo».
Lleva como socio desde 1988 porque antes se las arreglaba para entrar a Atotxa. «A los futbolistas federados nos daban un pase de acceso. Así empecé. Luego entraba con la banda de txistularis de Zarautz que dirigía Manolo Urbieta que se ponía en Frutas para dar ambiente. Cuando volví de la mili ya me hice socio». Hoy no se pierde un partido junto a su mujer, Onintza, y su hijo, Amets, desde su localidad en Tribuna Norte alta.
San Mamés |1987
El Athletic fue el rival de la semifinal de 1987, que no arrancó bien porque la Real empató sin goles en la ida en Atotxa. «Ahí estuvo la clave porque acabamos con diez jugadores y uno estaba lesionado, Shanti Bakero, que se quedó de palomero arriba. Iribar, el entrenador de ellos, dio por bueno el empate y no se atrevió a ir a por la victoria».
A pesar del resultado no perdió la confianza y acudió a San Mamés el 10 de junio de 1987 junto a su cuadrilla. «Entonces no había problemas para conseguir entradas. De pie cabía todo el mundo. Recuerdo que nos pusimos en el fondo sur, donde marcó el gol la Real, y seguro que estábamos más de mil realistas en nuestra zona».
En Bilbao todo estaba preparado para celebrar la clasificación, pero un gol de Bakero a la salida de un córner fue determinante. «Toshack preparaba a conciencia los partidos en San Mamés. El recuerdo que tengo es que la Real estuvo bien plantada y que resolvió de estrategia con una peinada de Gorriz que aprovechó Bakero en el segundo palo».
Reconoce que pocas veces ha sentido esa alegría. «Unos años antes había vivido los dos títulos de Liga, pero no había conocido una final como tal. Cuando acabó el partido recuerdo que lloré un montón en la grada de San Mamés. Con la Real solo tiene comparación con las lágrimas que derramé con el descenso en Mestalla, aunque en aquel caso fue de tristeza».
Para un zarauztarra, imponerse al Athletic fue especial porque es un derbi que se vive con intensidad en el pueblo. «De mi edad hacia arriba muchos son rojiblancos porque los tres internacionales que ha dado Zarautz, Iribar, Churruca y Argote, jugaron en el Athletic. Después de las dos ligas ganadas la cosa cambió y ahora la inmensa mayoría es txuri-urdin. Ganarles aquella semifinal fue importante».
Santiago Bernabéu |1988
Un año más tarde la Real repitió presencia en la final, en este caso tras apear al Real Madrid. En Atotxa un gol de Bakero dio una mínima ventaja a los blanquiazules que había que defender en el Bernabéu el 18 de febrero de 1988 ante un equipazo que ganó cinco Ligas seguidas entre 1986 y 1990 con la Quinta del Buitre.
A Martija le pilló haciendo la mili en el Regimiento de Ingenieros en la localidad burgalesa de Castrillo del Val. «Allí tenía un amigo que era de Medina del Campo y socio del Madrid. Me propuso ir juntos porque me conseguía entrada. Pedimos permiso en el cuartel para regresar después del toque de retreta, nos lo dieron y allí nos plantamos. Eso sí, me advirtió que estaría rodeado de hinchas del Madrid...».
Se ubicaron en la tribuna que estaba encima de los Ultras Sur y el partido no pudo salir mejor. «En la primera parte sufrimos bastante porque ellos apretaron y Arconada tuvo que lucirse. Pero tras el descanso Gorriz marcó de córner y ahí se vinieron abajo. La Real ofreció una exhibición al contragolpe, ganó por 0-4 y recuerdo ver al Bernabéu en pie aplaudiendo el cuarto gol de Bakero en plancha. Era el único de la Real en la zona y la gente me felicitaba por el buen partido».
Aunque ha estado muchas veces en el estadio merengue nunca ha vivido algo parecido. «Es que aquella Real jugaba muy bien. Si se ponía en ventaja, al contragolpe machacaba. Esa temporada ganó 1-4 en San Mamés, 0-4 al Espanyol, 4-1 al Barcelona en Atotxa, 0-2 al Atlético... Con todo, la alegría por llegar a una final no fue la misma que un año antes en Bilbao. La primera vez siempre es más especial. Pasó igual con el título de Gijón. El segundo no se celebró igual...».
Miranda | 2020
Hace cuatro temporadas también pudo estar presente en Anduva el 4 de marzo de 2020. «La suerte quiso que nos tocasen entradas a mi mujer, a mi hijo y a mí. Fue emocionante compartir aquella alegría que había vivido en Bilbao y Madrid con Amets, que entonces tenía 16 años y no había conocido los tiempos gloriosos. Recuerdo estar gritando juntos 'A Sevilla oé, a Sevilla oé...' Y luego mira... A ver si esta vez podemos vivir juntos una final con la Real».
A pesar de que el Mirandés no tenía la entidad del Athletic y el Real Madrid, no fue nada confiado. «Somos guipuzcoanos. En Anoeta ellos habían jugado muy bien y venían de eliminar a Celta, Sevilla y Villarreal. Pero Imanol planteó bien el partido. Jugó en largo para que Merino ganara los duelos por arriba a Guridi y no les dejó contragolpear».
La bufanda de aquel partido la depositó al volver en la tumba de Aitor Zabaleta en Zegama, donde sigue actualmente. «Estuve en el Calderón con mi mujer y fue tal el impacto que no volví a viajar fuera de casa hasta Miranda. 22 años pasaron. Cuando nos vimos finalistas, mi primer pensamiento fue para Aitor».
La experiencia acumulada tras 50 años siguiendo a la Real y su condición de entrenador de fútbol, le hacen ser bastante precavido para mañana. «La estadística demuestra que es un rival al que solemos ganar, pero también que el Mallorca es un equipo que se maneja bien en marcadores ajustados. Siempre nos ha creado problemas y esta vez, jugándose el pase a la final, no va a ser diferente».
Noticia relacionada
No tiene dudas de que «la Real va a dominar el juego» pero le preocupa «la falta de gol que tenemos arriba, como se vio ante el Villarreal. La clave es marcar primero. Si ellos se ponen por delante la cosa se puede complicar porque el Mallorca se encuentra a gusto defendiendo, como pasó en Liga a pesar de jugar con diez».
No obstante, y aunque sufriendo, apuesta por vivir una nueva final. «Si nos dan a elegir antes del sorteo jugar una semifinal a partido único contra el Mallorca en Anoeta, todos lo habríamos firmado. Y eso es lo que es. Ahora hay que rematar la faena, claro».
No ha reservado alojamiento en Sevilla porque cree que trae mala suerte hacerlo, pero admite que ha cambiado sus planes para la semana de Pascua. «Nos íbamos a ir a Italia a celebrar que hace 25 años que nos casamos, pero lo hemos aplazado y vamos a pasar unos días en Granada. Tenemos amigos en Sevilla que ya nos harán un hueco si llegamos a la final...».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Josu Zabala Barandiaran
Edurne Martínez y Sara I. Belled (gráficos)
Iker Elduayen | San Sebastián y Jon Munarriz | San Sebastián
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.