Imanol, horizonte 2025

Las declaraciones del presidente fueron en la misma línea que las del entrenador, que el 18 de octubre, en la víspera de recibir al Mallorca, reiteró que «mejor que aquí no voy a estar en ningún sitio. Cuando el club quiera nos sentaremos a hablar y firmaremos, porque yo quiero seguir. Estoy en el mejor club posible con los mejores jugadores posibles».

Según ha podido saber este periódico ambas partes están de acuerdo en prolongar su vinculación por dos años más, hasta el 30 de junio de 2025. En caso de concretarse esta fecha y cumplir el contrato entero, serían seis años y medio seguidos los que habría estado como inquilino del banquillo txuri-urdin, algo que solo ha superado el mejor entrenador en la historia de la Real: Alberto Ormaetxea.

El eibarrés, con el que el club ganó las dos Ligas y la Supercopa a principios de los ochenta, completó siete temporadas enteras de forma consecutiva entre 1978 y 1985 en las que dirigió al equipo blanquiazul en 324 partidos entre Liga, Copa, Europa, Supercopa y Copa de la Liga. Benito Díaz (389) y Toshack (386) tienen más encuentros en su haber pero repartidos en diferentes etapas, nunca seguidos como es el caso ahora de Imanol. El de Orio lleva 188 partidos con un balance de 87 victorias, 49 empates y 52 derrotas, aunque nueve de ellos se corresponden con el tramo final de la 17/18 en la que sustituyó a Eusebio.

El actual será el cuarto contrato que rubricará con el club desde que se hizo cargo del equipo en sustitución de Asier Garitano en enero de 2019. Entonces firmó por un año y medio, hasta junio de 2020, consiguiendo en la segunda temporada la clasificación para Europa y para la final de la Copa, que se retrasaría un año por la pandemia.

El 3 de enero de 2020 la Real anunció que prolongaba el vínculo con el técnico por un año más, hasta junio de 2021, campaña en la que conquistó la Copa contra el Athletic y repitió pasaporte para Europa. Por último, en diciembre de 2020 Aperribay anunció durante la celebración de la Junta de accionistas que renovaba por tercera vez a Imanol, en este caso por dos años hasta 2023, que es el contrato que tiene en la actualidad. Ahora el acuerdo volverá a ser por otros dos años salvo giro de última hora en unas negociaciones que se han aparcado por el intenso calendario de partidos que ha afrontado la Real en estos tres meses, con compromiso oficial cada tres días.

Imanol ha preferido centrarse en el aspecto deportivo y retrasar las conversaciones sobre su renovación para el parón por el Mundial, donde dispondrá de tiempo para sellar su renovación con la Real. Eso sí, con un reconocimiento acorde a todo lo que ha conseguido en estos cuatro años, donde ha encadenado tres clasificaciones para Europa League y ha ganado una Copa. Y esta temporada tiene al equipo a un punto del tercero y ha finalizado la fase de grupos de la Europa League primero por delante del Manchester United.

El club ha encontrado en el oriotarra el técnico idóneo para conseguir la estabilidad en el banquillo que persiguió el Consejo de Aperribay en sus primeros años. Por distintas razones, los entrenadores no superaron los dos años y eso comprometía seriamente la duración de los proyectos. Martín Lasarte ascendió y mantuvo a la Real en Primera, y Montanier la llevó a la Champions en dos ejercicios.

En las temporadas 14/15 y 15/16 no acabaron los entrenadores que las empezaron, Jagoba Arrasate y David Moyes, hasta que Eusebio dio una cierta estabilidad al primer equipo durante dos años y medio. Tras el breve paréntesis de Asier Garitano durante la segunda mitad de 2018, Imanol ha acabado con el debate en el banquillo con cuatro años brillantes en los que, además de los logros conseguidos, el equipo ha desplegado un juego fantástico por momentos con el que se han revalorizado muchos de sus jugadores.

En la apuesta por Imanol convergen varias razones. Por un lado, se valora su conocimiento del fútbol y su progresión como entrenador, ya que se trata de un técnico que aún está en crecimiento. Sus ideas encajan con la filosofía de la entidad y su personalidad le permite ser valiente para llevarlas a cabo. Por encima de los resultados, el juego de la Real crea admiración y ello refuerza la marca del club. Asimismo, su complicidad con la cantera es total, como no puede ser de otra manera en alguien que se formó como futbolista en Zubieta y que ha entrenado al Sanse.

En la actual temporada han participado con el primer equipo hasta cinco futbolistas con dorsal del filial, casos de Karrikaburu, Urko González de Zárate, Arambarri, Pablo Marín y Magunazelaia, estos dos en los últimos partidos en los que tantas bajas ha habido en los puestos de vanguardia. Asimismo, otros cuatro jugadores que tenían ficha del Sanse la pasada campaña pertenecen oficialmente a la plantilla desde esta temporada, casos de Sola, Turrientes, Pacheco y Navarro, los dos últimos con una participación activa en las semanas más recientes.

Otra de sus virtudes es que no pierde el tiempo en lamentarse y sabe exprimir al máximo a su plantilla. Ganó la Copa con Monreal, Merino y Silva entre algodones y el año pasado quedó sexto después de perder a Oyarzabal en marzo en el momento clave de la temporada. En el presente curso se podría confeccionar un once de gala con los lesionados que ha sufrido y ahí tiene al equipo, en la zona alta en Liga y metido en octavos en Europa.