Un regate siempre es una idea propia
Ander Barrenetxea y Nico Williams no son extremos puros, porque los extremos puros no son buenos futbolistas
En un fútbol lleno de obligaciones, el regate es sospechoso. Porque un regate siempre es una idea propia y rompe el plan establecido, porque es imprevisto y, sobre todo, porque nunca se sabe cómo puede acabar. A veces, de un regate extraordinario se sale peor de lo que se ha entrado y, otras veces, un regate atropellado acaba en gol. Esa ausencia completa de control sobre sus consecuencias hace de esta suerte un cuerpo extraño en el fútbol de hoy. Por eso los regateadores siguen gustando tanto.
El regate es, antes que nada, una mentira. El atacante amaga con una cosa y hace la contraria. Engaña y se va. Esta tarde, pegados a la banda en el San Mamés de Piru Gainza, Txetxu Rojo o el zarauztarra Argote, dos 'mentirosos' se desafían, porque los extremos solo entienden el juego como un reto, como una provocación. Ander Barrenetxea, de 22 años, y Nico Williams, de 21.
Ander Barrenetxea
135
partidos ha jugado con la Real, 106 en Liga, 13 en Copa y 16 en Europa. Ha marcado 16 goles, 12 en Liga, tres en Copa y uno en Champions.
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Nació el 27 de diciembre de 2001 en Donostia.
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Mide 1,74 y pesa 74 kilos.
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Debutó con 16 años y 359 días en un partido contra el Alavés en Anoeta el 21 de diciembre de 2018. Fue el primer jugador nacido en el siglo XXI en debutar en la Liga.
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Títulos Una Copa.
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Internacional Sub-21.
Regatear es ir a buscar al rival. Y Barrenetxea y Williams II van. Van mucho. Una vez Garrincha regateó a un juez de línea por puro placer. Garrincha dribla a uno, dribla a dos y luego descansa. El extremo juega pegado la banda y, si fuera un extremo puro, solo debería jugar bien un tiempo, cuando ataca por la banda contraria a los banquillos lejos del entrenador.
Nico Williams
103
partidos ha jugado con el Athletic, 88 en Liga y 15 en Copa. Ha marcado 16 goles, nueve en Liga y siete en el torneo del KO.
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Nació en Pamplona el 12 de julio de 2002.
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Mide 1,81 y pesa 67 kilos.
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Debutó con 18 años el 28 de abril de 2021 en San Mamés contra el Valladolid.
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Internacional absoluto con España (su hermano Iñaki juega con Ghana y es baja para el derbi por estar en la Copa África). Once partidos, dos goles.
Ni Barrenetxea ni Williams son regateadores puros, porque los regateadores puros no son buenos futbolistas. Aquí existe un equívoco. Hay nostalgia del extremo genial, que hacía feliz a la gente sin preocuparse de que su juego fuera eficaz o no. Pero no puede haber nostalgia de lo que no se recuerda. Garrincha ganó un Mundial él solo.
Futbolistas modernos
El extremo de la Real y el del Athletic son futbolistas modernos, con ideas propias pero con conceptos tácticos avanzados y físicos de atletas del siglo XXI. La clave de un regate es siempre la acción posterior. Qué se consigue con la mínima ventaja que da. Ahí estriba la diferencia entre una acción estética y el fútbol de verdad.
Williams es el jugador de más categoría del cuadrilátero ofensivo que ha conseguido reunir el Athletic y que es la base de su excelente marcha en el campeonato. Con su hermano Iñaki –ausente hoy por estar en la Copa de África–, el donostiarra Guruzeta y el sensacional navarro Oihan Sancet, Valverde dispone de un frente de ataque de mucha entidad, que hoy tendrá forzosamente que retocar.
Debutó con 16 años y 359 días, el segundo más joven de la historia de la Real tras Pedro Irastorza, en 1934
Jugador diestro, Williams II puede desenvolverse por las dos bandas. Valverde parece decantarse por mantenerle en la izquierda a pierna cambiada pese a la ausencia del hermano mayor. Tiene libertad para ejecutar. «Antes de cada partido me dan una tablet con las acciones del lateral izquierdo o derecho rival, depende de dónde juegue yo. Pero dentro del campo no me fijo si se ha posicionado de una manera o de otra. Diría que me sale solo. El regate lo llevo en la sangre. Es instinto, un don que me ha dado Dios», explicaba en una entrevista con 'El País'.
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Barrenetxea, tres goles en Liga y uno en Champions, ha sido la gran revelación de esta temporada en la Real. Ha regresado transformado de sus lesiones, es otro futbolista. Ha confirmado las mejores cualidades que le llevaron a debutar con 16 años y 359 días en un partido contra el Alavés. Fue el primer jugador nacido en el siglo XXI en disputar un partido de la Liga. El donostiarra es el segundo futbolista más joven en haber debutado con la Real después de Pedro Irastorza, que intervino en el Barcelona-Real en 1934 con 15 años y 288 días.
Ya ha recibido el reconocimiento de la internacionalidad, que aún no le ha llegado al realista
Todo va rápido en Barrenetxea. Tanto, que no le da ni tiempo de escribir su nombre en la espalda de su camiseta y juega como 'Barrene'. Además de unas piernas imponentes y velocidad, está adornado con la cualidad de los regateadores: es desafiante. Dejó a los defensas del Inter de Milán boquiabiertos en el primer partido de la Champions. ¿Pero este quién es?, se preguntaban Dumfries y Pavard ante ese jugador que en cada regate se mostraba retador. Esta semana, el donostiarra ha pedido «ambiente caliente» en el derbi, uno que va a jugar pegado a los aficionados del Athletic. Extremo se nace, como dice Williams.
«Y sabemos todos que Nico es un jugador increíble que marca mucho las diferencias. Que se me compare con él a mí también me halaga. Va a ser un bonito duelo, pero es un derbi, todos vamos a full y no creo que vaya a ser un duelo entre los dos, sino un partido muy bonito para todos», resume Barrenetxea.
Goles y trayectorias
El juego de Nico Williams ya ha recibido el reconocimiento de la internacionalidad (11 veces), lo que no ha sucedido con el realista. Aunque estuvo en la última prelista de Luis de la Fuente, no pasó el corte final.
Barrenetxea tiene una trayectoria más larga en el primer equipo, donde cumple su quinta temporada. Ha marcado 16 goles en 135 partidos. Williams afronta su tercer ejercicio, con 103 partidos y 16 goles de rojiblanco. La mayor diferencia son los 16 partidos europeos (un gol) que ya acumula el realista (once en Europa League y cinco en Champions), mientras que su rival busca su estreno continental, objetivo que tiene bien encaminado el Athletic. Sus tres goles esta Liga, acompañados por siete asistencias, son una de las mejores bazas del equipo bilbaino.
Toda la vida, los extremos han jugado lejos del centro, enriqueciendo la leyenda de que a regatear se aprendía en la periferia, en los barrios apartados. Hoy, un equipo de fútbol es un artefacto colectivo donde todos los engranajes deben encajar. Colocarse, jugar a uno o dos toques, ofrecerse y vuelta a empezar. Técnica, táctica y físico. Hay más jugadores completos y menos genios, dicen los antiguos. Sin hambre no hay regates, añaden. Ya no se juega en la calle, remachan. Y entonces salen Ander Barrenetxea y Nico Williams al campo y les desmienten.
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