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La Real marca territorio
Superior. El cuadro txuri-urdin suma un valioso punto tras ir perdiendo en una segunda parte en la que el Mónaco acabó sometido atrás con defensa de cinco
Si no puedes ganar, protege el empate. El punto logrado por la Real es muy bueno cuando ha jugado las dos primeras jornadas ante los dos rivales más exigentes del grupo. Mejor habría sido ganar, evidentemente, sobre todo porque en la segunda parte se merendó al Mónaco, pero ahora tiene una buena oportunidad de meterle un mordisco a la clasificación en las dos citas consecutivas ante el Sturm Graz. Y cuando te pones perdiendo pronto y te faltan los dos delanteros centros de la plantilla además de Silva, rascar un empate no está mal.
Fue un partido con dos partes bien diferentes. Una primera en la que el rival estuvo cómodo sobre el terreno de juego y maniató a la Real y una segunda tras el gol de Merino en la que solo hubo un equipo sobre el Reale Arena, el blanquiazul, que hizo más merecimientos para obtener el triunfo. La afición se lo supo recompensar con una ovación al despedirse que recordó a las de las grandes ocasiones.
Real Sociedad
Remiro; Zaldua (Gorosabel, min. 70), Aritz, Zubeldia, Muñoz; Zubimendi, Guevara (Turrientes, min, 60), Merino, Januzaj; Oyarzabal (karrikaburu, min. 89), Portu (Barrenetxea, min. 70).
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Mónaco
Nubel; Badiashile, Disasi, Sidibé (Aguilar, min, 46); Henrique (Pavlovic, min. 88), Fofana (Golovin, min.65) , Diatta, Diop (Maripán, min, 73); Boadu (Volland, min.65), Jean Lucas, Tchouameni.
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Goles 0-1, min. 15: Disasi. 1.1, min. 52: Merino.
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Árbitro Sergey Ivanov (Rusia). Amonestó a Aritz, Maripán, Disasi y Volland.
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Incidencias: Primer encuentro europeo en Anoeta con público tras la pandemia disputado ante los 24.000 aficionados que completaron el aforo permitido. Presencia de varias decenas de seguidores del Mónaco.
El Mónaco domina el centro
Desde el pitido inicial se vio que el partido iba a resultar muy complicado ante un rival muy físico y que pobló la zona ancha para atar en corto a la Real. Niko Kovac colocó un trivote formado por Fofana, Tchouameni y Lucas con Diatta y Diop echando una mano por fuera. En defensa se contraían antes de saltar a la presión y en ataque se desdoblaban como flechas tras recuperación, especialmente los interiores Fofana y Lucas, que encontraban el pasillo a la espalda de Guevara. No fue casualidad que el primero firmara la jugada del gol y el segundo pusiera a prueba a Remiro con un duro disparo a la media hora.
El cuadro txuri-urdin no se encontraba cómodo porque no podía dominar el centro del campo como acostumbra y ello tuvo sus consecuencias. La primera es que Zubimendi dio un paso hacia atrás para ayudar en iniciación con cambios de orientación buscando a los laterales, pero Merino y Guevara se le quedaban muy lejos. Como era imposible conectar por dentro, la única opción era cruzar balones para hacer bascular al Mónaco, al que rara vez podía pillar girado. Además, había que tener en cuenta que sin Silva, Isak y Sorloth la batalla del último tercio del campo estaba complicada por mucho que Portu se fajaba como un coloso ante Disasi y Badiashile.
A remolque en un córner
Si el contexto era difícil, solo faltaba ponerse por detrás en el marcador para que la cosa se complicase aún más. En citas ante conjuntos potentes de Europa los detalles son trascendentales y uno de ellos lo aprovechó el Mónaco para marcar de salida. Todo arrancó en un saque de banda con un pase de fuera adentro que Zubeldia no acertó a leer al querer anticiparse, ya que calculó mal y Fofana se le coló por el pasillo interior. Aritz resolvió inicialmente el peligro al salir al cruce y forzar el córner.
El Mónaco controló de salida a la Real con hasta cinco centrocampistas que le quitaron el juego interior
Maniatados
Pero en ese saque de esquina llegó el tanto. Diop la puso con rosca hacia afuera y el central Disasi se comió todo lo que tuvo cerca con un potente salto. Zubimendi y Oyarzabal, entre otros, nada pudieron hacer por pararle. Su cabezazo se alojó en las redes de un impotente Remiro. A partir de entonces tocó remar a contra corriente.
Balones cruzados a Januzaj
La Real tenía dos alternativas para hacer daño. La primera era buscar los balones cruzados a Januzaj para que éste encarase en ventaja a Henrique. Para esta labor valían tanto Zubeldia como Aihen. La segunda era tratar de rascar alguna recuperación en campo rival para enlazar alguna contra que pillara al Mónaco con espacios a sus espaldas.
Antes del descanso Aihen metió un buen centro al belga pero su remate lo bloqueó Henrique y Portu no llegó por poco para rebañar. El de Molenbeek también tuvo un disparo peligroso desde la frontal del área que no cogió portería.
En el contragolpe Portu estiró bien a sus compañeros. Un robo alto de Zaldua ante Diop le valió al murciano para dejarle el balón franco a Oyarzabal, quien no pudo disparar con la derecha como sabe. Portu también aprovechó al espacio un servicio de Guevara pero la picó demasiado ante la salida de Nübel. Incluso después de un cañito a Disasi probó fortuna para que el balón se estampara en el cuerpo de Badiashile.
Empate de estrategia
La Real estaba herida en el orgullo propio por la forma en que habia encajado el gol y quiso devolverle al Mónaco la misma moneda. Casi siempre con Januzaj como brillante ejecutor del balón parado. Antes del descanso puso una falta lateral al segundo poste para que Aritz la rematara con casta, pero tras botar se fue por encima del larguero.
Los de Imanol impusieron su ritmo tras el empate y se lanzaron al ataque guiados por Januzaj
DESATADOS
En la reanudación llegó el empate en una jugada que encendió Portu con una presión al portero con la que provocó un saque de banda aparentemente inocuo. El caso es que Zubimendi buscó con un servicio directo la chilena del '7' blanquiazul y el balón acabó en córner. Que Januzaj la templara con tiento y Merino la cruzara de cabeza desde el primer poste fue todo uno. Anoeta celebraba las tablas con más de media hora por delante.
Por encima del rival
En esa fase del partido, llevada en volandas por la afición, la Real se hizo acreedora al triunfo. Nübel salvó un duro remate de Portu tras jugadón de Januzaj y el belga cabeceó en plancha alto un centro de Oyarzabal desde la izquierda. Aún tendría dos más en sendos servicios desde la izquierda de Aihen y Barrenetxea.
Para entonces Niko Kovac ya había ordenado repliegue absoluto, dando entrada a Maripán por Diop para jugar con defensa de cinco y cuatro centrocampistas, con Volland más solo que la una arriba. Qué miedo debió darle la Real para sin Isak, Sorloth y Silva acabar pidiendo la hora de esa manera y con sus jugadores perdiendo el tiempo tirándose al suelo. Y si nos tiene ese respeto con la enfermería llena no quiero ni pensar qué pasará en la vuelta a mínimo que recuperemos efectivos. Porque este empate no es tan malo...
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