Máxima igualdad en las cuatro semis entre Real Sociedad y Real Madrid
El cuadro realista se impuso con claridad en 1951 y 1988 ganando la vuelta en el Bernabéu, perdió en 1958 y cedió en los penaltis en 1982
La Real Sociedad es un equipo que ha tenido una relación especial con la Copa, aunque echase por la borda su trayectoria en esta competición con un cuarto de siglo horroroso entre 1989 y 2013 en el que no hizo honor a su historia, con eliminaciones sonrojantes ante rivales de inferior categoría. Con Imanol ha recuperado ese brillo pasado y el mejor botón de muestra son las tres semifinales que ha alcanzado en las seis últimas temporadas. Por detrás hay muchas más, hasta 18, en las que el conjunto txuri-urdin se plantó entre los cuatro mejores del torneo. En cuatro de ellas se enfrentó al Real Madrid, con un bagaje equilibrado de dos superadas con holgura en 1951 y 1988, una en la que los penaltis le fueron adversos en 1982 y otra en la que perdió con claridad. No es un mal balance para tener como adversario al conjunto blanco.
Haciendo un repaso a las 18 semifinales, la Real se clasificó para disputar la final cinco veces, las dos mencionadas ante el Real Madrid y otras tres en las que apeó al Valencia (1928), Athletic (1987) y Mirandés (2020). Los penaltis le han dado la espalda dos veces, la reseñada de 1982 en el Bernabéu y la del año pasado contra el Mallorca en Anoeta. Además, en 1969 cayó en el partido de desempate contra el Elche –entonces no había penaltis– después de que la eliminatoria quedara en tablas tras los dos primeros encuentros. Fue una lástima porque aquel equipo que traía la inercia positiva del ascenso de Puertollano había apeado antes al Barcelona y el Atlético y perdió el desempate jugado en terreno neutral por una expulsión de Santamaría que le condenó a jugar la segunda parte con uno menos. Habría disputado la final ante el Athletic.
La semifinal de los pitos
Las semifinales contra el Real Madrid han tenido de todo, pero sin duda la de mayor repercusión fue la de 1951 por la polémica que se generó en Madrid después del partido de ida en Atocha que acabó con triunfo blanquiazul con gol de Artigas en un choque duro y tenso. En la vuelta, como está sucediendo estos días, el club blanco organizó una campaña contra los árbitros y repartió 40.000 silbatos para abroncar a los colegiados y clamar contra lo que consideraba una injusticia. Sin embargo, a pesar de la encerrona, la Real realizó un ejercicio de personalidad y silenció el coliseo merengue. Los entrenados por Benito Díaz, el técnico que más partidos ha dirigido al conjunto realista, se adelantaron de entrada con un tanto de Barinaga tras buena jugada de Alsúa y al final Caeiro hizo el segundo.
En 1958 ambos clubes volvieron a cruzarse en la antesala de la gran final, aunque en esta ocasión el Real Madrid, que había ganado las tres primeras ediciones de la Copa de Europa, se impuso con claridad. El 4-1 de la ida no estuvo exento de polémica porque el árbitro expulsó a Irulegui cuando fue Gento el que le había agredido. Y con 3-1 señaló un discutido penalti que sirvió a Di Stéfano para hacer el cuarto. En la vuelta, marcó pronto Laguardia y después el árbitro anuló injustamente, como recoge la crónica del DV de aquel día en la imagen superior, un gol a Elizondo que debió dejar a la Real a un tanto de igualar la eliminatoria. En la segunda parte pesó el cansancio y la postrera diana de Joseíto acabó con el sueño guipuzcoano.
A un minuto de la final
La mejor Real de la historia, ésa que entre 1979 y 1982 coleccionó un subcampeonato y dos títulos de Liga consecutivos, nunca disputó una gran final de Copa. La prioridad era pelear la Liga, lo que generaba un gran desgaste físico y emocional que se unía a los partidos en competición europea y de la selección, porque entonces cinco o seis blanquiazules eran internacionales. La Copa se jugaba en el mes de mayo y los de Ormaetxea llegaban bastante tocados a esa época del año.
Aún así, en 1982 estuvieron a punto de disputarla pero les sobró un minuto. Esa temporada habían apeado a Osasuna, Valladolid y Athletic y en el encuentro de ida Satrústegui marcó tras un saque de esquina botado por López Ufarte. Exigua renta para defender en el Bernabéu.
En la vuelta la Real completó un buen partido, con salidas peligrosas al contragolpe en la primera mitad, pero acabó replegada ante el empuje madridista. En el minuto 89 Juanito igualó la eliminatoria y se jugó una prórroga en la que no se movió el marcador. Como tantas veces ha sucedido en la historia del club –el año pasado ante el Mallorca, sin ir más lejos–, la suerte no le sonrió en los penaltis. Kortabarria, que un año antes había marcado desde los once metros en la conquista del título en Gijón, falló esta vez en lanzamiento decisivo. La Real ganaría la Liga ese mismo año y perdió la oportunidad de aspirar al doblete en una final que le habría enfrentado al Sporting.
Ormaetxea lamentaba en vestuarios «las clarísimas ocasiones que desgraciadamente no hemos aprovechado», mientras que el técnico blanco Molowny elogió a la Real. «Ha demostrado ser un señor equipo. Hemos sufrido mucho pero si no hubiésemos luchado tanto habría sido imposible eliminar a un gran equipo. Lo teníamos difícil pero al final ha llegado el gol».
El baño a la Quinta del Buitre
Lo sucedido en 1988 fue una de las páginas más hermosas escritas en los 116 años de historia del club porque el equipo de Toshack endosó un 5-0 global al Real Madrid de la Quinta del Buitre, que enlazó cinco campeonatos consecutivos de Liga entre 1986 y 1990. Con un dominio insultante en el fútbol español, en aquella semifinal recibió por parte de los blanquiazules una cura de humildad que aún recuerdan quienes lo vivieron.
En Atocha, como era habitual en partidos tan igualados, decidió un solitario gol de Bakero a la salida de un córner. Después el marcador no se movió porque ni unos querían perder su mínima renta ni los otros regresar a Madrid con una desventaja mayor. Ambos equipos ocupaban las dos primeras posiciones en la Liga.
En la vuelta, la Real hizo un ejercicio de supervivencia antes del descanso con un Arconada que debió emplearse a fondo para no ver batida su portería. Sin embargo, Górriz marcó a la salida de otro córner un gol que cambió el rumbo de la eliminatoria porque fue un palo que los madridistas no pudieron superar. En un abrir y cerrar de ojos, Bakero y Begiristain elevaron el 0-3 al marcador y cuando el de Goizueta hizo el cuarto gracias a un cabezazo en plancha el Bernabéu se puso en pie para aplaudir el partidazo de la Real, algo que nunca más ha vuelto a ocurrir.
En total los dos equipos se han cruzado en once eliminatorias coperas, con cinco triunfos txuri-urdin y seis blancos. La última fue en la 19/20 con aquel 3-4 en el Bernabéu que acabó con la conquista del título en La Cartuja con el gol de Oyarzabal al Athletic.
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