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Oyarzabal celebra el gol del triunfo con la grada Zabaleta mientras es sujetado por Barrenetxea ante la presencia de Aihen. josé mari lópez
Real Sociedad

Anoeta late al ritmo de Oyarzabal

Reencuentro. El héroe de La Cartuja firma el triunfo en el regreso de la afición txuri-urdin al Reale Arena

Miguel González

San Sebastián

Domingo, 22 de agosto 2021, 21:40

Ya tiene la Real la primera victoria en su casillero. No fue sencillo, porque en este arranque del campeonato nadie vuela, pero más allá de ... lo ajustado del resultado es de destacar la solvencia del juego de un equipo blanquiazul que, sobre todo en la segunda parte, fue muy superior a su rival. En un guiño del destino no podía ser otro que el héroe de La Cartuja, Mikel Oyarzabal, el que firmara el triunfo del reencuentro con la afición en el Reale Arena. El capitán fue el más incisivo en ataque, demostrando que ha regresado enchufado de los Juegos, y generó mucho peligro con sus acciones. Menos mal que no lo hemos mandado de vacaciones al Caribe porque si no quizás ahora no tendríamos tres puntos en la tabla.

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También hay que subrayar la firmeza defensiva demostrada tras el mal estreno liguero en el Camp Nou. Especialmente en las acciones de estrategia en las que, salvo un cabezazo inicial de Saveljich en un córner, los de Imanol no concedieron opción alguna de rematar a los vallecanos. Y estos partidos se ganan manteniendo la portería a cero como tantas veces se hizo el año pasado.

El Rayo cierra bien los espacios. Andoni Iraola ya complicó la vida a la Real hace dos temporadas cuando visitó Anoeta con el Mirandés y esta vez no iba a ser menos. El usurbildarra tiene muy estudiado al cuadro realista y supo plantearle un partido cerrado en el que los huecos tardaron una hora en aparecer. Con un sistema de salida de 1-4-2-3-1, acompañando Trejo a Andrés como segundo hombre en la presión, la Real tuvo problemas para llegar con claridad a zona de tres cuartos desde la que asaltar la portería de Dmitrievski.

Real Sociedad

Januzaj (Silva, m.76), Guridi (Merino,m.80), Portu (Barrenetxea, m.80), Pacheco (Aihen, m.86) y Guevara (Isak, m.86).

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Rayo Vallecano

Isi (Merquelanz, m.62), Pathé Ciss (Óscar, m.73), Bebé (Álvaro, m.73), Nteka (Andrés, m.73) y Qasmi (Comesaña,m.86).

  • Gol 1-0 min. 67: penalti por mano de Balliu a disparo de Aihen que marca con sutileza Oyarzabal engañando a Dmitrievski.

  • El árbitro Jaime Latre del comité aragonés. Muy mal. Asistido en las bandas por Bueno Mateo y Tresaco Escabosa. Amonestó a Isak, Pacheco y Le Normand de la Real y a Trejo, Comesaña, Balliu, Fran García e Iraola del Rayo.

  • Incidencias 7.652 espectadores en el regreso de los aficionados al Reale Arena, aunque con un aforo limitado al 20%. Gran ambiente en las gradas.

Primero, porque los centrales no fueron valientes en iniciación para conducir a zonas altas. Segundo, porque a Zubimendi le vigilaron de cerca después de que ganase dos veces la espalda a Trejo al principio. Y tercero porque Silva tenía pegado como una lapa a Óscar para que no se girase. Así las cosas, se adivinaba un partido de paciencia para no regalar balones que alimentasen la contra rival y trabajar con continuidad situaciones de ataque que minasen al adversario.

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Oyarzabal, de desatascador. La aparición del capitán fue clave para acercarse al área de Dmitrievski antes del descanso. Colocado en la derecha alternaba sus intervenciones por dentro y por fuera para generar dudas en su persecución a Fran García. En el minuto 24 un sensacional pase de exterior en profundidad para Silva provocó que el canario dejara sentado a un rival y probara suerte con su disparo, desviado a córner in extremis por Catena. Un cuarto de hora después el eibarrés sacó de sitio al propio Catena y dejó pasar el balón con astucia para atacarle la espalda de forma que arrancó en su carrera hacia portería. Al final, Saveljich acabó bloqueando su remate. Todo surgía desde el espíritu del '10' txuri-urdin en campo rival.

En terreno propio Álvaro aprovechó un error de Aritz en un salto tras golpeo largo de Dmitrievski para salir disparado hacia la meta de Remiro pero Le Normand cortó de forma providencial el pase de la muerte cuando Andrés estaba solo para empujar. Una acción determinante sin la cual hubiera cambiado el partido.

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Asedio tras el descanso. En la segunda parte la Real dio un paso adelante porque los centrales se atrevieron a conducir hasta posiciones más altas y ello generó dudas en el centro del campo rival al saltar a la presión. Sobre todo con Aritz por la derecha. La consecuencia fue que Gorosabel pudo filtrar pases a la espalda de Fran para que Oyarzabal alcanzara línea de fondo. Un pase del capitán hacia atrás en el 49 no lo aprovechó Silva con todo a su favor. Pero se trataba de avanzar sin dejar abierta la puerta de atrás.

Las claves

  • Paciencia La Real se tomó una hora en ataque para ir picando el muro vallecano hasta que terminó cayendo

  • Profundidad La presencia de Oyarzabal en la derecha generó una brecha por la que llegaron las mejores ocasiones

  • Sobriedad El cuadro txuri-urdin mejoró mucho en defensa y Remiro apenas tuvo que intervenir en el partido

Una pérdida de Barrenetxea a punto estuvo de costar cara después de que Merquelanz se internase y Andrés estrellase el larguero en la madera. Pero fue un espejismo porque el campo se inclinaba hacia la portería de Dmitrievski. Aritz intentaba buscar en largo a Isak, que curiosamente hacía daño en el duelo individual a Catena. De una falta de ésas surgió el cabezazo de Aritz al poste, tras tocar el meta visitante, en un caramelo colgado por Oyarzabal. Después fue Barrenetxea el que lo intentó con un disparo desde la derecha. Y tanto fue el cántaro a la fuente que acabó por romperse a la salida de un córner.

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Aihen cazó un rechace en la frontal del área y su remate lo cortó con el brazo Balliu en clarísimo penalti después de que en la misma jugada Comesaña hubiera hecho otro por codazo sobre Le Normand. Pero fue tan evidente el segundo que Jaime Latre no se metió en más líos.

Un seguro en los once metros. Oyarzabal no se puso nervioso. Ha empezado la temporada con el brazalete cosido al corazón y no iba a fallar. Los había metido en la Eurocopa y en los Juegos en situaciones de mayor tensión, y no iba a dejar a los parroquianos sin la victoria el día de su regreso. Así que cogió carrerilla, miró a Dmitrievski y le colocó el balón al otro lado. Como en los grandes días, lo celebró yéndose a la grada a fundirse con los aficionados, una imagen que se había resistido año y medio desde aquel gol de Januzaj al Valladolid.

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Lo más difícil estaba hecho pero faltaba confirmar la ventaja. Imanol dio entrada a Portu y Januzaj para buscar el segundo y entre los dos colocaron a Isak delante de Dmitrievski. Pero la primera vez se esquinó demasiado y en la segunda el portero adivinó lo suficiente su intento de vaselina para neutralizarla.

Como no llegaba el segundo hubo que mirar hacia atrás y ahí salieron Pacheco por Aihen, Guridi por Merino y Guevara por Isak. Hacían falta piernas frescas y cabezas despejadas para los últimos minutos. Y salvo tres disparos desesperados desde lejos de Bebé que no encontraron portería, no hubo que sufrir demasiado para sujetar un triunfo que alivia a la Real después de su derrota inicial en el Camp Nou.

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