Osasuna-Real Sociedad

El arte del penalti: Sergio Herrera contra Oyarzabal

El penalti representa el duelo más directo que tiene el fútbol. Dos jugadores frente a frente separados por tan solo once metros. En el punto de penalti, el atacante que busca engañar al rival y marcar gol. Debajo de los palos, el portero que trata de captar cualquier gesto de su contrincante para adivinar a dónde va a dirigir el balón. Una escena muy parecida a la de un Western que tiene en Sergio Herrera, portero de Osasuna, y Mikel Oyarzabal, capitán de la Real Sociedad, como los máximos exponentes de la actualidad en Liga.

Mikel Oyarzabal es por un lado el jugador que más penaltis ha marcado en Liga junto a Karim Benzema los cinco últimos años, mientras que el rojillo es el portero con el que menos penaltis han terminado en gol las cuatro últimas temporadas.

Mikel Oyarzabal debutó con la Real en octubre de 2015, pero no fue hasta tres años después, el 5 de octubre de 2018 contra el Athletic en San Mamés y con Xabi Prieto ya retirado, cuando asumió los galones por primera vez en una pena máxima. Ese día, en la victoria en el derbi por 1-3, marcó dos goles desde los once metros.

Los 21 goles de 24 marcados en Primera le igualan con Xabi Prieto en la segunda posición de jugadores realistas de más penaltis convertidos en Liga. El anterior '10' txuri-urdin completó un casi inmaculado 21 de 22 en Primera (95,5%) y se quedó a cuatro del líder en este apartado estadístico: Roberto López Ufarte. El histórico de la Real concluyó su trayectoria como blanquiazul con 25 de 33 penaltis marcados (75,8%), por lo que Oyarzabal está a cuatro de igualarle.

Además, desde aquel día de San Mamés, Oyarzabal es junto a Karim Benzema (21 de 26, ahora en la liga saudí) el jugador que más penaltis ha metido en Primera, por delante de otros como Iago Aspas, Borja Iglesias, Carlos Soler o Gerard Moreno.

En el histórico de la Primera División, Messi es el que más ha lanzado con 60 aciertos de 74 penaltis intentados, aunque Cristiano Ronaldo se lleva el liderato en más penas máximas convertidas: 61 de 72. En datos recabados por el Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español (CIHEFE), Hugo Sánchez completa el podio con 56 goles de 71 intentos.

Oyarzabal ha patentado una mecánica particular de lanzar penaltis que, sin duda, le ha funcionado. Su característico 'saltito' antes de disparar con la zurda y el momento en el que alza la vista le permite intuir las primeras intenciones del portero sobre a dónde se va a lanzar mientras él mismo no da pistas de su ejecución. Sin embargo, eso no significa que los lance al azar, y con tantos penaltis lanzados incluso el eibarrés tiene un patrón y su zona preferida.

El analista Jesús Lagos publicó hace unas semanas que en una recopilación de ocho mil penaltis lanzados en diversas competiciones durante los cuatro últimos años, el 35,35% se han tirado abajo a la izquierda (desde la perspectiva del lanzador) y el 30,51% abajo a la derecha. En el caso de los zurdos, su zona preferida es abajo a la derecha (38,41%) y posteriormente abajo a la izquierda (28,46%).

En este arte del penalti existe el concepto llamado 'zona de seguridad'. Dependiendo de si el jugador es zurdo o diestro, la mencionada zona de seguridad consiste en el disparo diagonal desde su pierna natural porque el golpeo se realiza de manera más certera con el empeine interior, ya que para lanzarlo en la misma dirección que el pie natural de golpeo (los zurdos a la izquierda) hay que abrir más el interior del pie, con el riesgo de que pueda irse fuera de la portería al querer ajustarlo al palo.

En el caso de Oyarzabal, zurdo, no es una regla que se cumpla y en los 37 que ha lanzado hasta ahora en doce se ha inclinado por tirarlo abajo a la izquierda. Es un 32,4%. Si ampliamos el foco, su zona preferida es algo más centrada, sin ajustar demasiado al palo, mientras que el 27% sí han sido a su zona de seguridad.

Solo hay tres porteros que puedan decir que han detenido un penalti a Mikel Oyarzabal. El primero que no metió, después de dieciséis aciertos, fue en la tanda de penaltis de la semifinal de la Supercopa contra el Barça en enero de 2021. El eibarrés lo dirigió a su zona más habitual y Marc André Ter Stegen adivinó sus intenciones. Quizás eso provocó dudas en Oyarzabal, porque después de su primer error vinieron dos penaltis fallados de los próximos tres. Tras meterle al Cádiz falló de forma consecutiva y en solo diez días contra el Manchester United en Old Trafford y ante el Levante, y ambos de la misma forma: mandándolo fuera arriba a la izquierda. Los otros dos errores, por méritos de Bono y David Soria, llegaron contra el Sevilla en la 21/22 y este abril ante el Getafe, respectivamente. Los dos en Anoeta.

Hay una estadística muy curiosa que puede mostrar una tendencia de que los porteros conocen cada vez mejor a Oyarzabal. Después de que en sus primeros 29 lanzamientos tan solo en seis el portero adivinara sus intenciones y se tirara a donde fue el balón (21,4%), en los últimos ocho penaltis el guardameta ha adivinado la dirección en hasta cinco ocasiones, un 62,5%.

Sergio Herrera, con sus 192 centímetros, gran envergadura y juego psicológico, se ha convertido en el 'parapenaltis' de la actualidad con cifras espectaculares. Desde que viste la camiseta de Osasuna, y está cumpliendo su séptima temporada como rojillo, le han lanzado un total de 29 penaltis, de los que dieciséis no han terminado en gol y once han sido detenidos por el portero de 30 años. Es decir, solo el 44,8% han terminado en gol.

En la 2017/18 de Segunda División cuatro de cinco no terminaron en gol. Detuvo tres, dos de ellos en el mismo partido contra el Cádiz, y desde que debutó en Primera División en la 2019/20 ningún portero tiene un mayor éxito de penaltis que no han terminado en gol que Sergio Herrera, que acumula en la competición doméstica de más alto nivel 10 fallos del lanzador de los 20 que le han tirado, de los que ha detenido siete. El que más se le acerca es David Soria, del Getafe, que de los 28 que le han lanzado nueve no han terminado subiendo al marcador. Con Remiro, por ejemplo, cinco no han terminado en gol de los dieciocho que le han lanzado con la Real.

La racha actual de Sergio Herrera intimida. De los últimos once penaltis que le han tirado solo tres han acabado en gol, y cinco de ellos los ha detenido. Además, ha vivido dos momentos estelares: detuvo en un mismo partido dos lanzamientos a Karim Benzema -al francés le ha parado tres consecutivos y el Real Madrid ha fallado cuatro seguidos contra él- y fue el héroe en la tanda de penaltis que Osasuna ganó al Betis en el Benito Villamarín en los octavos de final de la edición de la Copa del Rey en la que los rojillos alcanzaron la final.

Aquel día Herrera llevó a la portería una botella de agua forrada por una hoja que mostraba los lanzamientos más recientes de los jugadores del Betis.

La tanda de penaltis, lejos de ser una lotería, es una combinación de información e intuición, y el entrenador de porteros Richard Sanzol le proporcionó lo primero y el de Miranda de Ebro está dotado de lo segundo. Además, la presión entra en juego en un duelo en el que el lanzador tiene más obligación de marcar que el portero de parar.

Se puede pensar que al ser un portero tan alto a Sergio Herrera le pueda costar tirarse a ras de suelo, pero precisamente es a donde más opta por lanzarse para tratar de detener el penalti.

De los veintinueve penaltis que ha recibido, en catorce se ha tirado abajo a la izquierda del lanzador (48,3%) y dos más a la izquierda pero a media altura, zona en la que ha detenido cinco penaltis (31,3%). Se ha tirado en nueve ocasiones a la derecha del lanzador (31%), parando cuatro (44,4%).

En el histórico de la Liga, Zubizarreta recibió 103 penaltis en su carrera, de los que veintidós no fueron gol y paró dieciséis. Sin embargo, el portero con el récord de más paradas y mayor porcentaje de penaltis detenidos es Diego Alves. El brasileño evitó que 22 de los 49 lanzamientos que recibió terminaran en gol, un bárbaro 44,9%.

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