Roberto Olabe: un lustro con grandes beneficios

Su primera decisión fue poner el proyecto en manos de Asier Garitano en una apuesta que se reveló equivocada, ya que fue destituido a final de año por los malos resultados, regresando al banquillo un Imanol Alguacil que ya no ha abandonado el barco y que recientemente ha sido renovado hasta 2025.

Junto al fichaje fallido de Garitano, Roberto Olabe reclutó como cedidos a Theo Hernandez y Sandro Ramírez, que no dejaron un buen recuerdo, y apostó fuerte por Mikel Merino, por el que pagó 12 millones al Newcastle en uno de los fichajes que más rendimiento está dando a la Real.

En el verano de 2019 dejaron la Real Sociedad Juanmi, traspasado al Betis por ocho millones; Gero Rulli, cedido al Montpelier por 1,5 millones, y Rubén Pardo y Héctor Moreno, que se fueron gratis.

Había que reforzar el equipo y el director de fútbol del conjunto txuri-urin se remangó para traer libre a Álex Remiro del Athletic, conseguir la cesión por parte del Real Madrid de Martin Odegaard y fichar a Alexander Isak, Cristian Portu, Nacho Monreal y Modibo Sagnan tras una inversión superior a los 20 millones de euros.

El resultado fue notable ya que la Real se clasificó para Europa y alcanzó la final de Copa que no podría disputar hasta la temporada siguiente por la pandemia.

La gran campaña de Martin Odegaard hizo que el Real Madrid, que en principio había cedido al jugador por dos años a la Real, reclamase al noruego, privando a los txuri-urdin de uno de sus futbolistas más referenciales. Sin embargo, Roberto Olabe maniobró en verano protagonizando un golpe de efecto de impacto mundial como fue el fichaje de David Silva, que llegó libre desde el Manchester City cuando la Lazio parecía su destino.

Además de la marcha de Odegaard, de la Real se fueron también Diego Llorente, traspasado al Leeds United por 20 millones de euros; Gero Rulli, al Villarreal por cinco; Raúl Navas, a Osasuna por 250.000 euros y David Zurutuza, que decidió colgar las botas.

La llegada de Silva dio continuidad al buen juego de una Real que en enero de 2021 se dejó 10 millones de euros para fichar al prometedor Carlos Fernández, que formó parte de la plantilla que el 3 de abril alzaría la Copa del Rey en La Cartuja tras derrotar al Athletic de Bilbao en lo que hasta la fecha ha sido el gran éxito de Roberto Olabe.

En el verano de 2021, y tras sufrir las bajas de Miguel Ángel Moyá, retirado; y Luca Sangalli y Roberto López, que bajaron al Sanse, Olabe reclutó para la Real al meta Mathew Ryan, a Diego Rico, por el que pagó 500.000 euros al Bournemouth, y obtuvo las cesiones de Alexander Sorloth y Rafinha.

Esta temporada pusieron pie a tierra Willian José, trapasado definitivamente al Betis por 8,5 millones; Cristian Portu, que se fue al Getafe por 3,5 millones; Julen Lobete, al Celta por un millón; Nais Djouahra, al Rijeka a cambio de 750.000 euros; Adnan Januzaj y Jon Guridi, libres y Nacho Monreal, retirado. Tras firmar la tercera clasificación consecutiva para disputar la Europa League y con el aval de un título de Copa, Roberto Olabe se embarcó en su mercado más ambicioso aprovechando la buena situación económica de la Real y la crisis de la mayoría de clubes europeos.

Así, firmó a Mohamed-Ali Cho del Angers francés a cambio de 11 millones, a Brais Méndez del Celta por 14, a Take Kubo del Real Madrid por 6 y volvió a obtener la cesión de Alexander Sorloth del Leipzig. La marcha a pocos días de cerrarse el mercado de Alexander Isak al Newcastle a cambio de 70 millones de euros en lo que ha sido el mayor traspaso de la historia del club, obligó al director de fútbol a maniobrar con rapidez, fichando del Almería a Sadiq Umar a cambio de 20 millones, el fichaje más caro de la historia del club.

A todos estos refuerzos hay que sumar a canteranos que durante este tiempo se han consolidado en el primer equipo como Robin Le Normand, Martin Zubimendi, Aihen Muñoz, Jon Pacheco, Robert Navarro, Ander Barrenetxea, Ander Guevara o Álex Sola, a los que hay que unir a los Beñat Turrientes, Jon Karrikaburu, Jon Magunazelaia o Pablo Marín. Es la fórmula del éxito.