En los últimos años cada vez que llega el derbi me asaltan las mismas sensaciones. Siento que esta Real está muy por encima del Athletic ... en cuanto a juego, calidad indidivual de sus jugadores y abanico de recursos. Imagino una victoria de la Real con sus aficionados levitando una vez más en un derbi. Pero la realidad es que cuando uno mira a Lezama ve un Athletic que quizás no brilla tanto pero que obtiene resultados y que muy rara vez deja de competir. Un equipo, el rojiblanco, al que hay que respetar sí o sí por más que los precedentes de los últimos años sean favorables a la Real. El Athletic es uno de los equipos más consistentes del campeonato. Intenso, ordenado, riguroso. Su presión le permite recuperar balones que sabe convertir en ocasiones de gol porque es rápido, preciso y versátil. Entra por dentro y por fuera y ha conseguido el equilibrio de la mano de Valverde. La única pega es que le falta gol desde que salió Aduriz. A pesar de esa dificultad está a solo seis puntos de la Real.
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Lo importante es que el derbi le llega a la Real en un buen momento. Los números le respaldan. Su buen juego nos permite ser optimistas. Esta Real encaja poco, muy poco, y arriba está siendo efectiva así que el escenario a priori es positivo. Nuestro equipo tiene un dinamismo diferente. Es capaz de inventar soluciones que otros ni siquiera intuyen y llega en un momento dulce. Tampoco ninguno de los mortales es capaz de crear tanta belleza como nuestro equipo en el último tercio de campo. Pero si hay un punto muy por encima respecto al Athletic es su centro del campo. Zubimendi, Merino, Brais y Silva conforman un rombo ahora mismo insuperable y es desde ahí donde la Real debe poner el derbi a su favor. Si la Real mueve el balón con la velocidad a la que lo está haciendo, es fácil que el derbi sea blanquiazul otra vez. Entenderán por qué la noche pinta bien.
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