Mejor cuanto más atrás
Sólida ·
La defensa, la portería y el pivote defensivo han sostenido a un equipo que ha mantenido la creatividad en el centro el campo pero ha carecido de pegada en los últimos metrosMIGUEL GONZÁLEZ
Viernes, 3 de junio 2022, 07:03
La exitosa temporada realizada por la Real se ha sustentado sobre todo en el excelente trabajo sin balón de todo el equipo, lo que ha hecho que los jugadores más retrasados hayan sido los que más hayan brillado en esta ocasión. En este análisis por líneas que cierra el balance del curso de los realistas, la portería y la defensa se llevan las mejores notas, el centro del campo ha mantenido el buen nivel de las últimas campañas y los atacantes han sufrido un sinfín de calamidades que han resentido de manera notable su rendimiento. A pesar de todo, la historia ha tenido un final feliz porque el grupo ha sabido hacer de la necesidad virtud y ha rascado puntos de todos los sitios hasta llegar a esos 62 que le han permitido ser sexta y volver a Europa League por tercer año seguido.
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La portería bien cubierta
La llegada de Ryan ha sido un gran acierto porque ha elevado la competitividad del puesto de forma notable. El curso pasado una lesión de rodilla tuvo a Moyá casi media temporada en blanco quedando Remiro como único inquilino del primer plantel bajo los palos. El navarro aguantó y no hubo que lamentar males mayores habiendo una final de Copa del Rey en juego.
La decisión de fichar al australiano se ha demostrado acertada porque Imanol ha conseguido lo que pretendía: tener a dos guardametas enchufados en el día a día rivalizando por ver quién jugaba. El resultado ha sido que Remiro ha tenido continuidad por tercer año consecutivo, pero la pelea con un adversario de su misma condición física ha hecho que eleve sus prestaciones. Ha pasado sus malos momentos, como a finales de 2021 con dos partidos ante Athletic y Betis que le pudieron haber marcado de no haber sido porque con su carácter supo sacar la situación adelante. El meta de Cascante ha mantenido su gran juego con los pies, clave en el inicio de las jugadas y para superar presiones adelantadas del contrario, y ha dado un paso adelante en situaciones de uno contra uno y en el juego aéreo, faceta en la que cada vez se le ve con más soltura. Sus 22 porterías a cero no han sido fruto de la casualidad.
Ryan se ha revelado como otro gran cancerbero y ha sabido asumir su papel de alternativa, ya que solo ha jugado nueve partidos. Eso sí, han sido de envergadura, como la visita a Mónaco o la eliminatoria completa ante el Leipzig. Muy seguro bajo palos gracias a sus extraordinarios reflejos y con buen 'timming' en el salto para el juego aéreo, fue un recurso que utilizó Imanol cuando las características del contrario así lo aconsejaron. El partido que que realizó en Vigo (0-2), con hasta seis intervenciones decisivas, hacía muchos años que no se veía en la Real en un portero.
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Una roca por dentro
El análisis de la defensa se puede dividir en dos: los centrales y los laterales. Las dos posiciones del eje de la zaga han sido las que mejor han rendido de todo el equipo con permiso de un Zubimendi estelar al final de curso. Le Normand no para de dar pasos adelante en su carrera y se ha convertido por derecho propio en uno de los mejores especialistas de la Liga. Solo una sanción por tarjetas le impidió participar ante el Cádiz en la antepenúltima jornada y ser el único jugador de campo del campeonato que disputase todos los minutos. A sus prestaciones defensivas más que evidentes, ha añadido una destreza para iniciar la jugada con el hándicap de hacerlo a pie cambiado. Lo mejor es que aún parece que tiene un margen de crecimiento notable.
La estructura que han conformado Remiro, Aritz, Le Normand, Zubimendi y Merino ha sido clave para neutralizar al adversario
Así las cosas, jugar al lado del bretón ha sido bastante sencillo. Aunque no ha tenido un acompañante fijo, los que han ido rotando han debido dar su mejor versión para mantenerse a su altura. El arranque de curso de Aritz fue brutal con varios meses en los que alcanzó el mejor nivel de su carrera gracias a que esquivó las lesiones y pudo tener continuidad. Los dos partidos sanción ante el Valencia frenaron su trayectoria y en el tramo final Zubeldia, bastante recuperado de sus problemas de pubis, le ha quitado la titularidad para que el rendimiento colectivo se mantuviese alto.
Otra gran noticia ha sido la irrupción de Pacheco en marzo con cuatro partidos seguidos en el once. A sus 21 años parece llamado a formar la pareja atrás con Le Normand, ya que su condición de zurdo ayuda mucho a sacar limpio el balón desde atrás y estar mejor perfilado para filtrar tanto pases interiores como para superar con cambios de orientación la basculación del rival.
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Faltó gas en los laterales
En lo que se refiere a las posiciones exteriores de la retaguardia la lectura ha sido distinta porque, sobre todo en ataque, les ha costado ir hacia arriba y nutrir de buenos balones a los atacantes. Eso sí, en defensa todos han aprobado con nota alta en su rendimiento con especial hincapié en un Aihen que tuvo que defender el lateral izquierdo en solitario durante más de cuatro meses.
A Gorosabel le ha faltado confirmar en lo ofensivo su excelente año pasado, más allá de que ha terminado a un nivel alto dando tres asistencias de gol. Pero el resto del curso ha estado en un discreto segundo plano y para la Real son importantes sus alas cuando, cada vez más veces, los contrarios le esperan por dentro. Zaldua, adalid de la regularidad, ha tenido continuidad y ha firmado partidos muy buenos como en Eindhoven, en el que dio dos asistencias, pero es un lateral de mayor rigor defensivo que de grandes alardes en ataque.
En el flanco izquierdo las lesiones de Monreal y Rico redujeron el objetivo de esa posición a la supervivencia con un Aihen que tenía pie y medio fuera del club en verano pasado y que se convirtió en una garantía para mantener el nivel que había en el resto del equipo. Pero pocas situaciones prometedoras se han generado desde ese lateral.
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Zubimendi, referente
La zona ancha ha vuelto a responder de forma satisfactoria como en las últimas temporadas, algo lógico teniendo en cuenta la calidad que atesoran los realistas del centro el campo. El que más se ha revalorizado ha sido Zubimendi, que en su primera experiencia con público -la temporada de su debut fue a puerta cerrada- ha confirmado todas las expectativas que se tenían puestas en él. Pasó por un mal momento entre febrero y marzo en el que salió del once titular, pero fue algo puntual que le sirvió para coger fuerzas de cara al 'rush' final en el que ha sido el más destacado. En defensa ha crecido mucho tanto en colocación como en poderío en las disputas, jugando en muchas ocasiones de tercer central para neutralizar envíos laterales. En ataque se le ha visto más valiente en creación, mirando hacia arriba, y también se ha animado a pisar área para marcar tres goles importantes.
Mikel Merino es una garantía porque nunca defrauda. Empezó el curso después de estar parado los dos últimos meses del pasado por una lesión de espalda y luego se perdió parte de la pretemporada al ir a los Juegos, así que le costó arrancar. Además, regresó de Mónaco con problemas musculares que le tuvieron parado en diciembrey después sufrió la rotura de un dedo del pie que le impidió entrenarse durante mes y medio. Con todo ello, se ha ido por encima de los 3.600 minutos, siempre con un rendimiento notable.
Silva ha tenido más continuidad que el año pasado y eso se ha notado porque cuando juega los resultados son buenos. Maestro en el último y el penúltimo pase, los atacantes han estado bien asistidos de balones cuando ha hecho falta. La llegada de Rafinha en el mercado de invierno reforzó la zona ancha, tanto por la posibilidad de jugar de enganche como de interior. Su presencia ha sido clave para mantener el ritmo competitivo hasta el final cuando las fuerzas flaqueaban.
Asimismo, Illarramendi ha echado una mano en los tres últimos meses después de casi tres años sin jugar mientras que Guevara ha ido de más a menos, ya que Imanol ha prescindido de él desde su error en febrero ante el Betis en Copa. Guridi ha vuelto a tener una participación residual.
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La mira desviada
Los problemas han estado en la línea delantera, donde se decía que con semejante ataque a la Real no le faltaría gol. Pues no ha sido así. La raíz del asunto hay que buscarla en las lesiones que han afectado a varios de sus componentes. Carlos Fernández se rompió el cruzado en verano y se ha perdido la temporada, y Oyarzabal sufrió la misma lesión en marzo que le tiene de baja desde entonces. A ese percance hay que sumarle otro problema muscular que le tuvo un mes parado en octubre, ya que tampoco hizo pretemporada y reventó. Con todo, le ha dado tiempo de hacer 15 goles.
Barrenetxea cayó el 2 de enero en Vitoria con un arrancamiento del aductor por el que tuvo que ser operado. Isak llegó tarde en verano tras jugar la Eurocopa y estuvo delicado muscularmente hasta que entró en calor, aunque ello le ha impedido tener ese mes bueno en el que siempre firmaba entre 5 y 6 goles. Al final se ha quedado en diez entre las tres competiciones, que no está mal para haber sido una campaña bastante pobres en números.
Ninguno de los atacantes ha brillado, algunos porque han caído lesionados y otros porque han estado negados en el remate
Así las cosas, Januzaj tiró del carro durante muchos meses hasta que se lesionó en febrero antes de la eliminatoria contra el Leipzig. Después se ha dejado llevar más preocupado por su futuro que por el presente. Portu es el único que no ha tenido problemas físicos, pero ha estado negado de cara al gol con solo dos dianas en su cuenta: ante el Pulido y de penalti contra el Cádiz.
Por último, Sorloth ha terminado siendo importante con el cambio de sistema de Imanol que le permitió jugar con Isak pero hasta entonces había tenido un rol secundario, quizás también entendible porque tenía que adaptarse a una nueva Liga y a un club diferente.
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