Illarramendi apunta a finales de octubre en la Real Sociedad

Capitán del equipo y con una dilatada trayectoria a sus espaldas que comprende títulos como la Champions, el Mundial de Clubes, la Supercopa de Europa, la Copa del Rey y el Campeonato de Europa sub-21, su ascendencia en el vestuario va mucho más allá. Su fichaje ha sido el más caro de la historia del club, cuando Aperribay pagó 17 millones en 2015 para recuperarlo del Real Madrid, y también es internacional absoluto. Ahora, en cuanto olvide las lesiones, volverá a desempeñar un rol principal como siempre.

Un repaso a la pasada temporada indica que la pasó casi en blanco. Solo jugó 217 minutos, los partidos completos correspondientes a las dos primeras joradas en Mestalla (1-1) y Mallorca (0-1) y 37 minutos en San Mamés hasta que se rompió el tobillo izquierdo. Desde entonces, el 30 de agosto de 2019, no ha vuelto a pisar un terreno de juego.

En aquella operación de septiembre del año pasado, en la que en principio se le iba a intervenir del peroné, se descubrió que también tenía roto el ligamento deltoideo y de la sindesmosis, lo que agravó el alcance de la lesión. Con todo, en marzo estaba cerca de reaparecer cuando llegó el confinamiento.

Pero el parón le vino fatal, porque cuando se pudo regresar a los entrenamientos notó que sentía molestias de una lesión anterior, la rotura del aductor derecho que se produjo en Mestalla en febrero de 2019 y de la que se recuperó para participar 38 minutos en las dos últimas jornadas de aquella temporada en la que la Real peleó por Europa hasta el partido final en Cornellá.

El caso es que cuando se pensaba que los tres meses de parón por el coronavirus le vendrían bien para igualarse físicamente con sus compañeros, ocurrió lo contrario. La inactividad le jugó una mala pasada y con el regreso a los entrenamientos se reprodujeron esas antiguas molestias en el aductor derecho.

La Real Sociedad movió ficha con rapidez y el 5 de julio fue operado el Londres por el especialista Ernest Schilders. El parte médico de aquel día informó de que fue «intervenido de la lesión del músculo aductor largo derecho, recaída de una rotura bastante grande que tuvo en febrero de 2019. Para solucionar las molestias, el profesor Ernest Schilders ha realizado una reconstrucción del anclaje del músculo en su origen pubiano». Estuvo cerca de un mes con muletas -así se le vio en la grada del Wanda Metropolitano en el partido decisivo del curso pasado- y se metió de lleno en Zubieta para recuperarse a costa de quedarse sin vacaciones.

Durante estos dos meses que han transcurrido desde su paso por Londres ha cubierto casi todas las etapas de la recuperación. Empezó alternando el trabajo en la bicicleta estática con la piscina y las manos de los fisioterapeutas para poner a tono la musculatura. Después comenzó a correr suavemente por Zubieta hasta ponerse a las órdenes del recuperador Alain Sola, que es quien le dirige las operaciones sobre el verde. En el gimnasio, el trabajo de fortalecimiento sigue dependiendo de Iñigo Almandoz.

La semana pasada las cámaras de la web del club le captaron en el José Luis Orbegozo tocando balón. El motivo fue que Januzaj realizaba el primer entrenamiento tras estar confinado por Covid y allí estaba el mutrikuarra. La sonrisa que dedicó a los presentes y un gesto con el pulgar de su mano derecha levantado llegaron al aficionado, que cuenta los días para verle de nuevo en acción.

En principio, hay confianza en que pueda volver para finales de octubre, lo que sería una magnífica noticia porque para entonces solo se llevaran disputadas ocho jornadas de Liga y la Europa League no habrá hecho más que comenzar. Hay que recordar que arranca el 22 de octubre.

Con su regreso la Real Sociedad tendrá tres mediocentros organizadores: Illarramendi, Zubimendi y Guevara. Los dos primeros están lesionados y el tercero saliendo de una fractura del tobillo derecho que le ha tenido cuatro meses parado. Cuando estén todos en liza, lo más normal es que Zubeldia pueda echar una mano a la defensa y que los tres se repartan las responsabilidades en zona de creación. Tanto Guevara como Zubimendi se han manejado también de interiores algo más adelante, por lo que en una campaña tan cargada como ésta habrá minutos para todos.

Cuando Illarramendi cayó lesionado en febrero de 2019 la Real levantaba el vuelo con Imanol después de la mala experiencia con Garitano. Era séptima a tres puntos del cuarto, pero su ausencia fue un golpe que acusó el equipo y que le descolgó de esas primeras posiciones.

La pasada campaña el técnico se las pudo arreglar con Zubeldia, Guevara y la mano que echó Zubimendi tras el desconfinamiento, pero sin duda Illarramendi es un futbolista superlativo que en cuanto vuelva dará a la Real un salt de calidad en esa zona tan importante del campo.