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Las diez noticias clave de la jornada

Un aviador de la República al servicio de la Real Sociedad

Salvador Artigas defendió al club txuri-urdin primero como jugador y luego como entrenador años después de combatir en la Guerra Civil en el bando republicano

Imanol Troyano

San Sebastián

Martes, 4 de marzo 2025

La historia de la Real Sociedad en la primera mitad del siglo XX está llena de capítulos fascinantes. El fútbol por aquel entonces no era el fenómeno de masas que es en la actualidad, aunque ya reunía a un buen número de seguidores cada fin de semana. Ya se estaba asentando como el deporte rey, pero los protagonistas del juego, los futbolistas, estaban muy alejados aún de la figura de intocables con la que conviven hoy día. La cercanía con el aficionado era mucho mayor.

De hecho, los propios realistas alcanzaban el primer equipo desde contextos muy diferentes. Zubieta era un sueño inimaginable. Por eso, la formación de los jugadores era muy variopinta. El ejemplo de Salvador Artigas muestra de manera muy gráfica la historia personal de algunos de los jugadores de aquel lejano fútbol de los cincuenta.

Artigas, nacido en Barcelona en 1913, fue jugador y entrenador de la Real entre 1949 y 1969. Pero su historia antes de llegar a Donostia no giró siempre alrededor de un balón. A pesar de iniciar su carrera como futbolista a los 15 años en los juveniles del Barcelona y alcanzar el primer equipo en la temporada 1930/31, el estallido de la Guerra Civil interrumpió su trayectoria de manera abrupta precisamente meses después de su debut.

En la inauguración de su zapatería Versalles junto a jugadores de la Real

En un momento de conversación con Benito Díaz, histórico entrenador de la Real

Fuente: Kutxateka

Artigas posa con su mascota en Alderdi Eder en 1950

En la inauguración de su zapatería Versalles junto a jugadores de la Real

En un momento de conversación con Benito Díaz, histórico entrenador de la Real

Fuente: Kutxateka

Artigas posa con su mascota en Alderdi Eder en 1950

En la inauguración de su zapatería Versalles junto a jugadores de la Real

En un momento de conversación con Benito Díaz, histórico entrenador de la Real

Fuente: Kutxateka

Artigas posa con su mascota en Alderdi Eder en 1950

En un momento de conversación con Benito Díaz, histórico entrenador de la Real

En la inauguración de su zapatería Versalles junto a jugadores de la Real

Fuente: Kutxateka

Sin fútbol al que jugar, decidió tomar parte en la contenienda en el bando repúblicano. Se inscribió en las convocatorias gubernamentales para alumnos-piloto y se desplazó a Francia, donde realizó el curso de vuelo elemental en la escuelo de vuelo de Agen, tal y como queda reflejado en los archivos de la Asociación de Aviadores de la República. Tras completar su formación en tierras francesas regresó a España para que le otorgaran el título de piloto militar de aeroplano. Le concedieron el empleo de sargento de aviación y en agosto de 1938 se incorporó a la 3ª escuadrilla Polikarpov I-16 Moscas del Grupo 21, en la que combatió en la batalla del Ebro y en la campaña de Cataluña.

En febrero de 1939 recibió la orden de aterrizar en el aeródromo de Toulouse, pero finalmente tuvo que recalcular su destino tras un ametrallamiento del enemigo y llegar a Agen, donde había realizado sus prácticas de vuelo. Según se cuenta pilotó el último aeroplano que abandonó territorio español durante el conflicto. Enseguida fue trasladado al campo de Gurs, pero tuvo la suerte ser rescatado para jugar al fútbol primero en el Girondins de Burdeos, después en el Le Mans Union Club 72 y por último en el Stade Rennais. Artigas no fue el único realista que pasó por un campo de concentración, aquí ya recordamos la historia de Sebastián Ontoria, el gerente comunista que sufrió las penurias de un campo franquista durante la contienda.

Antes de retirarse como futbolista fichó por la Real Sociedad, donde jugó entre 1949 y 1952. Disputó 77 partidos y llegó a marcar tres goles. Uno de sus tantos más recordados fue el que anotó al Real Madrid en la ida de las semifinales de Copa celebrada en Atocha en mayo de 1951. La Real superó al conjunto blanco en la eliminatoria y se plantó en la final del torneo, donde cayó derrotada por el Barcelona 3-0.

Colgó las botas, pero no se desligó totalmente del fútbol. Tras iniciar su carrera en los banquillos en el Stade Rennais, volvió a la capital guipuzcoana en 1955 para coger las riendas del cuadro txuri-urdin hasta 1960. Hasta que fue superado por Imanol Alguacil era el quinto técnico blanquiazul con más partidos tras Benito Díaz, John Toshack, Alberto Ormaetxea y Andoni Elizondo.

Tuvo una prolífica carrera como entrenador. Dirigió al Girondins de Burdeos, Barcelona, Elche, Athletic y Sevilla, e incluso estuvo al frente de la selección durante cuatro partidos en 1969. Cuando se jubiló se mudó a Benidorm, donde regentó varias cafeterías. Antes, durante su segunda estancia en Donostia abrió la zapatería Versalles en la calle Okendo. Falleció en la localidad alicantina el 6 de septiembre de 1997.

Créditos

  • Narrativa Visual Amaia Oficialdegui

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