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Remiro despeja con el puño derecho un balón colgado al área en medio de una maraña de jugadores. MANU REINO
Liga Santander

La lluvia refresca a la Real

Getafe 1 - Real Sociedad 1 ·

Reacción. El agua caída en el descanso permite al equipo txuri-urdin rescatar un punto tras una espesa primera parte sobre un terreno muy seco

Miguel González

San Sebastián

Domingo, 3 de octubre 2021

Seguramente un empate en casa del colista no será un gran botín. Sobre todo si se tiene en cuenta que no había sumado un punto ... en las siete primeras jornadas. Pero era una referencia engañosa porque el Getafe no ha cambiado mucho de aquel conjunto otrora competitivo y había puesto en aprietos a rivales como Sevilla y Atlético. Entonces le volaron los resultados en los minutos finales y amarró un empate frente a una Real que no tuvo su mejor tarde y terminó dando por bueno el punto, aunque por ocasiones generó bastante más que los locales.

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Pero no vamos a llevarnos a engaño. No fue un partido para ganar y rascar algo en esas circunstancias no es malo del todo. La lluvia que cayó en el descanso puso el campo rápido y a partir de ahí la Real se encontró más cómoda. Igualó por medio de Oyarzabal el tanto antes del descanso de Sandro y no tuvo fuerzas para buscar el segundo. Después de la paliza que lleva encima y tantas bajas en la enfermería se va al parón como colíder después de un bagaje de cinco victorias y dos empates en siete jornadas. Más es difícil pedirle.

Cuatro novedades en el once. Imanol introdujo cuatro cambios en la alineación con respecto al compromiso europeo de tres días antes, dos en la defensa, uno en el centro del campo y otro en la delantera. Atrás dio entrada a dos jugadores que se pueden considerar titulares, casos de Gorosabel por Zaldua y Le Normand por Zubeldia. Aritz y un incombustible Aihen completaron la línea.

En la zona ancha se mantuvieron en las dos primeras alturas Zubimendi y Merino, con Robert Navarro entrando en la tercera por Guevara. Arriba Portu y Oyarzabal se colocaron en las esquinas con Lobete como 'nueve'. Se dio la circunstancia de que desde Merino hacia adelante el equipo fue el mismo que en Granada con el obligado relevo de Lobete por el lesionado Sorloth. El técnico se guardaba las bazas de Januzaj, Isak y Barrenetxea para agitar el partido posteriormente, aunque no lo hicieron tanto como se esperaba.

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Un campo demasiado lento. Desde el principio se vio que a la Real no le iba nada el guion del choque. El Getafe planteó una guerra de guerrillas en el centro del campo con un trivote formado por Maksimovic, Florentino y Aleñá y Arambarri de enganche. Arriba dejó a Sandro y Mata para que en zona de iniciación tuvieran claro que la propuesta era jugar largo hacia ellos y pelear por las disputas con una medular tan fuerte. El caso es que el encuentro no discurría por unos parámetros que beneficiaran a la Real.

Ese juego de disputas y constantes duelos se tradujo en un ritmo bajo sobre un terreno seco que perjudicaba a la teórica superioridad técnica blanquiazul. El Getafe parecía encontrarse a gusto mientras pasaban los minutos sin que sucediera nada. El equipo de Imanol tenía muy poca pegada en campo contrario porque le faltaban su 'trescuartos' y delantero titulares, suplidos por Navarro y Lobete. Además, Merino jugaba a pierna cambiada y Portu no podía romper por la derecha con un piso tan lento. En ese contexto la única luz que se encendía al atravesar a terreno rival era la de Oyarzabal.

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Del 0-1 al 1-0 de Sandro. La Real no podía asfixiar a su rival con una presión alta en su iniciación porque ni jugaba en largo ni le sometía con balón porque la circulación era inexistente. Así las cosas la única puerta abierta era la del contragolpe. Pero para ello hacía falta que alguien sujetara el primer balón de espaldas.

En el minuto 22 Portu la tuvo porque Oyarzabal, que se había colocado momentáneamente de 'nueve' la aguantó para Zubimendi, éste se la dio a Merino en el perfil izquierdo y el navarro, en su pierna buena, metió un gran pase al murciano. Su disparo no representó problema alguno para Soria, pero el aviso estaba ahí.

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En la primera parte el campo estuvo muy seco y la Real no pudo imponer un ritmo alto de circulación

LENTITUD

En un choque tan cerrado dar primero era clave pero el Getafe marcó tras dos buenas opciones realistas

ACIERTO

Después del empate costó mantener el ritmo para ir a por el segundo al acusar la paliza de estas semanas

CANSANCIO

Después llegó la mejor ocasión de la primera parte tras una disputa ganada por Zubimendi en el centro del campo. Lobete descargó para la conducción por el carril central de Oyarzabal antes de volver a abrir al de Lezo. Pero a éste se le fue cruzado su remate ante Soria. Con lo cerrado que estaba el partido, aprovechar acciones así era clave.

Para colmo de males, cuando Remiro era un espectador más y no sufría ningún problema, una pérdida de Aritz ante Arambarri fuera de zona en la que pareció existir falta la aprovechó Aleñá para lanzar a Sandro en carrera. El canario, que no fue capaz de marcar un gol con la camiseta de la Real en un año, la coló ante un Remiro que se venció antes de tiempo. Si el empate dolía, la derrota mucho más.

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Mejoría tras el descanso. En la segunda parte el panorama cambió. Especialmente porque en el descanso descargó una tormenta y el césped se puso rápido rompiendo los planes locales de que se jugara a un ritmo bajo. Imanol no tocó nada de salida, pero por la derecha Gorosabel y Portu daban otra marcha más al ataque con la complicidad de Merino. Y cuando el Getafe fue a taponar esa vía de agua, Oyarzabal empezó a cobrar protagonismo por el perfil contrario.

Aritz, al cabecear una falta lateral, y Portu pusieron en aprietos a Soria, el mejor local de la tarde. Después fue Merino el que, tras un pase del capitán, la rompió para que el portero azulón tuviera que hacer una gran estirada y desviar a córner. La afición del Coliseum empezaba a inquietarse. No lo tenían claro.

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Imanol dio entrada a Barrenetxea e Isak y se vio a una Real más reconocible en ataque con Merino de interior izquierdo, Oyarzabal de enganche y Portu, Isak y Barrenetxea arriba.

La enésima combinación entre Gorosabel y Portu acabó con disparo de éste fuera. Fue el preludio de la jugada del empate, en la que hubo la paciencia necesaria para combinar. Aritz, Merino, Portu y de nuevo Merino la tocaron antes de que el navarro abriera a la derecha para la incorporación de Gorosabel. El de Arrasate levantó la cabeza y vio como Oyarzabal llegaba desde segunda línea al remate. Ponerle el balón y que el capitán cabeceara al fondo de la red fue todo uno. Un empate que fue justo para el partido desarrollado por ambos y que coloca a la Real de colíder en este parón.

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