Copa de la Reina

La magia no se compra, se tiene o no

Un desafío mayúsculo. La batalla por hacerse con el control del centro del campo promete ser un reto extraordinario para la Real. Enfrente se va a encontrar con las ganadoras de los tres últimos Balones de Oro, Aitana Bonmatí (2023) y Alexia Putellas (2021 y 2022), que coinciden en esa parcela del terreno de juego. Sostener que el centro del campo del Barça es el mejor del mundo es simplemente ajustarse a la realidad. Sin exageraciones.

Putellas y Bonmatí representan mejor que nadie la evolución que ha experimentado el conjunto azulgrana en los últimos años y por extensión también la selección. Son las estrellas que necesita el fútbol femenino para enganchar a las jóvenes generaciones. Allá a donde van congregan fervientes seguidores. Zubieta no se libró de ese fenómeno fan en la última visita azulgrana en marzo. En Zaragoza volverá a suceder lo mismo.

Ambas jugadoras son fieles herederas del ADN Barça. El equipo femenino es una isla dentro de la convulsa situación con la que convive el club. En una época sombría como la actual, la apuesta de la entidad azulgrana por su conjunto femenino está dando sus frutos.

Putellas y Bonmatí no han surgido repentinamente de la nada. La primera cumple su undécima temporada en las filas azulgranas y la segunda, su noveno curso. Pero el reconocimiento se hace esperar. Giráldez ha construido el mejor equipo del mundo en torno a estas dos jugadoras, aunque la grave lesión que sufrió Putellas en el verano de 2022 trastocó la planificación.

Este contratiempo no ha impedido que el Barça haya seguido ganando. Las barcelonesas solo encuentran oposición en la Champions, y cada vez menos. El sábado no está previsto que juegue de inicio Putellas si el técnico gallego decide sacar su once de gala. Walsh, Bonmatí y Guijarro componen una medular de ensueño, a la que le acompañan la doble ganadora del Balón de Oro y el descaro juvenil de Vicky López. Pese a todo la Real no se resigna correr permanentemente detrás del balón.

Pocos equipos en la Liga han jugado de tú a tú a este intratable Barcelona como la Real de Natalia Arroyo, a riesgo muchas veces de salir con la cara partida. El conjunto blanquiazul no se ha escondido nunca contra las catalanas. Se ha llevado goleadas escandalosas, pero también ha dejado algunos de sus mejores momentos de juego, como sucedió el curso pasado en el partido liguero en el Johan Cruyff, en el que mereció puntuar, pero fue remontado en el último suspiro. En la final de la Supercopa de Mérida el pasado año cayó derrotado 3-0, pero el resultado se antojó demasiado amplio tal y como transcurrió el encuentro.

Dos tolosarras comandarán la sala de máquinas de la Real. La incombustible Nerea Eizagirre y la joven promesa Nahia Aparicio son dos fijas en los planes de la preparadora blanquiazul en la zona ancha. La capitana aporta esa calidad necesaria en los espacios reducidos y supone una amenaza para el rival a través de sus golpeos desde larga distancia. Apari emergió el curso pasado como una central de garantías, pero esta temporada Arroyo le ha adelantado y ha frecuentado más el centro del campo. La salida de Tejada podría devolver a su puesto inicial en la cita del sábado si finalmente Etxezarreta no acompaña a Vanegas en el eje de la zaga.

Eizagirre, Aparicio y también la portuguesa Andreia Jacinto dotan de recursos al centro del campo txuri-urdin. Iris Arnaiz, Jacqueline Owusu y Lorena Navarro son las alternativas en el medio, donde se librará la madre de todas las batallas el sábado.

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