Alexander Sorloth: «Me encanta la sensación de que el equipo dependa de mis goles»

– Salda la primera parte de la temporada con ocho goles y la condición de titularísimo. ¿Era lo que quería?

– Sí, estoy muy contento. Ya lo estaba por volver a la Real, porque realmente al final de la pasada campaña me sentí muy bien, acabé jugando muchos partidos y aportando al equipo, que es lo que me hace estar a gusto en un sitio. Cuando estaba en casa ya de vacaciones, veía que esta temporada tenía muy buena pinta para la Real con las incorporaciones de Kubo y Brais, así que me hizo muy feliz volver. Luego, además, los goles empezaron a caer rápido y me he convertido en delantero titular. Exacto, todo lo que quería.

–¿Ha cambiado algo en aquel Alexander Sorloth que llegó a Donostia hace año y medio?

– Lo que ha cambiado es que aquel Sorloth juega ahora cada partido y cuando tienes continuidad, mejoras, sobre todo cuando uno está en la fase de su carrera deportiva en la que estoy yo en estos momentos. La clave está en la confianza. Yo he ganado mucho en confianza desde que vine por primera vez. Me siento valorado y querido. Me crezco cada vez que marco o cuando doy el pase de gol a un compañero. Siento que mi participación es clave.

– ¿Crecer? ¿Más todavía?

– En serio, para mí es especialmente importante la confianza. Soy consciente de que soy grande de estatura, pero te aseguro que cuando creo en mí llego a medir más y cuando no, me arrugo. Ahora mismo siento que mido tres metros.

–¿Tiene en mente algún momento de esta primera parte de la temporada en la que ha sentido crecer varios centímetros?

– Recuerdo un gol en Europa League contra el Sheriff en el Reale Arena. Llevaba practicando ese gol mucho tiempo. Eso de recibir en banda derecha ir centrando la posición y golpear con la zurda al palo largo desde la frontal del área. Finalmente ese día me salió y cuando lo llevas persiguiendo tanto tiempo, sabe mejor.

– ¿Ha sido su mejor gol?

– No sé si el mejor. Me quedé a gusto. Hay otro del que guardo un gran recuerdo. Fue el primer gol contra el Sevilla en el Pizjuán. Tiene detrás una historia divertida. Antes del partido, Álex Remiro me dijo que el portero de ellos suele salir rápido y por abajo, con tendencia a irse al suelo. Que si se la ponía por arriba, podría marcar. Así fue como conseguí el gol y en la celebración apunté con el dedo a Álex y él me apuntó a mí porque sabíamos de lo que hablábamos. Fue un momento bonito.

–¿Tiene algo que ver en su buen rendimiento actual su situación personal?

– Seguro que sí. Estoy feliz aquí y si le preguntas a mi novia, ni te digo. Todos mis amigos quieren venir a verme, aunque desafortunadamente no pueden. El entorno está contento con mi situación y eso me hace feliz.

– ¿Cuándo supo que iba a venir por segunda vez a la Real?

– Fue algo extraño. Después de terminar la temporada con la Real mantuve conversaciones con el club para extender mi compromiso pero el Leipzig me dijo que no, que tenía que volver a Alemania porque iba a ser el delantero principal del equipo. Yo lo asumí aunque tuviera otra prioridad. 'Si voy a tener protagonismo, voy a intentarlo', pensé. Pero todo cambió cuando el staff fichó a Timo Werner y otra vez se abrió la posibilidad de regresar a Donostia.

–Que era lo que quería...

– Sí, era mi deseo. Desde el principio mi intención era estar aquí. Como te he dicho, estoy muy contento.

–¿Qué le dijo Imanol cuando regresó a Zubieta?

– Me transmitió un mensaje muy claro: goles, goles y goles. Ya había hablado mucho con él la pasada temporada sobre fútbol y conceptos. Me dijo que quería más. Que fuese más agresivo sobre todo dentro del área. Que lo más importante eran los números. En mi caso, los goles.

–¿Cree que todavía no hemos visto la mejor versión de Alexander Sorloth?

– Efectivamente, creo que no. Estoy cada vez más cómodo en el equipo. Me siento más delantero ahora. Al final de la temporada pasada, cuando cambiamos a un sistema de 1-4-4-2 –a raíz de la lesión de Oyarzabal sobre todo–, me tocó caer más a las bandas, pero ahora piso más área, estoy mejor colocado para buscar el gol. Siento que genero más peligro.

–Parece que se ha compenetrado bien con Kubo...

– La verdad es que nos hemos entendido muy rápido. Ambos tenemos diferentes características físicas, es obvio, y distintos estilos de juego, pero somos complementarios. Y, sobre todo, buscamos lo mismo. Yo soy grande y él escurridizo. A veces yo genero los huecos y él los aprovecha. A veces le asisto yo a él y otras, él a mí. Hacemos un buen equipo.

–El parón por el Mundial ha llegado cuando estaba lanzado. ¿Hubiera preferido que la competición continuara?

– He llegado a pensarlo. Pero al mismo tiempo viene bien parar. He descansado y ahora mismo siento que mi cuerpo está perfecto para volver a competir. Solo quedan dos semanas, así que ya no pienso que estoy en el parón. Quiero ser positivo y pensar que me habrá venido bien.

– ¿Hubiera preferido estar jugando el Mundial?

– Por supuesto, como cualquier jugador. Pero no puede ser y no le he dado más vueltas a eso.

– ¿Quién es Haaland para usted?

– Cuando estoy con la selección es un amigo. Dentro de las concentraciones es como uno más. Cuando salimos fuera es cuando nos damos cuenta de que es alguien diferente por su repercusión mediática. Aceptamos su estatus. También es un delantero referente en lo deportivo, lógicamente, pero por encima de eso, es un buen tipo.

–Pasó unos días enfermo y, pese a ello, viajó a Chipre. ¿Cómo llevó esos días?

– Fue extraño. Tuve fiebre. Lo típico en esos casos de estar tres o cuatro días baldado. Pero el día antes de viajar me sentí bien. Pensé incluso que podía jugar. Era un partido importante. Cuando aterrizamos, todo explotó. Me encontré muy mal, para estar en la cama. Después recuperé y ya no tengo secuelas de aquello. Fue algo raro.

–Puede que Imanol le considerara necesario para ganar al Omonia. También le tuvo que sacar contra el Cazalegas en Copa con 1-1 en el marcador. ¿Se nota imprescindible?

– Me encanta tener esa sensación. Es lo que quería. Era lo que más echaba de menos en los últimos años. Si el equipo gana cuando marcas, eres importante. Cuando estaba en Turquía me pasaba. Íbamos 1-1 o 2-2 y sentía esa responsabilidad de decidir. Me encanta esa sensación de que el equipo dependa de mis goles para triunfar.

– Pronto estarán disponibles Carlos Fernández, Cho, Oyarzabal y Barrenetxea. ¿Lo tendrá más difícil para jugar?

– Creo que mis actuaciones están ahí y mi sitio en el equipo es seguro de momento. Pero entiendo que hay que competir y hay que ganárselo en el día a día. Si bajo el nivel, jugarán otros. Eso es así. A veces, cuando uno está cómodo, deja de hacer un sprint o se relaja. Con tanta gente lista para jugar en tu puesto, tienes que estar a tope. Tiene su parte buena.

–¿Qué objetivos se debe poner el equipo este curso?

– No me gusta hablar del más allá. Estamos en una posición privilegiada y queremos mantenerla. Creo que un objetivo que tenemos que buscar es marcar más goles. Hemos ganado muchas veces por una diferencia mínima y con un punto de mala suerte podemos perder esos partidos. Tenemos que seguir trabajando igual, pero marcar más goles para estar más seguros de que sacamos resultados.

–¿Se pone usted algún reto personal para esta temporada?

– En el inicio de la campaña, el reto era marcar más goles que la pasada temporada y eso ya lo he conseguido. Ahora me tengo que poner otros objetivos que tienen que ver con seguir marcando. Veremos hasta dónde puedo llegar.

– Algún deseo tendrá...

– Antes era marcar más goles. Ahora mismo, es más ser feliz y que todo mi entorno esté bien. No quiero mirar más allá. Lógicamente, me tiene que ir bien deportivamente para ser feliz.

– ¿Percibe que las dudas que pudo generar en un principio se han disipado y que la gente está más con usted ahora que hace un año?

– No suelo mirar las redes o lo que se dice de mí. Solo un poco el Instagrm. Pero sí lo noto cuando paseo por la ciudad. Me siento querido. Es una buena sensación.

–¿Pedía regalos a Santa Claus cuando era crío?

– Por supuesto. Me acuerdo bien del primer regalo que había pedido y que me trajo. Fue una figura de 'Action Man'. De ahí pasé ya a la Play Station directamente.

–¿Y qué le pide este año?

– Ahora solo tengo una cosa para pedirle: tres puntos contra Osasuna el 31 de diciembre.

–¿Qué tal lleva el castellano?

– Un poco mejor (las únicas palabras que dice en castellano en la entrevista). Poco a poco. Ya entiendo bastante. Lo de hablar me cuesta un poco más.

– ¿Y el euskera?

– No, no. Nada. Eso ya es muy duro para mí.

–¿Nos concederá una entrevista en castellano el año que viene?

– Me gustaría. Pero me suele gustar hablar claro con los medios y no dejar lugar a equivocaciones, así que no sé si me atreveré. Pero ese es el objetivo, sí.

– Se lo pregunto sobre todo para ver si se siente en la Real más allá de junio...

– Desde luego, ese es mi deseo. Ya veremos lo que ocurre después. Esto es fútbol.