Real Sociedad
Eder, en el nombre del padreEn el banquillo del Elche se sentará esta noche el hijo de Manu Sarabia, leyenda del Athletic campeón de Liga en los años ochenta
El sueño del entrenador del Elche siempre fue jugar en el Athletic. Eder Sarabia lo que quería era marcar goles de rojiblanco y celebrarlos con la grada de San Mamés. Como su padre. En el banquillo del rival de la Real Sociedad se sentará el hijo de Manu Sarabia, delantero titular del Athletic campeón de Liga en los ochenta. Hoy toca derbi para Eder. Tratará de vengar la derrota del equipo de sus amores el sábado pasado en Anoeta.
Eder creció viendo a su padre jugar al fútbol, primero en el Athletic y más tarde en el Logroñés, donde dio por finalizada su carrera deportiva en 1991. Tenía tres años cuando el conjunto rojiblanco conquistó la primera de las dos ligas en la década de los ochenta, en 1983, y uno más en la segunda, un año más tarde ante la Real.
Manu Sarabia era el Satrústegui de aquel Athletic que prolongó la hegemonía vasca en la competición doméstica en los ochenta. En el curso 82/83 anotó 17 goles y en el siguiente, durante la conquista del doblete Liga y Copa, nueve.
Después tuvo un enfrentamiento con Clemente cuando el técnico le arrebató la condición de titular. Incluso le llegó a apartar del equipo. El club terminaría por destituir al entrenador y Sarabia todavía continuó dos temporadas más antes de marcharse al Logroñés.
Tras colgar las botas, probó suerte en los banquillos. Llegó a dirigir al Bilbao Athletic, Badajoz y Numancia. No lo hizo en Primera División, a diferencia de su hijo, que esta temporada se estrena en la máxima categoría.
Eder, como futbolista, no superó las divisiones regionales. Redirigió su carrera hacia los banquillos y en septiembre fue premiado como el mejor entrenador del mes en la Liga. El trofeo se lo entregó su padre Manu antes de un Elche-Athletic en el Martínez Valero.
El técnico del conjunto alicantino se inició como entrenador en la cantera del Athletic, luego pasó por el Danok Bat para acabar aterrizando en la academia del Villarreal. El fútbol de élite llamó a su puerta hace justamente una década. Quique Setién le ofreció ser su ayudante en Las Palmas y después le acompañó en el Betis y el Barcelona.
Aquel playoff ante el Sanse
Su aventura en solitario arrancó en el Andorra de Piqué en 2020, con el equipo en Segunda B. En esa misma campaña se cruzó con el Sanse en el playoff de ascenso a Segunda División. El filial txuri-urdin comandado por Xabi Alonso dejó sin ascenso al equipo andorrano, logro que firmó un año después.
La pasada temporada cogió las riendas del Elche y lo clasificó en segunda posición, lo que le otorgó el billete directo a Primera. Ha convertido al conjunto ilicitano en la revelación de lo que llevamos de Liga. De hecho, ha flirteado con las posiciones europeas en las primeras jornadas y se ha llevado innumerables elogios por la propuesta valiente que está ofreciendo con su juego. Está situado en una cómoda novena posición.
Eder reconoció hace unas semanas en vísperas de medirse al conjunto bilbaíno que «quise ser futbolista del Athletic pero ser su entrenador tampoco estaría mal, aunque será difícil porque cuando salga Valverde habrá otros candidatos. No es algo que viva como objetivo, pero si viene será maravilloso».
Hoy se enfrenta a la Real. Palabras mayores. Eder busca venganza, aunque sea con el Elche y en el Martínez Valero. En el nombre del padre.
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