'Ez dugu sekula ahaztuko...'

Orain eta beti bihotzean'. Así comenzaba y así acababa la frase de la pancarta que desplegó el fondo de la grada Aitor Zabaleta junto a una silueta de su figura con el sombrero y cientos de banderas de color blanco y azul ondeando, en homenaje al aficionado txuri-urdin que nunca debió haber perdido su vida por ir a animar a su equipo hace 23 años y dos días al Vicente Calderón, precisamente en competición europea.

Pese a las lluvias torrenciales que cayeron durante todo el día, la tarde noche era grande, la Real se jugaba la vida en la Europa League y los 24.940 fieles que se dieron cita en el Reale Arena no fallaron a su equipo ni a Aitor. Podían haber sido muchos más, incluso acercarse a ese récord de asistencia que se alcanzó hace poco en el derbi ante el Athletic (37.066) o el del último encuentro del sábado ante el Real Madrid (35.765), pero el temporal y la mala hora, teniendo en cuenta que era día laboral, impidieron un estadio repleto.

La grada Aitor Zabaleta no paró de animar en todo el partido, siempre y no por haberse cumplido el 23 aniversario el miércoles, acordándose de Aitor, dedicando cánticos a su figura.

'No lo olvidaremos nunca, ahora y siempre en nuestros corazones' (en euskera), era la frase que rezaba la pancarta en los minutos previos. El equipo le brindó una importante victoria a su afición y a Aitor, lo que fue una tarde noche redonda pese a los intensos aguaceros que cayeron en todo el partido.

Aitor hubiera estado encantado de celebrar y saltar con los goles de la Real y su afición. Sin embargo, tendrá que sonreír desgraciadamente desde lo más alto, pero su Real no le fallará nunca.