Dos secundarios levantan la mano

El gasteiztarra completó ante el Dinamo de Kiev su mejor partido con la casaca txuri-urdin en una versión contrapuesta a la ofreció en Cuenca. Olasagasti, por su parte, ya no es solo entrega y compromiso, también es aportación en el juego, empaque en defensa y números. Son dos secundarios, pero ambos levantan la mano pidiendo más protagonismo. Ya no solo cuando comparecen ante la prensa, ahora lo hacen sobre el tapete, donde verdaderamente importa.

El que peor lo ha pasado ha sido Urko, que el jueves disputó su cuarto partido en lo que llevamos de temporada. Jugó la primera jornada de liga sentando a Zubimendi, pero una pronta tarjeta amarilla y una discreta actuación le hicieron quedarse en la caseta al descanso. Desapareció por completo de los partidos hasta tal punto de que ha visto doce desde el palco de Anoeta o desde el sofá de su casa. Suma doce convocatorias y otras tantas se quedó fuera de la lista. «Me he agarrado a mis padres, que me han ayudado mucho», arranca el gasteiztarra, que ha madurado en este proceso. «Sé que el fútbol es un camino muy complicado. Te puede costar más o menos, pero no puedes tirar la toalla. Hay que entrenar mucho y sufrir y creo que el jueves lo hice bastante bien», añade el pivote, que en verano ni siquiera se planteó su salida en calidad de cedido pese a que vive a la sombra de Zubimendi.

Y es que como le pasa al propio Zubimendi en la selección, que se ha mantenido oculto por la presencia de Rodri, Urko ha necesitado la lesión del pivote de Gros para entrar al once. «Soy consciente de la gente que hay, que tenemos gente muy buena en mi posición, pero lo que tengo que hacer es trabajar mucho y mucho en el día a día para aprovechar las oportunidades como la que me dio Imanol ante el Dinamo. Tengo que dar lo mejor de mí».

Imanol terminó encantado con su rendimiento. «Muy contento. Son dos chicos que siempre lo dan todo. Con Urko toda la temporada hemos estado haciendo un trabajo individual importante y él ha puesto de su parte. Tiene calidad más que suficiente para moverse y conectar pases con los jugadores que se mueven entre líneas», apostilló el oriotarra, que como bien dice no regala minutos. El rendimiento de Urko ante el Dinamo le hizo llevarse su primera ovación de la grada de Anoeta cuando fue sustituido. «Ver a la gente aplaudirte la verdad que impone, me ha emocionado la ovación y estoy agradecido». Su timidez es tal que no devolvió el aplauso al respetable. Es alavés pero bien podría ser guipuzcoano.

El otro gran protagonista de la semana es Jon Ander Olasagasti, que ha pasado de ser un buen complemento a sumar en estadísticas. El pase que metió el jueves para que Oyarzabal hiciese el tercero fue exquisito. El donostiarra, que viene cuajando magníficos partidos, ve cómo a partir del 1 de enero puede negociar con cualquier otro club al terminar contrato con una Real que de momento no le ha ofrecido una oferta de renovación. La mala noticia para el canterano es que otros futbolistas, también de Zubieta como Marín o Turrientes, sí que han extendido su contrato con la entidad blanquiazul hasta 2030 y 2028. Y Goti tiene hasta 2026.

Su teléfono no ha sonado para pasar por el despacho de Aperribay. «Sé lo mismo que tú. Tranquilidad, estoy bien y contento. No tengo más que decir, no depende solo de mí», se lamentó un Olasagasti que tiene descartado salir cedido en enero y que su deseo no es otro que continuar jugando en casa. «Estoy contento y centrado en la Real. Con mi equipo, con mi familia y con mis amigos», apostilló el canterano.

Olasagasti es consciente de que el tridente Zubimendi, Brais y Sucic es casi inamovible. La buena noticia para él es que puede jugar de pivote, como en Leganés, en la segunda altura como ante el Dinamo o más cerca del área como ante el Conquense. Un futbolista polivalente que todo entrenador quiere tener. «Tanto uno como otro no han tenido muchos minutos porque el nivel del equipo es muy alto. Los pocos minutos que han tenido lo han hecho bien, es lo que queremos todos los entrenadores, que cuando esos jugadores que no tienen tantas oportunidades cuando las tengan que las aprovechen. Y ambos lo han hecho. Ojalá sigan dándole al equipo», concluyó Imanol.