¿Por qué dejan concentrarse a los ultras en el centro de la ciudad?

El Anderlecht es el encargado de vender las entradas a sus aficionados una vez que recibe del club organizador del encuentro, la Real Sociedad en este caso, un número de localidades para la venta. Es la UEFA, como estamento que gestiona la competición de la Europa League, la que insta a la Real a ceder el número de asientos correspondiente al 5% del aforo de su estadio para la afición visitante. A partir de ahí, la responsabilidad de a quién se venden las entradas recae en la entidad emisora de billetes. La Real, por ejemplo, exige a sus socios identificarse con el DNI a la hora de comprar entradas para acudir a algún partido fuera de casa. Expende, por tanto, entradas nominativas. Si aficionados realistas causan altercados en otros campos, es la Real la responsable de haberles permitido acceder a las entradas.

La localización del controvertido 'meeting point' donde se concentra la afición rival es decidida por el órgano competente de la seguridad, en este caso la Ertzaintza. El motivo de juntar a los hinchas visitantes en un lugar tan céntrico como Alderdi Eder responde a un criterio de cercanía y accesibilidad respecto al punto donde se mueven esos seguidores, «ciudadanos con derecho a la libre circulación», tal y como recuerdan fuentes policiales. Explican que se busca una zona concurrida para que los ultras no se dispersen. Agruparlos es, precisamente, el primer objetivo desde el punto de vista de seguridad, para lo cual se recurre a puntos céntricos por donde transitan muchos de los «ciudadanos de pleno derecho» que luego van al fútbol. A partir de ese punto, la 'kalejira' acompañada por un fuerte dispositivo policial se ha descubierto como la manera más efectiva de encauzar de manera controlada a la masa hacia el estadio.

El requerimiento de destinar una parte de la grada a la afición visitante llevó a la Real a habilitar un rincón que pudiera ser aislado con un acceso independiente y un área propia con sus servicios y su barra de bar. El diseño del estadio recomendó ese espacio como el idóneo para tener a los visitantes lo más aislados posible, sin contemplar que pudiera quedar encima de la grada familiar. Con el paso de los incidentes, se ha ido reforzando el aislamiento, primero con una pantalla de metracrilato, después con una red que crea un «enjaulamiento» al unir la viga de hormigón que soporta la cubierta con el metacrilato. La red en cuestión es «negra, de polipropileno, sin nudo y con tratamiento ignífugo», con lo que el club ha buscado «una defensa superior ante el lanzamiento de objetos».

El criterio que impera para interrumpir o suspender un partido, sea por altercados en la grada, o por cualquier circunstancia del juego, es el del árbitro, que actúa en coordinación con los delegados de la UEFA, uno de ellos en el palco y el otro a pie de campo. Ellos gobiernan el partido y son los que tienen la potestad para detenerlo. En este caso, no consideraron que se daban las circunstancias como para parar el juego, tal y como sí decidieron unos días antes en la Liga el árbitro y el delegado cuando hinchas del Atlético lanzaron objetos al campo en el partido contra el Real Madrid.

La UEFA espera el informe del delegado del partido para imponer las correspondientes sanciones. Una vez se confirme la autoría de los hechos, al Anderlecht le pueden prohibir acudir con su afición visitante a uno o dos partidos, en función de la gravedad que la UEFA otorgue a los incidentes. Además, la sanción económica para el club belga rondaría los 50.000 euros. La Real no será castigada, si bien la institución que rige el fútbol europeo puede extender «una reprimenda por fallos en la organización» al club txuri-urdin, según fuentes de la UEFA.

La Ertzaintza tiene la competencia de mantener el orden público en las calles pero no la de asisitir eventos privados en recintos privados, «donde debe actuar la seguridad privada de cada empresa», indican fuentes policiales. Otro asunto es que los agentes sean reclamados una vez que se suceden altercados dentro de ese lugar, en cuyo caso acceden a su interior, como puede ocurrir cuando en casa de un particular sucede un incidente denunciado. La Ertzaintza entró poco antes del descanso y actuó durante el mismo deteniendo a los identificados y sofocando comportamientos incívicos posteriores.

La Ertzaintza detuvo el miércoles a cinco ultras del Anderlecht, tres de ellos por provocar desórdenes públicos, uno por resistencia grave y otro por atentado ante la autoridad. Este último fue el primero en declarar ante el juez y en quedar en libertad, ayer por la mañana. Por la tarde, un segundo detenido quedó también libre. Los otros están pendientes de pasar a disposición judicial y se espera que también sean puestos en libertad.