El debut del gran Milan de Silvio Berlusconi ante la Real Sociedad: cinco millones y un árbitro «granuja»
El magnate tomó las riendas del histórico club en febrero de 1986 y en el verano de 1987 invitó para su estreno en San Siro a los txuri-urdin, entonces dirigidos por Toshack, que llegaban después de ganar la Copa del Rey
Alexis Algaba
San Sebastián
Lunes, 12 de junio 2023, 16:52
Él estaba de vacaciones en las Bermudas pero exigió por telegrama a su entrenador y a los jugadores que ganaran el partido que servía de estreno ante la afición. Silvio Berlusconi, genio y figura, había tomado las riendas del histórico AC Milan 18 meses atrás, en febrero de 1986, y preparaba para la campaña 1987/1988 el regreso a la gloria de un club acostumbrado más al escándalo que a los éxitos deportivos en la primera mitad de los años ochenta. Para tal objetivo preparó una puesta de largo en San Siro ante más de 50.000 espectadores, en pleno agosto, ante un rival de campanillas y que llegaba con el título de la Copa del Rey bajo el brazo: la Real Sociedad de John Benjamin Toshack.
El telegrama remitido por Berlusconi, que ha fallecido este lunes 12 de junio a los 86 años de edad, iba dirigido a un tal Arrigo Sacchi, y a jugadores de la talla de Ruud Gullit, Franco Baresi, Marco van Basten o Carlo Ancelotti, actual entrenador del Real Madrid. Entrenador y jugadores del mejor Milan de la historia, que encadenó las Copas de Europa de 1989 y 1990. Los txuri-urdin tenían un cartel magnífico también en aquella época, con Arconada bajo palos y los Larrañaga o Bakero sobre el verde. Y ese valor de los de Toshack se concretó en el caché que cobró el equipo por ser invitado de lujo en esa presentación del 12 de agosto de 1987 en San Siro. Cinco millones de pesetas, «la mayor cifra que ha recibido la Real por jugar un partido internacional», escribió entonces el cronista y enviado especial de DV al encuentro, Luis de Andia.
Los txuri-urdin habían diseñado una pretemporada con encuentros de preparación en Reino Unido e Italia, y tras el duelo en Milan iban a cerrar el 25 de agosto su preparación ante el Chelsea. Una pretemporada de campanillas. Después de unos días en Londres con tiempo más bien fresco, la Real aterrizó en Milan con un calor sofocante, pero se mostraron convencidos de poder afrontar el reto de imponerse a todo un club en plena vuelta a primera línea del fútbol mundial como el Milan. Berlusconi, magnate mediático, compró el club por unos 2.500 millones de pesetas (unos 15 millones de euros). Llegaba a Maranello en helicóptero, y encandiló a los tifosi con esa grandilocuencia. En 2017, 21 años después de su compra, vendería el club por 740 millones de euros.
'Robo a la italiana'
La Real plantó cara al Milan en ese 12 de agosto que tocó en plena Semana Grande donostiarra. De hecho en el minuto 21 los de Toshack se colocaron por delante. Una pared entre Loren y Begiristain sirvió para que 'Txiki' se quedara solo ante Galli y lo batiese con pierna derecha. Un gol especial, ya que en aquel día el joven Begiristain cumplía 23 años. Ya en la segunda mitad una internada de Carlo Ancelotti sirvió para que Gullit rematara de primeras e hiciese la igualada en el minuto 50. Pero entonces el protagonismo del duelo lo comenzó a tomar el árbitro, como narró el cronista de DV.
«El señor Lanesi convirtió un fuera de juego de Gullit en un penalty inexistente que Arconada detuvo en primera instancia, pero Virdis, de cabeza, logró remachar su propio fallo desde el punto de penalty», se leía en la crónica de Luis de Andia. «El señor Lanesi es perfectamente calificable en lo que se refiera a su trabajo: un granuja», explicaba el cronista de DV. «No señaló los fueras de juego que eran, señaló los inexistentes, siempre en beneficio del Milan, a cuyos jugadores consintió entradas durísimas». «El señor Berlusconi debe mandar otro telegrama al árbitro para darle las gracias», remataba la crónica de De Andia titulada 'Robo a la italiana'.
Milan
G. Galli; Baresi, Musi, Tasotti, Bianchi (Capellini); F. Galli, Bodacci, Ancelotti; Gullit, Van Vasten (Mazzaro) y Virdis.
2
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1
Real Sociedad
Arconada; Larrañaga, López Rekarte, Górriz, Gajate, Uría; Zamora, Begiristain (Dadie), Urbieta (Mújika); Bakero (Iturrino) y Loren (Fuentes).
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Goles: 0-1 min. 21: Estupenda pared entre Loren y Begiristain para que éste, se quedase solo dentro del área y esperase la salida del porteo para batirle con la pierna de derecha tras dar el balón en el palo. 1-1 min. 50: Ancelotti se va por la derecha y envía la pelota al centro, para que Gullit la espere y según viene le dé con la pierna y la mande a la esquina de la red. 2-1 min. 76: Balón sore Gullit que está en fuera de juego. Salta Gajate, el holandés le desnivela, el balón pega en la cabeza del blanquiazul y luego en su mano, se va fuera. El árbitro pita. Todos creen que ha señalado fuera o fuera de juego, pero ante el estupor general y la rechifla en el sector de prensa señala el penalty. Arconada pone nervioso a Virdis, que lanza la pelota para el meta donostiarra la despeje, pero con la mala fortuna de que va por alto sobre la propia cabeza de Virdis y la manda a la red
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El árbitro: El señor Lanesi es perfectamente calificable en cuanto se refiera a su trabajo: un granuja.
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Incidencias: Extraordinaria entrada y más dado que Milán está casi vacío en el «ferragosto». 38.000 espectadores de pago que fueron más de 50.000 en el campo.
A la vuelta de la expedición realista el periódico hizo balance de las crónicas del partido de la prensa italiana, donde se reflejaba también el escándalo arbitral. Los medios italianos coincidieron en que la Real «jugó con un ritmo de juego decididamente superior» y que el árbitro pitó un penalty «que sólo vio él». Sea como fuere, Silvio Berlusconi y su Milan salieron victoriosos en lo que fue el arranque de una época gloriosa para los 'rossoneri', que sumaron ocho ligas y cinco Copas de Europa con 'Il Cavaliere' al mando.
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