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Take Kubo encara a Dorgu y pone un centro que no acierta a rematar Oyarzabal José Mari López
Análisis táctico

Había que dar con la tecla

La Real no supo interpretar bien la propuesta del United en la primera mitad, pero Imanol introdujo varios ajustes en la segunda y el equipo se quedó cerca de completar la remontada

Imanol Troyano

San Sebastián

Viernes, 7 de marzo 2025, 01:00

Se esperaba bastante más de la Real en uno de los partidos marcados en rojo en el calendario. Sin embargo, su actuación no cumplió con las expectativas durante gran parte del encuentro. La ausencia de Zubimendi no ayudó, pero el Manchester United también le hizo sentirse muy incómodo durante demasiado tiempo. A pesar de estar en horas bajas, el conjunto inglés consiguió imponer su juego durante muchas fases. Imanol no dio con la tecla adecuada hasta la segunda mitad, cuando realizó varios ajustes para que el equipo se quedara cerca de completar la remontada.

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    Amorim no quiere que Kubo se las vea con De Ligt

El United llegaba a Anoeta con un carro de bajas considerable, pero quizás no contaba con que en los últimos días se uniera también a la enfermería Maguire. Amorim tuvo que recomponer su zaga de tres centrales incluyendo a Yoro junto a Mazraoui y De Ligt. El francés se colocó por la derecha, mientras el neerlandés movía su posición y se ubicaba en el centro de la línea con el internacional por Marruecos por la izquierda. El técnico luso no quería que De Ligt tuviera que enfrentarse a Kubo y mandó a Mazraoui, con mejor perfil de lateral, para frenar las acometidas del japonés. Además, no le importaba que el realista le buscara las cosquillas por dentro porque su pierna dominante es la derecha. La Real trató de explotar ese uno contra uno del nipón, pero el United se mostró sólido. Los ingleses fueron muy solidarios en defensa formando en un 1-4-4-2 sin balón, aunque por momentos también dibujaron una línea de cinco atrás en función de la posición de los atacantes realistas.

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    Muchos kilómetros en las piernas de los laterales

Una de las incógnitas del partido era conocer cómo se iba a comportar la Real en fase defensiva para adaptarse al dibujo del rival, que empleaba ese sistema 1-3-4-3 innegociable de Amorim. Surgían dudas para saber cómo se iban a emparejar los guipuzcoanos con los mancunianos habida cuenta de los marcajes individuales que suele llevar a cabo el cuadro blanquiazul en fase defensiva. Quién iba a saltar a quién. A la Real le costó ajustarse pese a tener varios emparejamientos claros. Alguno de ellos, el de los laterales. Tanto Aritz como Aihen se encargaban de saltar a los carrileros, Dorgu y Dalot, respectivamente, lo que les llevaba a un partido muy exigente en el aspecto físico. Tantos kilómetros tuvieron que recorrer para arriba y para abajo que luego no pudieron desplegarse con demasiado éxito en ataque. La primera presión no resultó tan efectiva como en otras ocasiones y el United se fue creciendo poco a poco porque no sufría sustos de consideración en iniciación. No se hizo notar la Real apretando.

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    Zirkzee corta al intervalo y Dorgu la pide al espacio

Esos emparejamientos de los laterales hacían que Aguerd y Zubeldia tuvieran que salir a por los interiores Garnacho y Zirkzee y Turrientes se quedara por momentos con Hojlund, sobre todo si los centrales salían de zona. El danés empezaba a encontrar las espaldas de Aguerd y Zubeldia, y la Real sufría. Más aún cuando Zirkzee trataba de cortar por dentro en el intervalo central con lateral y Bruno Fernandes dibujaba diagonales de izquierda a derecha buscando a Dorgu. El carrilero danés fue un dolor de cabeza para Aritz, obligado a correr mucho hacia atrás y además muy expuesto.

  1. 4

    Marín refuerza la defensa para trazar una línea de 5

La Real acabó muy incómoda la primera mitad y empezó la segunda con la misma tónica. La línea defensiva no daba abasto para frenar las ofensivas inglesas, que conseguían sumar a muchos hombres en área txuri-urdin: Dorgu, Dalot, Garnacho, Zirkzee, Hojlund... Los de Amorim encontraban sobre todo al hombre libre por fuera para sacar centros y finalizar jugadas. Garnacho, que alternó las dos bandas pero acabó acumulando más minutos por derecha, dispuso de muchas situaciones de finalización que acabó desaprovechando. El gol de Zirkzee fue la gota que colmó el vaso e Imanol decidió dar entrada a Marín en sustitución de Turrientes para pasar a formar con una línea de cinco atrás más fija, ya que el beasaindarra también actuó por momentos como un defensor más para dar cobertura al compañero. Pero lo de Marín no fue circunstancial y la línea defensiva ganó consistencia con su incorporación. Era de mayor anchura, podía abarcar más y estar atenta a lo que sucedía en la frontal para que no se volviera a repetir la acción de remate de Zirkzee.

  1. 5

    Extremos a pierna natural y varios caramelos al área

Los mejores minutos de la Real llegaron tras el empate, después de que Imanol mandara a Oyarzabal a la banda izquierda y diera entrada a Becker por la derecha. La directriz era clara. Balones al área para buscar el remate de Óskarsson. Fueron diez minutos de gran producción ofensiva. Becker puso dos caramelos al islandés y Oyarzabal, otro más. El islandés estuvo muy cerca del gol, más que cualquier otro realista. La solución de jugar con dos jugadores a pierna natural funcionó, otra cosa será que encuentre continuidad en el tiempo para Imanol.

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