Cuestión de cilindrada

La puesta en escena del conjunto ucraniano no fue nada mala, con un planteamiento por parte de Shovkovskyi bastante interesante. El técnico dispuso a los suyos en un 1-5-3-2 en situaciones de repliegue pero buscó presionar en 1-4-3-3 lanzando al carrilero Karavaiev sobre Aihen pero yendo a por Aramburu en la banda contraria con el interior izquierdo Rubchynskyi. Por dentro lanzaba a uno de los tres centrales a la zona de enganche a por Brais, Brazhko saltaba lejos a por Urko y Mykhaylenko se emparejaba con Olasagasti. Guerrero y Voloshyn se situaban ante los centrales txuri-urdin.

En el primer cuarto de hora la Real no llegó a los dominios de Bushchan y la mejor ocasión fue una acción en la que Voloshyn le roba la cartera a Aguerd para pentrar en el área. El marroquí le hizo penalti pero se fue al limbo. Como el de Popov a Marín en la segunda parte. Los blanquiazules tomaron buena nota del susto y se pusieron las pilas.

La intención del Dinamo era buena pero no le acompañaron las piernas para ejecutar el plan de su entrenador. En parte porque cuando se estiró en la presión dejó muchos espacios a la espalda y ahí aprovechó para filtrar cantidad de balones un Urko que demostró la clase que siempre ha apuntado en esas acciones en las categorías inferiores. En especial se entendió muy bien con Kubo, tanto para surtirle de juego por fuera como por dentro, como en la jugada del segundo gol.

El Dinamo se había estirado buscando presionar alto pero el carril zurdo Dyachuk tardó en detectar que el japonés se le había ido por dentro. En parte porque Aramburu ocupó su espacio como extremo para fijarle. Entre una cosa y otra Urko habilitó a Kubo y este fabricó la jugada del 2-0 que culminó Becker por la izquierda. El pivote vitoriano también sirvió un balón de oro a Brais que no pudo concretar porque Bushchan se le echó encima. La ovación que le dedicó la grada al retirarse demuestra la confianza que hay puesta en él.

La Real que vive su momento más dulce en estos cuatro meses de temporada lo hace impulsado por sus extremos, que han despertado de su letargo y están haciendo mucho daño por fuera. La jugada del segundo tanto la fabricaron entre Kubo y Becker. El neerlandés ya fue el autor del gol ante el Barcelona hace un mes. Barrenetxea venía de marcar al Leganés y al Ajax en apenas quince días, sin olvidar su doblete al Jove. Sergio Gómez, que el domingo jugó de extremo por la izquierda, dio el pase del primer gol a Brais. Y Kubo, quizás el más regular de todos en estos cuatro meses, también está inspirado, generando peligro tanto por fuera como por dentro, donde está descubriendo un mundo lleno de posibilidades. En la segunda parte la conexión exterior fue obra de Becker y Magunazelaia, y un centro del primero lo mandó al poste el eibarrés de cabeza.

Una de las cosas buena de la Real de Imanol de los últimos años es que ha aprendido a competir en semanas de tres partidos. Ahora puede enlazar victorias de tres en tres y en parte, es porque sabe leer muy bien lo que necesita el partido. Después de retirarse al descanso con el choque ventilado, en la segunda tocó bajar las revoluciones y ahorrar gasolina de cara al encuentro del domingo ante el Las Palmas. Algo parecido sucedió ante el Betis, cuando la segunda mitad no fue tan brillante como la primera. Ambas ocasiones el triunfo se quedó en casa y Remiro se fue sin recibir ningún gol, algo que es de destacar y que ha sucedido en siete de los últimos ocho partidos oficiales.

Una de las conclusiones más positivas de un partido así es que Imanol pudo reservar a hombres importantes para el domingo, como es el caso de Zubimendi, Sucic, Sergio Gómez y Barrenetxea, sin descartar la opción de que Javi López entre en el lateral izquierdo, aunque Aihen lo juega todo y bien. Además, Brais se ahorró la segunda parte entera y Aramburu, Kubo y Oyarzabal la media hora final. En un fútbol moderno en el que todos los parámetros se miden al detalle, estas ganancias marginales pueden ser claves en el próximo partido ante un rival en racha. Entre los que reaparecieron, Óskarsson demostró que aún le falta una marcha más después de estar un mes parado, aunque lo importante es que ya está disponible para estos dos últimos partidos del año.