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No hay mal que cien años dure
La Real Sociedad vuelve a sonreír después de abrir pronto el partido y aplicarse luego en defensa para anular el ataque del Celta
Se ha hecho de rogar pero por fin ha llegado una victoria en Liga. No se producía desde hace dos meses, en Pamplona, y en ... Anoeta la última había sido contra el Mallorca el 16 de octubre. Y ya ha llovido. La Real se rearmó espiritualmente, apretó los dientes y volvió a su esencia de hace unos meses, aquéllos en los que labró su éxito en el trabajo sin balón para conseguir que su portería no se viera comprometida. Ahí ha radicado la clave este sábado, en dejar a cero en ataque a un Celta que venía remontando el vuelo en el campeonato y que era uno de los mejores visitantes.
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Y eso que la tarde no se ha puesto nada fácil cuando se conoció que Silva era baja por covid. Sorloth también se ha ausentado por el mismo motivo y pasada la media hora Isak se ha retirado lesionado por un esguince de tobillo. Con Barrenetxea lesionado la semana pasada, hubo que hacer encaje de bolillos para mantener intacta la producción ofensiva.
Esta vez bastó con un gol de Oyarzabal en el tramo inicial tras aprovechar un fantástico pase al espacio de Merino que recordó al de La Cartuja en la final de Copa. El capitán no falló, aunque fuera tras aprovechar el rechace. Lo que le diferencia del resto es su constancia y cuando cualquier otro hubiera bajado los brazos, él se mantuvo despierto para rebañar el balón de Dituro. Después ejerció de líder para espolear al público al más puro estilo Cholo Simeone cuando el árbitro anuló el gol de Aritz y el Celta quiso estirarse al final. Cuando llevas tanto tiempo sin ganar, las victorias surgen desde el compromiso. La brillantez es algo que volverá con el tiempo cuando se dé continuidad a los buenos resultados.
La Real golpea primero en un gran gol fabricado entre Rafinha y Merino y culminado por Oyarzabal
Rafinha por Silva, que fue baja. El canario, el hombre sobre el que pivota todo el juego de la Real en el último tercio del campo, fue baja de última hora por Covid, ya que no apareció ni en la alineación ni en la convocatoria y no tenía ningún problema físico. En Vitoria su participación fue clave en el gol txuri-urdin, porque su reverso ante Lejeune y posterior pase en profundidad a Portu marcaron la jugada. Imanol le reservó el miercóles en Copa en Leganés pero no pudo jugar ayer.
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El oriotarra solucionó la situación dando la alternativa como titular a Rafinha, a pesar de que había afirmado tras el choque de Butarque que no estaba para jugar 45 minutos. Menos mal, porque lo hizo todo bien y firmó la recuperación que originó la jugada del gol. Si pudo jugar casi todo el encuentro sin estar fino aún, no sé que pasará cuando coja la forma. Bastó un solo partido para confirmar que su incorporación para esta segunda parte de la temporada es un acierto, porque mantendrá la calidad del juego cuando haya bajas.
La gran labor defensiva hace que un Celta con un 59% de posesión no le remate ni una vez a portería
Junto al brasileño fueron novedades en la alineación respecto a la Copa Remiro, Gorosabel, Aritz, Aihen y Guevara, por lo que la Real también contó con piernas frescas para afrontar el compromiso. En el Celta jugaron casi los mismos que hace dos meses en Balaídos, con las únicas variaciones de Araújo por Murillo en el eje de la zaga y Cervi por Nolito en la banda izquierda.
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El gol llega antes que el juego. Ambos conjuntos dedicaron los primeros minutos para estudiarse y ajustar marcajes. El Celta es un equipo que juega con muchos futbolistas por delante del balón y dos laterales muy altos, por lo que había que tener cuidado de no dejar expuesta la espalda.
La presencia de Rafinha condicionó algo la forma defender de la Real, ya que Imanol no quiso quemarle como segundo delantero en una presión alta –como hace con Silva– en 1-4-4-2 sino que optó por juntar a sus hombres algo más retrasados en un 1-4-5-1 con Januzaj y Oyarzabal defendiendo a Galán y Mallo. Sin embargo, esa disposición le permitió tener más metros para explotar el contragolpe en caso de robar en zonas prometedoras.
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Sin Silva, Sorloth, Isak ni Barrenetxea, la Real tiene hasta cinco opciones a balón parado para sentenciar
Así llegó el gol de Oyarzabal antes de poner el juego. Fue una recuperación de Rafinha en banda derecha quien descargó rápido de cara a Merino. El navarro no necesita pensar mucho para meter el pase en largo ni Oyarzabal para correr al espacio. Araújo se quedó enganchado y eso posibilitó que el capitán se plantase ante Dituro. El meta adivinó bien sus intenciones en el primer remate pero después aprovechó que el rechace le cayó a sus botas para remachar a la segunda.
Ocasiones a balón parado. Si ya de entrada el cuadro txuri-urdin había adoptado una posición más retrasada que de costumbre, con el marcador favorable acentuó más esa disposición confiando en que Aritz y Le Normand pudieran neutralizar los centros laterales que colgaba el Celta sobre las inmediaciones de Remiro, como así fue. El cuadro vigués no llegó claro en ataque posicional pero a la Real le costó correr la contra. Seguramente por esas ausencias que tenía arriba –Silva, Sorloth y Barrenetxea– que se acentuaron con el esguince de tobillo que se hizo Isak pasada la media hora.
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Así las cosas, las mejores opciones llegaron en la estrategia, casi siempre aprovechando la banda izquierda para juntar a Aihen y Merino. Antes del descanso, un córner forzado por el primero fue ejecutado a la perfección. Januzaj y Rafinha hicieron superioridad en corto y el brasileño puso un caramelo con la zurda al corazón del área. Aritz llegó en carrera para cabecear tras el arrastre de Merino pero remató muy centrado.
Después fue Merino el que forzó una falta lateral por ese perfil izquierdo. Januzaj la puso en juego con su calidad y el propio jugador navarro la remató de cabeza por encima del larguero.
Tras el descanso la Real disfrutó de otras tres buenas opciones a balón parado. La más clara fue el córner botado por Januzaj que cabeceó Merino al poste. Después Cuadra Fernández anuló a instancias del VARun gol a Aritz por fuera de juego, también con Januzaj como ejecutor de una falta lateral. En el tramo final Merino ganó muy bien la acción en el primer palo en otro córner pero Portu no pudo empujar en el segundo. A pesar de que ninguna de esas opciones se concretaron, la mejoría en la ejecución de esas acciones fue importante en un día en que la profundidad en jugada a balón corrido se redujo al gol de Oyarzabal y un cabezazo de Rafinha en plancha a centro de Merino.
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De nuevo la puerta a cero. No se entendía que una Real que apenas recibió goles en los tres primeros meses del campeonato llevara semanas encajando bastantes. Hasta el Leganés le había hecho dos en un suspiro el miércoles con aquellos cuatro del Betis en diciembre en el recuerdo. Esta vez ese trabajo defensivo dio su fruto, empezando por la excelente actuación de los dos centrales, Aritz y Le Normand, que se mostraron inabordables por arriba y que se impusieron también por abajo a Mina y Aspas.
Gorosabel y Aihen, sobre todo, mejoraron respecto a actuaciones previas, y completó el cuadro un Guevara que anuló en su zona a Denis Suárez, el más creativo de los celtiñas en tres cuartos. La labor de Merino y Rafinha por dentro fue excelente, y así la Real no ofreció ninguna fisura.
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La mejor prueba es que con solo un 41% de posesión evitó que el Celta le rematase una sola vez entre los tres palos y le crease oportunidad alguna. Los duelos, 72 ganados frente a 44 perdidos, y la superioridad aérea, 23 contra 19, hicieron que Remiro apenas tuviese que mancharse los guantes. Buen punto de partida para remontar el vuelo.
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