Confianza en la continuidad de Martin Zubimendi

Sin embargo, el interés del Liverpool por Martin Zubimendi desvelado el miércoles desde Inglaterra ha sembrado entre la afición txuri-urdin el temor a perder a uno de sus principales referentes, más si cabe cuando se ha ido Le Normand y Merino parece más fuera que dentro. Desde Anfield no han trasladado oferta alguna a la Real, pero el club ha podido constatar que los 'reds' están dispuestos a pagar los 60 millones de euros de su cláusula de rescisión. Así las cosas, la pelota está ahora en el tejado del jugador, que tomará una decisión definitiva este fin de semana al volver del amistoso contra el Unión Berlín.

En la pasada Eurocopa el donostiarra dejó claro en una entrevista publicada por este periódico dónde iba a jugar esta temporada: «En la Real. Tengo contrato y es lugar en el que más a gusto me siento». No era un brindis al sol sino el reflejo de una convicción, ya que en los últimos años ha desoído ofertas de clubes importantes como el Barcelona o el Bayern Múnich para seguir jugando en San Sebastián, donde sigue viviendo el sueño que tenía desde bien pequeño.

Sin embargo, Martin se ha hecho mayor, ya tiene 25 años y a sus espaldas acumula cuatro temporadas en Primera División en las que ha podido ganar una Copa, jugar una Champions y ser determinante en la conquista de la pasada Eurocopa con una actuación descomunal en la final tras la lesión de Rodri. Un bagaje que le ha colocado en el radar del Liverpool como uno de los objetivos del nuevo proyecto de Arne Slot en Anfield.

La propuesta de un club tan grande le ha hecho dudar por la firmeza de los ingleses en abonar su cláusula, el contrato que le ponen encima de la mesa y la confianza en el aspecto deportivo tanto de Slot como de Richard Hughes, el nuevo director deportivo del club que, por cierto, está muy relacionado con su agencia de representación. El año pasado, cuando estaba en el Bournemouth, fichó como entrenador a Andoni Iraola, que también pertenece a la misma agencia.

Con todas las cartas sobre la mesa, es el jugador el que tiene que tomar una decisión. A favor de quedarse, su amor incondicional a unos colores. Es algo que está fuera de toda duda. Y ahora, el cariño que le ha transmitido toda la Real en las últimas horas. Tanto Imanol como Olabe se han reunido con él para hacerle ver la importancia que tiene en el proyecto deportivo. Por su origen como canterano de Zubieta, su condición de donostiarra, edad y, sobre todo, su talento como futbolista. El club entiende que puede facilitar la salida de Le Normand y Merino, de 28 años y previo paso por caja de los compradores, porque están ante la última oportunidad de firmar el gran contrato de sus carreras. En el caso de Martin, a sus 24 años, es distinto. Sus mejores temporadas están por venir, aún tiene margen de progresión en la Real y el del Liverpool seguro que no va a ser el último tren que pase por su puerta.

Martin Zubimendi sabe que es así y conoce de primera mano las posibilidades del proyecto txuri-urdin porque ha comprobado de primera mano su crecimiento en las últimas temporadas. Hace unos años esta situación no se habría dado porque la distancia entre ambos clubes era sideral y la economía no estaba ordenada, por lo que hacía falta vender. Hoy, la brecha no es tan grande en buena medida porque la Real es un equipo con aspiraciones en la que sus futbolistas copan la selección y no son menos que nadie. Ese crecimiento deportivo es el que ha hecho que los jugadores estén a gusto en Donostia y sea más difícil sacarles de aquí.

Junto a la ofensiva en Zubieta de Imanol y Olabe para convencerle de que siga en el Reale Arena, en los despachos también se ha producido un encuentro de Aperribay con sus agentes para ofrecerle una importante mejora de contrato. El actual, que vence en 2027, fue firmado hace casi dos años, en octubre de 2022, y ahora vería aumentados sus emolumentos para tratar de garantizar su continuidad. Es una maniobra lógica acorde con su importancia dentro de la plantilla.

No es la primera vez que la Real vive una situación como la actual, en la que un club viene a ficharle un jugador, está dispuesto a pagar la cláusula y se queda. En agosto de 2018 lo hizo el Athletic con Oyarzabal. En Ibaigane habían recibido 80 millones con la marcha de Kepa al Chelsea y pensaron invertir ese dinero pagando los 60 millones de su cláusula y ofreciéndole un contrato millonario. Pero el de Eibar se mantuvo fiel a sus colores, la Real le renovó y el resto es historia. Hoy es capitán del equipo, héroe del último título de Copa y artífice del gol que derrotó a Inglaterra en la final de la Eurocopa.

Zubimendi juega hoy ante el Unión Berlín y entre mañana y pasado tomará una decisión definitiva, que en la Real se confía en que sea la de su continuidad.