La carga emocional del derbi
el senado ·
El amargo empate final contra el Athletic demuestra la importancia de saber manejar las emociones en este tipo de duelos tan especiales para los jugadoresUn derbi es mucho más que un partido de fútbol y lo que hay en juego no son solo tres puntos. La rivalidad directa con ... el Athletic hace que este tipo de encuentros tenga una carga emocional tan fuerte que condiciona todo lo que ocurre en el terreno de juego y fuera de él. El estadio lleno, la fiesta previa al pitido inicial, el ambiente en las calles y en las gradas más de 600 días después... Son factores que se traducen en una comunión futbolística brutal y que los jugadores sienten con intensidad. Además, este año tenía el ingrediente adicional del trasfondo de la final de Copa ganada por la Real en La Cartuja.
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El amargo empate final demuestra la importancia de saber manejar las emociones en encuentros así. Remiro había hecho pocos minutos antes una parada buenísima a remate de cabeza de Berenguer que había salvado el resultado, pero en el tiro de falta de Muniain no estuvo acertado.
En un error tan grosero del portero no sé cuánto pudo influir que apenas tres días antes su compañero y competidor por el puesto, Matty Ryan, completara una actuación tan brillante contra el Celta, siendo el verdadero artífice del triunfo con varias intervenciones de enorme mérito.
El error de Remiro es grosero, aunque minutos antes había salvado el resultado con una buena parada
En la primera acción del derbi tampoco anduvo fino Remiro. Midió mal porque el balón se le quedó muerto, posiblemente en una pequeña balsa de agua, aunque el césped estaba rápido por la lluvia. Menos mal que Aritz Elustondo apareció para arrebatarle el gol de forma imperial a Iñaki Williams cuando corría solo hacia la portería. El árbitro y después el VAR decidieron que no había penalti y creo que acertaron pese a que fue una acción rápida y difícil de pitar.
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Más claro fue el derribo de Iñigo Martínez a Mikel Merino en el área contraria tras un nuevo robo de balón del txuri-urdin, el ladrón de la Liga. No sé cuántos penaltis lleva ya cometidos en los derbis Iñigo Martínez, que no pudo acabar el partido al ser expulsado por doble amarilla.
Estando la Real once contra diez y viendo al equipo con serenidad lo normal es que no te empaten, pero así es el fútbol. Lobete peca de impulsivo en esa última falta al borde del área que supuso el gol de Muniain para poner el 1-1 definitivo. Un empate amargo, como digo, que te deja frío porque ya nos veíamos con la victoria en la mano. Qué le vamos a hacer. El fútbol es un juego de errores.
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