Anoeta-Sevilla, el tren que todos queremos coger

El sueño comenzó a forjarse en Buñol, primera parada de un camino lleno de baches y cortos resultados como 0-1. A la Real le ha costado derrotar a futbolistas de regional, pero aquí se ha plantado otra vez este equipo. A las puertas de una final. Y esta vez una de verdad, con más de 20.000 aficionados dispuestos a llorar de felicidad en Sevilla. La afición debe ser partícipe de esta bonita historia. Para estar presentes en La Cartuja antes hay que eliminar al Mallorca. Anoeta-Sevilla, el tren ya está en la estación, ahora solo falta subirse.

Existe una generación de jóvenes realzales que se merecen una final con público. Ritxi Ruiz de Eguilaz y su mujer, ambos de la Peña Musti de Zumarraga, ya saben lo que es ganar un título y celebrarlo en La Romareda. Jubilados ambos, son asiduos a los partidos de la Real como visitante. En Copa solo faltaron en Andratx. «Ahora jugamos en casa, con nuestra gente, y esa es la mayor fuerza de todas. Tenemos que animar desde el minuto 1 hasta el final porque nos necesitan», cuenta Ritxi, que en caso de eliminar al Mallorca será de los primeros en subirse al tren.

El guipuzcoano es cauto y reservado por naturaleza, pero muchas veces es mejor prevenir que curar. Nacho Sainz y su amigo Kevin han confiado en su equipo desde que Carlos Fernández marcó el tanto de la victoria en Buñol. Los dos amigos tienen hotel reservado en Sevilla desde hace meses. «Somos optimistas y tenemos una casa reservada para siete personas, en caso de que ganemos esos días serán inolvidables y teníamos que reservar con anterioridad». El choque ante el Villarreal, en el que hubo huelga de animación por parte de la peña Bultzada, parece que ha dejado huella en el resto de aficionados. «Se notó muchísimo su ausencia. Hoy es día de estar todos unidos, de no dejar de animar, de celebrar un saque de banda, una buena acción defensiva, pitar al árbitro aunque lo esté haciendo bien. La afición juega un partido muy importante y como ellos tenemos que estar a la altura», se dice en uno de los corrillos de la estación del Topo en Easo. Euskotren y ETS (Euskal Trenbide Sarea) también quieren estar presentes en Sevilla y han 'inaugurado' la estación de Sevilla para este periódico, como queda reflejado en los paneles electrónicos en el andén y en el frontal del tren.

Hay aficionados que han visto más de 500 partidos en directo de su Real. Pero lo mejor que tiene este club es que a diario gana nuevos adeptos para la causa. Es el caso de la familia de Javi Arca y su mujer, Silvia Biain, que ya inculcan a sus niños una forma de vivir, de sentir. «Tenemos dos hijos, Adei y Aner, y los dos son socios desde que nacieron. Adei tiene ocho meses recién cumplidos mientras que Aner hace cuatro en junio. En la familia somos muy realzales y los críos no iban a ser menos». Ninguno de los dos pequeños, dado el horario nocturno, estará esta noche en el Reale Arena, pero ningún pase de socio se va a quedar sin utilizar. «El mayor poco a poco se va enterando de las cosas. Cuando pasamos por Anoeta se pone como un loco gritando «Erreala!», desvela su padre sonriente.

Javi confía en el equipo, aunque viendo los errores que ha cometido en defensa el equipo durante las últimas semanas, entiende que se va a sufrir en el Reale Arena. Pronostica un 2-1, por lo que habrá que empujar desde el primer minuto. «Yo como Imanol, el partido se gana desde el recibimiento. La afición tiene que ser una parte fundamental y si todos nos queremos montar en el tren que nos lleve a Sevilla no hay que parar de animar». André Silva, Sadiq, veremos si Oyarzabal... Imanol tiene muchas alternativas para la delantera. «De una vez por todas tenemos que romper la mala racha con el gol. Estoy seguro que no se nos ha olvidado hacer goles, pero hay que estar más atinado y es el día ideal para hacerlo», se escucha de fondo en otra conversación.

Javi es socio desde hace diez años. «Hemos vivido partidos importantísimos en el nuevo Reale Arena, pero creo que por lo que se juega el equipo y la afición es uno de los más importantes de la historia del estadio. Hemos podido ganar una liga en el 2003, pero esto es otra historia». Silvia no es tan futbolera como su pareja, pero el aita se opone a que los niños no sean realistas. La familia sueña con estar presente en La Cartuja de Sevilla para poder vivir un día histórico. June y Aner apenas tendrían recuerdos, pero sus padres inmortalizarían una cita histórica para la afición.

Los integrantes de Maite Taldea viven las últimas horas al partido con nervios. No es para menos. La peña no puede estar más cerca del estadio puesto que el bar que hace de sede está ubicado en la Plaza Ferrerías. A pocos metros de allí, en la Avenida de Madrid como quiere Imanol, estarán puntuales Jaione e Irune Camacho, dos de las peñistas más ilustres de Maite Taldea, que quieren repetir presencia en Sevilla en un plazo de dos meses. «Vamos de avanzadilla al partido del fin de semana, el de liga. Estaremos presentes en el Pizjuán. Es una ciudad que nos encanta y no nos cansamos de volver, así que iremos en febrero y la semana de la Copa en abril», lanza confiada Jaione.

La estación de Anoeta está lista. El tren está a punto de partir. Solo hace falta que se suban más de 20.000 aficionados de la Real para teñir una ciudad entera de azul y blanco. Es una noche para la historia y la afición está preparada para ello. «No se desunan», puso en el cielo Martín Lasarte cuando el club tocó el infierno de Segunda. Ahora espera la gloria.

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