Yolanda Díaz se reunió con Andoni Ortuzar y Aitor Esteban el pasado 7 de abril en Sabin Etxea.

La vicepresidenta Díaz abre contactos con PNV, EH Bildu y ERC para salvar la reforma laboral

La también ministra de Trabajo se reunirá con estos tres grupos la semana que viene y está convencida de poder reconducir las diferencias sobre la prevalencia de los convenios autonómicos

Miguel Villameriel

San Sebastián

Jueves, 6 de enero 2022, 07:41

Yolanda Díaz invirtió nueve meses en tejer un complicado equilibrio entre el Gobierno, los principales sindicatos del Estado y la patronal para alcanzar un ... acuerdo sobre la reforma laboral, por lo que no está dispuesta a ver cómo naufraga su proyecto estrella de la legislatura a las primeras de cambio. Aún queda un mes para que se agote el plazo para la convalidación del decreto ley de la reforma en el Congreso, el 7 de febrero, pero la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo se ha puesto manos a la obra para tratar de atraer a los socios habituales del Ejecutivo. Para empezar, ya ha contactado con el PNV, EH Bildu y ERC para limar las reticencias que estos tres grupos nacionalistas han hecho públicas sobre el texto acordado. La prevalencia de los convenios autonómicos y la fórmula en la que queden salvaguardados en la reforma laboral es la diferencia más notoria, pero no es la única.

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Fuentes del Ministerio de Trabajo confirmaron ayer a este periódico que se han producido los primeros contactos de Díaz con PNV, EH Bildu y ERC. La intención es llevar estas comunicaciones «con discreción» –de hecho, el partido jeltzale ni siquiera confirmó ayer que se hayan dado estas conversaciones–, aunque desde EH Bildu desvelaron que tendrán continuidad con una reunión de Díaz con cada uno de estos grupos en el Congreso la próxima semana. En el gabinete de la vicepresidenta mostraron su confianza en que estos contactos puedan acortar las distancias entre el Gobierno y sus socios preferentes. Porque el 'plan A' es que la reforma laboral salga con el apoyo de las fuerzas de izquierda y soberanistas y, a priori, Díaz no contempla la opción de tener que recurrir a partidos como Ciudadanos para garantizar una mayoría.

El PNV ha reiterado esta semana que su único obstáculo para apoyar la reforma es que se blinde el marco laboral vasco, aunque al mismo tiempo exige que quede recogido negro sobre blanco en el decreto ley. Esa prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales es una exigencia también de EH Bildu y ERC, aunque en este caso el descontento con el texto presentado por el Gobierno es mayor, ya que apostaban por una derogación total de la reforma aprobada por el Ejecutivo de Rajoy en 2012.

Los soberanistas advierten que siguen viendo «muy complicado» un acuerdo porque «no hay mucho margen» para negociar

De hecho, fuentes de EH Bildu rebajaron ayer el optimismo ante la iniciativa adoptada por la vicepresidenta Díaz para retomar los contactos y advirtieron que siguen viendo «muy complicado» alcanzar un acuerdo en torno al decreto presentado por el Gobierno. «Con las declaraciones que hemos escuchado en los últimos días por parte de algunos ministros, no vemos mucho margen para el acuerdo», añadieron.

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Sin citarlo directamente, se referían al ministro de la Presidencia, el socialista Félix Bolaños, que este martes avisó de que «nosotros no queremos que esta norma sufra ninguna modificación porque se trata de un acuerdo entre empresarios y sindicatos que tiene equilibrios». Y también advirtió a los partidos que se nieguen a respaldar la reforma que «tendrán que explicárselo bien a sus votantes». Bolaños es el negociador habitual de la parte socialista del Gobierno, por lo que podría haber una nueva marejada en el gabinete de coalición.

Los republicanos y los ERE

Si los grupos vascos están muy centrados en preservar el marco laboral vasco por su especificidad industrial y sindical, ERC ha puesto sobre la mesa la exigencia de que se reponga la autorización administrativa previa para la aplicación de los ERE, que suprimió la reforma de Rajoy en 2012. Los republicanos cuentan con la ventaja de que esa cuestión concreta no figura en el decreto de la reforma laboral, por lo que podrían negociarlo a través de una norma aparte.

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