Con un pie en casa y mascarilla

Este verano va a ser diferente y extraño en todos los sentidos. Por primera vez será algo habitual que la mascarilla se llene de arena y que al bote de crema solar le acompañe el gel hidroalcohólico en la bolsa para la piscina. También se presenta un mes de agosto en el que viviremos en directo la negociación y formación del nuevo Gobierno Vasco mientras tomamos el aperitivo y seremos testigos de la puesta en marcha de todos los engranajes parlamentarios para que la legislatura eche a rodar.

Esta situación, además de afectar al merecido asueto de los ciudadanos de a pie, pone también en jaque los planes vacacionales de la clase política vasca, que este año no disfrutará del parón estival como lo suelen hacer habitualmente. La pandemia les ha obligado a reestructurar sus planes para mantener, en la medida de lo posible, las reuniones familiares y de amigos, las siestas interminables y la ausencia de horarios y apretadas agendas.

La pandemia del Covid-19 y la inquietud con la que afrontan las instituciones los posibles rebrotes han provocado que, por lo general, los políticos vascos decidan permanecer en sus residencias o, en su defecto, realizar desplazamientos cortos.

Pero el virus no es el único escollo que se interpone entre los políticos y el tan deseado descanso. La decisión del lehendakari de celebrar las elecciones en julio ha propiciado que los electos que ocupan asientos a nivel autonómico tengan que compaginar sus vacaciones con las sesiones parlamentarias de agosto antes del pleno de investidura.

De entre todos los políticos vascos, quizás el que se lleve la palma es el lehendakari. Con los rebrotes avivándose en Euskadi, intentando controlarlos en localidades como Eibar o Ermua, Urkullu no está como para viajar a ningún lugar exótico. También es verdad que ningún año lo suele hacer, ya que normalmente es más propenso a permanecer en su residencia cerca de los suyos y aprovechar para pasar tiempo con amigos, hacer algo de ejercicio y darse a la lectura. Por otro lado, Urkullu deberá estar muy pendiente de las negociaciones entre PNV y PSE para renovar su coalición. Desde su gabinete lo dejan bien claro. «El lehendakari no irá a ninguna parte. Este año es todavía más complicado salir por la crisis del Covid-19 y la constitución del Gobierno».

El alcalde de San Sebastián tendrá que estar pendiente de su teléfono móvil este verano. El sistema que ha ido diseñando en los últimos años para mirar el móvil exclusivamente a primera hora de la mañana, mediodía y noche, y poder así desconectar y centrarse en su familia parece tambalearse este verano con la pandemia. «Este año estaremos pendientes de lo que pueda suceder». Goia ha visitado Cádiz y también suele pasar algunos días con amigos en Las Landas. Este año, sin embargo, el lugar de descanso será «en un radio de más o menos una hora o dos de San Sebastián». La cancelación de la Semana Grande también apena al alcalde de la ciudad, que suele disfrutar con el ambiente que genera la ciudadanía en las calles festejando. «Esta vez no deberíamos ver esas aglomeraciones, dadas las circunstancias». Así las cosas, Goia aprovechará el tiempo para centrarse en algo fundamental para él: su familia.

Olano pasará sus vacaciones junto a su familia en Hondarribia, realizando pequeñas salidas y excursiones en familia. Para ello, ha encontrado a su mejor aliado: Gipuzkoa Passport, la guía que ha publicado la Diputación Foral con 50 planes para hacer turismo por el territorio. El diputado insiste en que «es tiempo de consumir local y ser viajeros en nuestro territorio». Él ya tiene varios destinos subrayados en la guía, a saber, el valle de Sastarrain en Zestoa, Ekainberri y el palacio Lili. También ha decidido cuál será su compañero de papel para el presente verano: 'Pentsamenduaren historia Euskal Herrian' de Joxe Azurmendi. A pesar de estos entretenimientos, admite que estará en permanente contacto con el resto de diputados y especialmente con el Gobierno Vasco, y hace un llamamiento a «actuar responsablemente en nuestro tiempo libre y seguir a rajatabla las indicaciones sanitarias».

Bakartxo Tejeria suele pasar sus vacaciones en el pueblo riojano de Ollauri. La familia numerosa pivota normalmente entre San Sebastián y este pueblo, aunque este año asegura que «iremos siempre viendo cómo va evolucionando la pandemia». La candidata de los jeltzales para volver a ocupar la presidencia de la Cámara vasca también comenta que los periodos de descanso serán breves, ya que durante la primera quincena de agosto habrá, como poco, tres plenos. El primero, mañana. «Bueno, si estoy en La Rioja estoy más cerca del Parlamento que en Donostia», bromea. No obstante, estas cuestiones no le impedirán disfrutar, aunque sea durante unos días, de la tranquilidad, el sol y la piscina de Ollauri.

La juntera de Podemos no tiene un sitio fijo donde hacer turismo. Dependiendo del año realiza visitas a lugares dentro de España y, en otras ocasiones, viaja también al extranjero. Pero al sitio donde siempre regresa es a Casillas de Flores, un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca, que es donde Valiente nació. No obstante, este verano ha pensado que será mejor moverse por el entorno de Donostia y tiene como objetivos ir a Zumaia y relajarse unos días en Las Landas, confiando en que se cierre la muga. Esta semana también irá a su pueblo para «abrir la casa familiar, hacer limpieza y pasear por el campo». Este año será más difícil juntarse en el pueblo para hacer cenas con amigos y tendrá que esperar hasta el año que viene para disfrutar de nuevo de las fiestas de su pueblo.

Las vacaciones de Eneko Andueza están «colgando». No solo por la coyuntura sanitaria actual, sino por todos los plenos y eventos parlamentarios programados para este mes de agosto. Normalmente, iría a pasar unos días bajo el sol de Peñíscola y, a continuación, pondría rumbo a su sitio favorito para pasar el tiempo libre: Morales de Toro, el pueblo de sus abuelos en Zamora. «Donde verdaderamente me reencuentro, me relajo y disfruto es en el pueblo. Tengo un vínculo muy estrecho con amigos de la infancia y allí vive todavía mi abuelo». Ese es el lugar al que no ha dejado de ir desde que era niño y aprovecha cualquier oportunidad para hacer una visita. Durante el desayuno intenta hacer un repaso extenso de toda la actualidad y luego procura mantener contactos puntuales con sus colaboradores para poder disfrutar de su gente. «Tengo la suerte de que, además de mis compañeros, son también amigos».

El presidente del grupo parlamentario PP-Cs en esta legislatura cambiará este año las playas mediterráneas, los paseos hasta pequeñas calas y el calor sofocante por un agua de mar más fresquita, una gastronomía variada y más cercanía con respecto a Euskadi. Carlos Iturgaiz dejará por primera vez de lado a Menorca para ir a una casa de veraneo que tiene en Cantabria. El riesgo que supone coger un avión en estos tiempos es demasiado alto para él. «Imagínate que alguien en el avión da positivo y tengo que estar 14 días confinado». Por ello, escoge la comunidad autónoma vecina para disfrutar de «desayunos, comidas y cenas» junto a los suyos, algo poco habitual durante el curso político. Esta ubicación también le da la posibilidad de ir y volver de manera rápida a un hipotético debate de investidura que pronostica que será «a finales de agosto o principios de septiembre». De todas maneras, a este dirigente todavía le quedan un par de semanas de trabajo, pues en la agenda del Parlamento Vasco hay ya tres plenos programados para poner en marcha la legislatura.

Maddalen Iriarte no tiene todavía planes claros para este mes de agosto. En principio se quedará en Euskadi. Otros años ha solido pasar algunas temporadas recorriendo Cataluña en su furgoneta o relajándose durante algunos fines de semana en la localidad francesa de Arcachón. «Lo que me preocupa principalmente ahora es la situación de la pandemia, que está dando unos rebrotes significativos y me preocupa cómo va a empezar el curso escolar en nuestro país o si tenemos suficientes rastreadores. Todo lo demás me importa menos, incluso mis vacaciones». La líder de EH Bildu en la Cámara vasca asevera que este verano toca disfrutar de las pequeñas cosas, como ir a tomar un pote con amigos o leer. Eso sí, siempre atenta a la política y a la actualidad, ya que tras 25 años trabajando en medios de comunicación, «bajar la persiana» es algo que no concibe.

Desde que Pilar Garrido comenzó su andadura en política, las vacaciones largas han pasado a ser más anhelo que realidad. Durante los últimos años ha optado por realizar salidas cortas a lugares tranquilos y apartados donde «puedas llevarte un libro bien gordo y leer hasta que te lo acabes del tirón». A la diputada podemita en el Congreso por Gipuzkoa le atraen mucho los lugares con posibilidad de ir a la playa, pero también disfruta de ámbitos rurales como Navarra. Afirma que este año toca desplazarse poco a causa del coronavirus y se moverá cerca de casa, ya que en Euskadi «hay sitios maravillosos por visitar». Aunque le gustaría poder desconectar del todo en vacaciones, reconoce que siempre cae en la tentación de mirar el móvil y estar pendiente de la actualidad política.

En un verano común se podría encontrar a Otegi paseando por las calles de Ajaccio o descansando en algún pueblo costero de la isla de Córcega, lugar que, curiosamente, también tiene pretensiones independentistas, y es el emplazamiento de descanso habitual del elgoibartarra. Sin embargo, este año no se desplazará por dos razones de peso. «Una es la pandemia, por un lado, y, por otro, que acabo de ser aitxitxa». Afirma que tras la crisis sanitaria ve responsable gastar el dinero aquí para ayudar en la recuperación económica y que, de esta manera, tendrá también tiempo para disfrutar de la pequeña. Para Otegi, el hecho de leer un libro, salir al monte o estar con su familia es ya motivo de gozo y le ayuda «a salir de ese día a día alocado al que nos ha conducido el capitalismo». Para ello, intenta dejar el móvil desconectado «grande ratos» cuando va a la playa para poder alejarse de la «vorágine de la política». Tras los buenos resultados cosechados en la pasada cita electoral, en la que su partido ascendió tanto en número de escaños como en votos, ahora la formación está llevando a cabo una ronda de reuniones con sindicatos y partidos, algo que Arnaldo Otegi tiene que finalizar antes de tomarse un respiro.

Todos los años la secretaria general el PSE suele pasar la mayor parte de su descanso estival en la Costa Brava, donde suele ir en familia y tiene muchos amigos con los que compartir agradables ratos. Pero la negociación y formación del nuevo Ejecutivo vasco, del que Mendia sopesa formar parte, trunca cualquier posibilidad de escapada para la dirigente socialista. De momento, solo se ha podido permitir un pequeño viaje este año, a pesar de haber vivido «unos meses complicados». El mes de agosto no se vislumbra tampoco prometedor, pero Mendia no se queja, ya que «es mi obligación y me consta que todos los compañeros de dirección del Partido Socialista comparten esa forma de ver el trabajo en verano». Ahora su cometido central es formar un gobierno que permita «seguir mejorando la vida de los vascos y las vascas, como siempre a lo largo de nuestra historia».

José Luis Arrúe es otro de los que suele ser fiel al lugar de veraneo de siempre. En su caso, es el la localidad aragonesa de Jaca donde suele retirarse en periodo estival. Pero su mujer entra dentro del grupo poblacional de riesgo por problemas de salud y es por ello que, tras más de cuarenta años veraneando en las faldas de los Pirineos, esta vez se tendrá que quedar en casa. «La situación de la pandemia en Aragón es incluso peor que la de aquí. Yo no me arriesgo». En Donostia disfrutará con sus dos hijos ya casados, de la lectura y de algún chapuzón en la playa. Además, tendrá tiempo para dedicarse a cuidar de su perro «hermoso».