El lehendakari reclama en Córcega la defensa de las lenguas minoritarias

Iñigo Urkullu finalizó este martes su viaje oficial a Córcega -el primero que realiza al extranjero desde que estalló la pandemia- haciendo un alegato en favor de las lenguas «minorizadas», como el euskera y el corso, y reivindicando un mayor apoyo de las instituciones para que estos idiomas no desaparezcan.

El lehendakari, que aterrizó en la isla el pasado lunes con el objetivo de reforzar los ámbitos de colaboración entre el Gobierno Vasco y el Consejo Ejecutivo corso, centró este lunes su discurso en la política lingüística para poner en valor el bilingüismo que impera en ambos territorios. «Cuando hablamos de pervivencia de nuestras lenguas, estamos hablando también de la convivencia, no de la coexistencia, de todos los ciudadanos que integran nuestros pueblos», manifestó el lehendakari tras visitar el Centro de Inmersión Lingüística de Savaghju-Vivariu, situado a 30 minutos de la ciudad de Corti, desde donde el Ejecutivo corso trata de impulsar su lengua.

En declaraciones a los medios de comunicación, y acompañado por el presidente del Consejo Ejecutivo de Córcega, Giles Simeoni, Urkullu destacó que tanto Euskadi como la isla corsa cuentan «con un idioma propio y una voluntad de preservar ese patrimonio cultural». De ahí que defendiera que ambas regiones comparten «el respeto a la diversidad lingüística» y entienden «la pluralidad lingüística como un gran activo».

El mensaje lanzado tenía una fuerte carga simbólica detrás, ya que Córcega lleva años peleando por que se reconozca la cooficialidad de la lengua corsa en Francia. Una reclamación que, de momento, rechaza de lleno el Gobierno galo. «El francés es la única lengua oficial», ha llegado a proclamar Emmanuel Macron. El euskera tampoco cuenta con el estatus de lengua cooficial en la República francesa, de ahí que el jefe del Gobierno Vasco apelase a la «necesidad de invertir en las lenguas minorizadas para lograr un respeto efectivo a los derechos lingüísticos de todas las personas». «No solamente aboguemos, si no trabajemos por la pervivencia de nuestros idiomas como señal de la pervivencia también de nuestros pueblos», insistió el lehendakari. Y es que Urkullu alertó de que se «corre el riesgo de que los pueblos también vayan desapareciendo en un fenómeno de globalización como consecuencia de la pérdida de sus idiomas propios». Por ello, aseguró que es «un ejercicio de responsabilidad de la pluralidad, de la pluridiversidad de la población mundial, el que, quienes tienen responsabilidades institucionales, trabajen por la pervivencia de nuestros idiomas».

A este respecto, el lehendakari adelantó que el Gobierno Vasco y la Colectividad de Córcega trabajan ya en la elaboración de un 'Protocolo de intercambio de experiencias e información' en relación al proceso de normalización lingüística. Según explicó Urkullu, son cuatro los ámbitos de trabajo: legislación; proceso de revitalización de la lengua; educación y la experiencia de los modelos lingüísticos; y compromiso público y privado.

Por su parte, Simeoni reconoció que conseguir la cooficialización del corso es un objetivo central para su Ejecutivo, y aseguró que seguirán trabajando para que las instituciones apoyen las políticas públicas «indispensables» para proteger la lengua. «Se trata de un reto muy importante para todas las sociedades y en particular para un pueblo tan pequeño como el nuestro», defendió.

Para finalizar su viaje en Córcega, Urkullu visitó el Museo de Córcega y conoció de primera mano el proyecto de rehabilitación de patrimonio 'Citadella 21'.

Temas

• Iñigo Urkullu Rentería