Iñigo Urkullu interviene como apafuegos de sus consejeros

Estas sorprendentes palabras, pronunciadas en un coloquio en la Cámara de Bilbao, provocaron estupor en gran parte de los asistentes, muchos de ellos empresarios y profesionales relevantes de la economía vasca que han padecido en sus carnes los años del plomo, cuando los asesinatos, secuestros y pago del impuesto revolucionario no fueron precisamente un incentivo para el desarrollo industrial en Euskadi.

La polémica cuestión se suscitó precisamente cuando un exdirectivo del antiguo Banco Bilbao Vizcaya sugirió la posibilidad de establecer mecanismos que permitieran recuperar el tiempo perdido por el impacto de la actividad de ETA, sobre todo en materia de inversiones. El consejero le respondió que «el terrorismo fue un auténtico drama humano, que yo también viví, pero estoy convencido de que no tuvo incidencia alguna en la economía vasca».

Estas palabras recibieron contestación ese mismo día por parte del delegado del Gobierno. Denis Itxaso afeaba las declaraciones de Azpiazu y le preguntaba mediante un mensaje en redes sociales si creía que la extorsión y los atentados contra empresarios y trabajadores no tuvieron ningún efecto.

El lehendakari intervino el sábado, un día después de que se levantara la polvareda, para echar un capote a su consejero y al mismo tiempo reconducir el discurso, un difícil encaje de bolillos porque las palabras de Azpiazu fueron diáfanas.

Urkullu pidió disculpas en nombre del Gobierno Vasco y del consejero. «No creo que haya duda alguna sobre el compromiso del Ejecutivo y de Azpiazu en su respaldo a los empresarios. En cualquier caso, el consejero y el Gobierno queremos trasladar disculpas a aquellas personas a las que esta malinterpretación haya podido inducir dolor». Urkullu añadió que lo que en realidad quiso decir Azpiazu fue que, «a pesar de ETA, Euskadi ha sido capaz de salir adelante desde el punto de vista socioeconómico» y remachó el argumento señalando que «los datos y la realidad actual lo corroboran», alineándose con las referencias al PIB efectuadas por el consejero.

No obstante, la polémica todavía colea. De hecho, el PP pedirá en el pleno del Parlamento del viernes explicaciones a Azpiazu por sus declaraciones.

El lehendakari también tuvo que intervenir en otro asunto polémico, el que enfrentó a la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, con profesionales de Osakidetza. Uno de los temas que provocó el encontronazo fue el futuro de Onkologikoa. El plan del departamento era que el centro se constituyera en una OSI independiente, encontrándose con la firme oposición de los médicos críticos con el departamento.

Urkullu intervino para evitar que esta cuestión se enquistara en unas relaciones muy deterioradas con los profesionales de Osakidetza. El lehendakari anunció a finales de diciembre que la demanda de los 42 jefes de servicio críticos –de un total de 47– se iba a aceptar. Por tanto, la futura integración en Osakidetza se realizará dentro de la OSI Donostialdea. Urkullu enterraba así el criterio mantenido hasta entonces por Sagardui, una consejera a quien por otra parte siempre ha defendido.