«Es insano que un partido incluya a un exjefe de ETA en su dirección o que se hagan 'ongi etorris'»
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«No podemos olvidar que un 40% de familiares de víctimas de ETA no conoce aún lo que sucedió»Como presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero quiere centrar todos sus esfuerzos en las necesidades que demanden los damnificados por ese dolor ... irreparable e impuesto por la sinrazón de todos los terrorismos, desde la pluralidad. Por eso, reconoce estar «agotado» de tener que salir al paso de cualquier movimiento que envuelva a la izquierda abertzale o al mundo de ETA. La actualidad, sin embargo, es difícil de esquivar, hasta el punto de que esta entrevista ha abordado hasta el último momento todos los hechos que estos días han denunciado las víctimas de ETA.
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–¿Cómo está viviendo los últimos hechos que rodean a Antton Troitiño, 'Mikel Antza', 'Mortadelo', David Pla...?
–La verdad, me agota el hecho de que tengamos que estar siempre al hilo de Otegi, Troitiño, Parot, 'Antza' o todas estas novedades. Yo estoy centrado absolutamente en las necesidades que tienen las víctimas del terrorismo.
–¿Y le cree a Arnaldo Otegi cuando dijo en Aiete que «sentía el dolor» de las víctimas y que haría lo posible para mitigarlo?
–En su momento ya dije lo que luego se constató, y no es que yo sea ningún gurú. Si alguien se sabe responsable de tanto dolor, ¿cómo no se autoinhabilita? Si alguien tiene responsabilidad, que se vaya a casa. Sin embargo, todo esto es un cálculo político, porque ahí está Bildu, que todavía no condena la violencia terrorista de ETA. Y como forma parte del espectro político, están dando los pasos que parece que se les exige para que sigan teniendo el protagonismo que tienen.
–¿Duele escuchar esos aplausos a 'Antza' a su llegada a los juzgados o que se elogie en público a Troitiño obviando que fue responsable de 22 asesinatos?
–Claro que duele, mucho. El daño para las víctimas es permanente y, sin embargo, no se percibe una voluntad de querer realmente reconocer que matar está mal, de lamentarse, disculparse y autoinhabilitarse. Lo hemos visto con el fallecimiento de Troitiño y esos mensajes solidarios que, humanamente, podrían ser, pero chirría que se hagan de manera pública. ¡Que lo trasladen en privado! Y se ha visto también cuando ha ido a declarar 'Antza'.
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«Una parte de la sociedad todavía requiere un saneamiento moral fundamental; sigo viendo un déficit democrático»
–Apenas ha pasado un mes desde que el EPPK anunció el fin de los 'ongi etorris' y ya ha sido recibido con honores un preso de ETA en Pamplona. ¿Qué se le removió por dentro cuando vio esas imágenes, con bengalas y aplausos a 'Mortadelo'?
–Sinceramente, vivo al margen de lo que estos hacen cada día. Es la sociedad la que tiene que ver lo que sucede. A las víctimas nos hace daño, pero es la sociedad entera la que fue violentada con 50 años de terrorismo. Y esto es insano. Todavía hay pendiente un saneamiento social importante. Así que espero que la sociedad se dé cuenta y decida cómo quiere vivir en el futuro.
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–¿Y qué le parece que Sortu proponga incluir en su dirección a David Pla, último jefe de ETA?
–Me encantaría que se hiciera una encuesta a la sociedad al respecto. Es una evidencia más de la vinculación de un partido político actual con el pasado terrorista de ETA. Porque esa vinculación es latente. ¿Eso hace daño a las víctimas? Eso hace daño a la sociedad. Repito: es insano. Quieren seguir estando ahí, participando e incidiendo en el futuro y en la gestión pública.
–Durante la entrega de premios de la Fundación, usted denunció la «estrategia de normalización del entorno político etarra», en alusión velada a EH Bildu. ¿Qué le parece que la coalición soberanista apoye presupuestos o que tenga un papel de influencia en determinados gobiernos?
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–La coyuntura política la asumo democráticamente, como demócrata que soy. Pero no estoy denunciando la normalización, sino la aceleración en esa normalización. Y se está percibiendo así porque adolece de unos mínimos de condena y de rechazo a la violencia terrorista. El mundo catalán puede respirar políticamente de manera similar, pero no ha matado a nadie. Y aquí hay 50 años de terrorismo. Insisto, lo asumo democráticamente, pero todavía percibo un déficit democrático en el País Vasco y Navarra, esa falta de libertad para los que estamos en este entorno geográfico.
–El Gobierno Vasco acaba de entregar los primeros cuadernos sobre los casos de ETA sin resolver. ¿En qué medida contribuyen al reconocimiento y a la memoria de las víctimas?
–Evidentemente, no ha habido justicia con todas esas familias y es una reclamación que mantenemos siempre. Y cualquier cosa que pueda ayudarles a conocer lo que sucedió es fundamental.
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–¿Llega tarde este reconocimiento institucional?
–Más vale tarde que nunca. Nosotros valoramos lo positivo de las acciones, y esta lo es, porque es importante recordar y reconocer a esas personas todo lo que han sufrido.
–¿Y hay recorrido real para que se esclarezcan estos casos?
–No quiero generar falsas expectativas a ningún familiar ni tampoco desanimar a nadie. A mí me parece muy significativo recordar que un 40% de familiares no conoce lo que sucedió, y están en su derecho de reivindicarlo hasta el final. ¡Es que es una barbaridad! Y todos los casos no son de los años 80. Estamos hablando incluso del último que cometió ETA en Mallorca. Además, existe un agravio comparativo que se genera con otras víctimas porque las indemnizaciones correspondientes son menores que los casos que han sido resueltos con culpable. Tienen una doble pena.
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–Muchas víctimas piden a los presos que faciliten cualquier información. ¿No es casi predicar en el desierto pretender que los presos colaboren con la Justicia?
–Yo soy escéptico en ese sentido, y lo son las propias víctimas porque así me lo trasladan. Además, todavía no hemos llegado a esa situación en la que, de corazón, sientan que todo lo que sucedió no está bien y que eliminar al contrario no era el camino. A mí si me cae alguien mal no me lo cargo. Y todavía hay un movimiento social importante que está a rebufo de todo lo que sucedió, una parte de la sociedad que todavía requiere un saneamiento moral fundamental.
«Respeto el camino emprendido por Maixabel Lasa, pero yo no tengo ninguna inquietud en repetir la misma historia»
–En noviembre, una delegación europea aterrizó en Euskadi y Madrid interesándose por los crímenes de ETA sin resolver. ¿En qué ha quedado todo aquello?
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–Se supone que están trabajando en ello, todavía no nos han llegado las conclusiones.
–¿Ha visto 'Maixabel'?
–No he podido todavía.
–En todo caso, ¿qué le parece el camino que ha recorrido Maixabel Lasa? ¿Es un paso valiente?
–Es una acción, como todas en las que participan las propias víctimas, que yo respeto.
–Usted, como víctima directa de ETA, ¿sería capaz de dar ese mismo paso y sentarse cara a cara con el asesino de su padre?
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–Personalmente, yo no tengo ninguna inquietud en repetir la misma historia que Maixabel. Y por lo que percibo mayoritariamente de las víctimas, no tienen tampoco ningún interés en estar con sus verdugos.
–¿Nunca se ha planteado qué le diría si tuviera delante a quien mató a su padre?
–No le diría nada. Simplemente me gustaría que escuchara esta conversación que estamos teniendo y oírle decir alguna vez: 'Pero qué barbaridad hice. Cómo me engañaron y me destrozaron la vida los que me alentaron a hacer esto'. Pero, por lo que leo y me dicen, no parece que esté por la labor. Y tampoco los familiares se han acercado a decirnos nada. Yo me imagino que, si me pasara a mí con un hijo, al menos haría visible que me parece terrible y que lo siento en el alma. Pero nada.
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–Interior tiene la intención de retomar los encuentros restaurativos. ¿Cree que esta dinámica favorece la convivencia?
–Todo lo que les haga bien a las víctimas tendrá siempre mi aplauso y mi absoluto respeto. En ese sentido, si hay víctimas que tienen ese interés, bienvenido sea. Cuando he hablado con Consuelo Ordóñez, no obstante, no sé si salió igual de satisfecha.
«Oír testimonios de víctimas en las aulas mejora la sociedad»
-Desde la Fundación, junto al Memorial, llevan tiempo trabajando en unas unidades didácticas que, en el caso de Navarra, se ha confirmado que llegarán a las aulas. ¿Cuánto de necesarios son estos proyectos?
-Mucho. Las siguientes generaciones tienen la responsabilidad de que se quede el mensaje, la memoria, el relato de lo que ha sucedido. Y es importante que los chavales lo aprendan para que no se repita. Estos programas son para sanear, para evitar esa radicalización, para defender los derechos humanos, para mostrar lo que es el terrorismo, la sinrazón, el asesinato arbitrario. Todo eso se traslada en las aulas.
-Con el testimonio directo de las víctimas.
-Así es. Las víctimas, no solo de ETA, ofrecen su testimonio y cuentan cómo le queda a uno la vida destrozada. Y trasladar eso, sin duda, ayuda y mejora la sociedad.
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-¿Usted ha ido también a la aulas a contar su historia?
-Sí, con el programa 'Educar para la Convivencia' que tenemos en la Fundación desde hace 18 años.
-¿Cómo vivió la experiencia?
-Yo estuve en un centro en Pamplona. Cuando vivía mi padre yo conocí a Alberto Toca, una víctima de ETA. Y me impactó tanto que se lo conté a mi padre. Si uno es capaz de empatizar, de imaginarse que un día han pegado dos tiros a tu padre o que le han puesto una bomba, impacta. Y si te lo cuentan quienes lo han vivido, más. Es una cosa dramática.
-¿Cómo reaccionan los chavales?
-Su reacción es el silencio. Y es bastante común, porque les impacta conocer cómo alguien vivió un atentado. Es una ausencia que queda ahí de por vida. Y estos días de Navidad, les echamos especialmente de menos.
-Colectivos de víctimas han propuesto que también los expresos arrepentidos se incorporen a la dinámica. ¿Ayudaría a deslegitimar la violencia de ETA?
-Sí. Que alguien que ha estado ahí esté dispuesto a contar que decidió salirse de ese círculo mafioso, me parece perfecto. Aunque no sean esas víctimas inocentes a las que se les truncó la vida.
-¿Qué siente al ver en el Memorial imágenes proyectadas de su padre bailando en una boda?
-Es muy duro. Me impacta ver esas imágenes. Le veía a mi padre tan contento... Era un hombre que siempre denunció la vulneración de los derechos humanos. Por eso hay que reconocer a todos estos héroes de la democracia.
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-¿Qué tareas tiene la Fundación?
-Tenemos mucha actividad asistencial. También sacamos una convocatoria pública para la financiación de proyectos, el Concierto de Víctimas que haremos el 11 de marzo en Madrid, y también un curso en verano sobre el yihadismo. Porque aquí nos centramos en todos los terrorismos.
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