Sortu debate ya entre su militancia la enmienda que critica su apoyo a Sánchez

La crítica parte de un análisis alternativo al elaborado por la dirección, censura el «optimismo» oficial y reprocha que se ha desdibujado la dimensión popular del movimiento en aras a la línea de intervención institucional. En ese sentido considera que «la estrategia de investir a Pedro Sánchez en el Estado y a María Chivite en Nafarroa está teniendo más sombras que luces». En su opinión, «podría ser comprensible desde un punto de vista puramente táctico, pero desde el punto de vista del proceso de liberación, estos vínculos nos han instalado en una cierta parálisis, quedándonos muchas veces en fuera de juego y sin espacio para la movilización y la crítica social».

El citado texto sostiene que «la influencia de la partición de Euskal Herria vuelve a ganar espacio político y social» y considera que «el latido nacional vasco se debilita más que se fortalece». En ese sentido, los autores de la enmienda admiten que «si no hay una dinámica independentista fuerte, junto a las diferentes dinámicas sociales, existe el riesgo de que Euskal Herria como marco mental empiece a disolverse en contraposición a los marcos más fuertes de los estados español y francés».

La propuesta de este grupo crítico alerta del riesgo de que esta deriva deje «sin músculo político social» la apuesta por «la transformación social» y parte de una tesis: el proceso independentista se encuentra en un estado de impasse.

La propuesta 'Lurrari lotuz' pone el dedo en la llaga de la dinámica del movimiento Gure Esku Dago, que considera que «ha quedado en nada» y «ha desaparecido de la agenda política» en la medida en la que la izquierda aber-tzale ha metido el acelerador en «las tácticas institucionales». En ese sentido, reconoce que la apuesta por institucionalizar el derecho a decidir junto al PNV y Elkarrekin Podemos «es un camino muerto y un fracaso previsible». En definitiva, «la dinámica institucional ha neutralizado todo lo demás y ha fagocitado poco a poco el ser y la esencia de la izquierda aber-tzale». Como contrapunto, propone «la desobediencia constructiva» y la «revolución democrática vasca» para hacer «poder popular».

Sin embargo, en su respuesta a la enmienda a la totalidad, el Consejo Nacional de Sortu señala que los críticos no plantean «una línea viable para cambiar la actual relación de fuerzas y avanzar en el proceso de liberación porque no parten de un análisis realista de la situación». También considera que la enmienda «niega el carácter gradual y dinámico del proceso soberanista», «llevándolo a un callejón sin salida». Para la actual dirección, esta posición cierra las puertas a la consecución de «mejoras» en las «clases populares y trabajadoras».

En su respuesta, la crítica formulada a la ponencia política oficial «se aleja de la hipótesis estratégica histórica de la izquierda abertzale». La dirección llega a una conclusión categórica: «Nuestra vocación no es ser contrapoder eternamente, sino conseguir la mayor cota de poder posible». Porque, a su juicio, la enmienda plantea «abandonar la centralidad política que la izquierda abertzale ha logrado con esfuerzo», renuncia a «la vocación de poder» y cuestiona la «propia autonomía del movimiento popular» La ponencia política, titulada 'Herrigaia', fue elaborada en verano con el concurso de medio millar de militantes «referenciales» del independentismo de izquierdas.