Manifestación de GKS en San Sebastián el pasado mes de diciembre. JOSÉ MARI LÓPEZ

La posible abstención de GKS el 28-M acentúa su ruptura total con la izquierda abertzale

EH Bildu y Sortu refuerzan su apuesta por Ernai, que este próximo jueves cumple ya diez años desde su creación

Alberto Surio

San Sebastián

Martes, 28 de febrero 2023, 01:00

La izquierda abertzale maneja en sus planes el presumible llamamiento a la abstención de GKS en las elecciones municipales y forales del 28 de ... mayo de este año. No hay ninguna decisión formal, pero se da por supuesto desde el entorno independentista este escenario en un contexto de fuerte enfrentamiento y polarización de los jóvenes de Mugimendu Sozialista con EH Bildu y Sortu, agudizado después del último verano.

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Además, el conflicto se produce en una coyuntura determinada: pasado mañana, jueves, se celebra el décimo aniversario de la creación de Ernai, la rama juvenil de la izquierda independentista. Tanto EH Bildu como Sortu quieren redoblar su apuesta por esta organización como expresión genuina del relevo generacional en el independentismo de izquierdas.

No es la primera vez que en GKS se contempla una abstención en unos comicios. Oficialmente en EH Bildu se asegura que esta opción no preocupa en absoluto porque solo va a retratar una fractura total en el espacio de los jóvenes.

Sortu aclara a su militancia que GKS busca el conflicto y la confrontación con ellos para «autoalimentarse»

En los últimos meses las reflexiones desde GKS son muy críticas con el 'establishment' político en general, en el que incluyen a los empresarios y a dirigentes de todos los partidos que, en su opinión, son instrumentos del sistema para perpetuar el Capitalismo, un modelo que, afirman, condena a la explotación y a la precariedad a los jóvenes. Y EH Bildu forma parte ya de ese 'enemigo' a combatir por su implicación en la vía reformista institucional.

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En este contexto se encuadra una de las últimas circulares de Sortu dirigida a su militancia con el fin de aclarar a la misma sobre el carácter de los jóvenes comunistas, que consideran que han entrado en una dinámica de agresividad y «han optado por la confrontación política y personal con la izquierda abertzale», «dando pasos graves» pese a que una pequeña parte de la militancia de la izquierda abertzale, dicen, los ha visto como «de casa». Un conflicto y una polarización que creen que se ha avivado desde el pasado verano, a partir del pulso sobre la utilización de las txosnas en los espacios festivos. «Desde un principio han buscado la confrontación», apuntan, «con el objetivo de autoalimentarse». También constatan que una parte de la izquierda abertzale ha pretendido, desde la buena fe, acercarse a ellos, en busca de la colaboración. «Ha resultado imposible», sostiene la aclaración

«Partidos mesiánicos»

El diagnóstico de Sortu señala que GKS es un tipo de movimiento que responde a una dinámica 'hiperideologizada' protagonizada por «partidos mesiánicos y sectarios» que han nacido en el seno de la izquierda europea más nostálgica. A su juicio, «esta estrategia estéril daña la construcción del socialismo» y, en el fondo, esconde «su incapacidad para incidir en la sociedad». Incluso en algunos lugares han optado por «obstaculizar y hostigar el trabajo de la juventud abertzale de izquierdas. Al final desde una identidad hiperideologizada y cerrada, queman las energías confrontando con quienes pueden estar más cerca, en lugar de encauzarlas a las batalles principales. De esa manera debilitaban los proyectos transformadores, reproduciendo las prácticas más nocivas que se han visto en la izquierda».

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Detrás de GKS, sostiene Sortu, se observa «una dinámica de enemistad y confrontación» con el independentismo de izquierdas. «Además están dañando los espacios y dinámicas de colaboración que el movimiento popular ha construido durante las últimas décadas». Hacen una censura severa del fenómeno: «El desarrollo de GKS no puede entenderse sin tener en cuenta la función que han desempeñado otras organizaciones», sostiene en relación con Ikasle Abertzaleak, hasta que en 2018 se rompieron las relaciones entre este movimiento y la izquierda abertzale. «Se adueñaron de una organización que, fruto del trabajo realizado durante 25 años, se había convertido en referencia y gozaba de un estatus reconocido en los centros de enseñanza», asegura la circular.

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