Mila Esker concede su medalla al mérito al ertzaina Hortelano y a los Tedax asesinados por ETA hace 33 años
Es la primera vez que la asociación de ertzainas que preside Julio Rivero hace entrega de la distinción a agentes de otros cuerpos policiales. Los tres artificieros serán homenajeados mañana en Iurreta.
La asociación Mila Esker rendirá mañana un homenaje, en la base de la Policía vasca en Iurreta, al ertzaina bilbaíno Luis Hortelano García y a los policías nacionales José María Sánchez García, natural de Salamanca, y Manuel Jódar Cabrera, de Granada, asesinados por ETA el 24 de mayo de 1989. Coincidiendo con el 33 aniversario del atentado que acabó con sus vidas en el barrio bilbaíno de Zorroza, Mila Esker hará entrega, a título póstumo, a las familias de los tres especialistas en desactivación de explosivos de la medalla a la labor y mérito policial, junto con un diploma de honor, en reconocimiento a su «trayectoria profesional y en agradecimiento a su dedicación y entrega». Es la primera vez que esta asociación que preside el ertzaina Julio Rivero distingue con su medalla a agentes de otros cuerpos que han sido víctimas del terrorismo.
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Hortelano, tenía 33 años y era padre de dos hijos, había ingresado en el Cuerpo Nacional de Policía en 1982, pero cuatro años más tarde comenzó a trabajar en la Ertzaintza. Sánchez García era de Galinduste, en Salamanca, donde veraneaba con su familia y donde fue enterrado. Tenía 34 años, estaba casado con Ana María Lerena, con la que tenía, igual que sus dos compañeros, dos hijos, una niña de 5 años y un niño de 4. Había ingresado en el Cuerpo Nacional de Policía en 1981. Jódar Cabrera era de Rubite, en Granada, tenía 35 años, estaba casado y también era padre de dos niños.
Aquel 24 de mayo de hace 33 años, varios terroristas colocaron una bomba cerca de un concesionario de Peugeot en el barrio bilbaíno de Zorroza, con el fin de atraer a las Fuerzas de Seguridad del Estado. Muy cerca de allí abandonaron también un taxi robado cargado de explosivos. La deflagración del primer explosivo les llevó a inspeccionar la zona en busca de más artefactos y no tardaron mucho en hallar el taxi en cuyo maletero localizaron un bidón bomba que contenía veinte kilos de amonal, cuarenta de metralla y un multiplicador de pentrita. Dos horas después de iniciar las tareas de desactivación, la bomba, que había sido cuidadosamente preparada por ETA para dificultar los trabajos de los artificieros, estalló y mató al ertzaina y a los dos Tedax. Sus cuerpos quedaron reducidos a pequeños fragmentos y los restos esparcidos a varias decenas de metros a la redonda. Otras once personas –cuatro policías, un bombero y seis civiles- resultaron heridos de diversa gravedad.
La asociación que preside el ertzaina Julio Rivero mostrará «su agradecimiento y reconocimiento« a los tres agentes «que arriesgaron y expusieron sus vidas para salvar las de otros ciudadanos». El acto de homenaje que consistirá en una ofrenda floral en el monolito de Iurreta y un minuto de silencio, con los compañeros formados en la base de la Policía vasca, recordará a los tres jóvenes agentes. Posteriormente, en sendos actos íntimo, Mila Esker hará entrega de las medallas y los diplomas conmemorativos a las viudas de los agentes. La esposa de uno de los policías nacionales, que se encuentra estos días en Euskadi, será quien recogerá la distinción de la asociación de ertzainas concedida a los dos artificieros de la Policía Nacional asesinados en aquel atentado en Bilbao.
El acto de recuerdo, organizado para mantener viva su memoria y mostrar el apoyo a las familias de los asesinados, contará también con una representación de todos los sindicatos y asociaciones de la Ertzaintza,
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