Meritxell Batet: «En los próximos meses podemos cerrar más transferencias a Euskadi si priorizamos las más sencillas»

La ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet (Barcelona, 1973), llevó ayer al Consejo de Ministros el real decreto que ratificó las primeras transferencias estatutarias a Euskadi en siete años. Se trata de un tramo de la autopista AP-1 y de dos líneas ferroviarias, pero su importancia radica en el desbloqueo que ha propiciado el Gobierno de Pedro Sánchez. La Comisión Mixta de Transferencias que se celebró el lunes en Bilbao sirvió también para que Batet y el consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, perfilaran un calendario de traspasos que será realidad antes de final de año y que, según la ministra, puede deparar nuevos pactos «en los próximos meses».

-Los tres primeros traspasos no parecían complicados, pero ¿han tardado más de lo previsto?

-En cinco meses este Gobierno ha empezado a desencallar transferencias pendientes desde hace siete años. Cualquier traspaso, cuando bajas a lo concreto, siempre cuesta, pero al final hemos sido capaces de llegar a un acuerdo.

-Ahora se han dado un mes para acordar un calendario de traspasos.

-La voluntad del Gobierno de España es sentarnos a hablar de las transferencias pendientes que reconoce el Estatuto. Esa predisposición de los dos gobiernos hará que en los próximos meses podamos ir desarrollando algunas de esas transferencias. Nuestra idea es priorizar los traspasos para establecer una suerte de calendario. Nunca podrán ser fechas totalmente cerradas, porque luego suelen aparecer dificultades, pero la voluntad política existe.

-¿Han perfilado por qué traspasos se podría empezar?

-Hay algunos técnicamente más sencillos, porque no requieren de modificaciones legislativas. Los que necesitan cambios legales son más difíciles porque requerirían de una mayoría en las Cortes. En las próximas semanas iremos trabajando ese calendario aproximado para cumplir el mandato del Parlamento Vasco y entregarlo antes del 28 de diciembre.

-Usted avanzó que abordarán 36 de las 37 las transferencias que reclama el Gobierno Vasco, pero excluyó el régimen económico de la Seguridad Social. ¿Por qué?

-Cuando hablamos de Seguridad Social, hay condiciones objetivas de gran complejidad técnica y jurídica, además de una jurisprudencia del Tribunal Constitucional que dificulta todo. Ahora mismo, los dos gobiernos estamos en posiciones muy alejadas, pero eso no quiere decir que no respetemos que el Gobierno Vasco mantenga esa reivindicación y, por supuesto, nos sentaremos a la mesa a hablarlo. Nosotros pensamos que es mejor empezar por traspasos en los que el acuerdo está más cerca y podamos avanzar más fácil.

-¿El traspaso de Prisiones tampoco entraría en ese bloque de transferencias sencillas?

-Se incluirá en el calendario y estamos dispuestos a hablar. No será fácil ni inmediato, pero empezaremos a trabajar sobre ello.

-¿Ve lealtad por parte del Gobierno Vasco y el PNV a la hora de negociar las transferencias?

-Sí, hay respeto y lealtad institucional, algo que es básico en la relación del Gobierno de España con cualquier otro ejecutivo autonómico.

-¿Un adelanto electoral complicaría que se pudieran cerrar nuevas transferencias?

-Nunca me pronuncio sobre el momento de las elecciones porque es una prerrogativa exclusiva del presidente del Gobierno. Nuestro ministerio trabaja con un horizonte largo para acelerar al máximo todas las cuestiones que debemos abordar. Cuanto más tiempo haya, más capacidad tendremos los gobiernos central y vasco para ir cerrando acuerdos. Los trabajos se van a producir de manera inmediata, por lo que creo que vamos a cerrar más transferencias en los próximos meses.

-¿Un Gobierno respaldado por 84 diputados y sin Presupuestos podría aguantar mucho?

-La dificultad objetiva de tener un grupo reducido de diputados era algo que sabíamos desde que accedimos al Gobierno, por eso hicimos del diálogo nuestra principal bandera.

-¿Mantiene la esperanza de que se puedan aprobar los Presupuestos Generales del Estado?

-El proyecto del Gobierno supondrá un cambio de rumbo en el Estado después de muchos años de recortes y pondrá el énfasis en las políticas sociales. Todas las formaciones que apoyen esa apuesta deberían respaldar los Presupuestos.

-Los partidos soberanistas catalanes no parecen muy por la labor. ¿Todavía confía en su respaldo?

-La ministra de Hacienda se va a sentar con todas las fuerzas políticas y serán éstas las que tendrán que decidir si se mueven por el interés general o si tienen otros criterios para no dar apoyo a los Presupuestos.

-¿El Gobierno cuenta con que el PNV apoye los Presupuestos?

-No sé en qué punto están las negociaciones pero, por lo que he escuchado, parece que el PNV no tiene especiales problemas con el contenido de los Presupuestos, por lo que un acuerdo podría estar cerca.

-¿Un posible adelanto electoral podría depender de lo que suceda mañana en los comicios andaluces?

-Insisto en que la convocatoria de las elecciones corresponde al presidente del Gobierno. Nuestro horizonte es trabajar como si no fuera a producirse un adelanto electoral.

-El PNV y EH Bildu pactaron el jueves en el Parlamento Vasco una declaración crítica con la Constitución. ¿Cómo lo valora?

-Los posicionamientos de los nacionalistas respecto a la Constitución deben explicarlos ellos, pero es importante recordar que la Constitución es el marco que hace posible el autogobierno vasco y que sitúa al lehendakari al frente del Gobierno de Euskadi.

-¿Sus compañeros del PSE le han trasladado algún tipo de preocupación por la reforma estatutaria que se está abordando en Euskadi?

-Todos compartimos que se puede avanzar en el terreno del autogobierno y creo que el interés del Gobierno Vasco y de los dos partidos que lo sustentan (PNV y PSE) es claro y forma parte de su acuerdo de gobierno. Me parece fundamental que cualquier pacto que se alcance sobre el autogobierno vasco sea respetuoso con la legalidad y refleje la pluralidad de la sociedad vasca, alcanzando el consenso más amplio posible. Cualquier nuevo Estatuto en Euskadi debería representar ese gran pacto transversal donde una inmensa mayoría de la sociedad vasca se pueda sentir identificada.