Flores blancas para Antonio y Moisés, 45 años después de su asesinato
Goia recuerda con la colocación de dos placas y en presencia de familiares y amigosa los guardia civiles Pastor y Cordero, muertos a tiros por ETA
«Eran dos guardias civiles que trabajaban en San Sebastián y fueron asesinados por ETA en un tiroteo que alcanzó a una tercera víctima, que ... afortunadamente salvó su vida. Queremos decir a las familias de estos dos trabajadores que lo sentimos y que les recordaremos siempre porque perdieron la vida en nuestra ciudad de una manera muy injusta». Eneko Goia dirigió estas palabras de consuelo a los familiares de los guardia civiles Antonio Pastor y Moisés Cordero, justo en el lugar donde hace 45 años unos etarras acabaron son sus vidas, y donde el alcalde de San Sebastián les dedicó un sentido homenaje.
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Pastor, natural de Palencia, tenía tan solo 24 años, estaba casado y era padre de una niña pequeña. Había llegado a Donostia, recién salido de la Academia de Úbeda, dos días antes de su asesinato. Y ese día, el 28 de julio 1979, cuando se disponía a cubrir su primer servicio en la casa-cuartel del barrio de Herrera junto a su compañero, el brigada de Huelva de 54 años, Moisés Cordero, ETA los asesinó. Fue a las puertas del cuartel –que hoy en día ya no existe–, donde fueron tiroteados, y donde este sábado el Ayuntamiento donostiarra colocó dos placas en su memoria. Con ellas ya son 29 las ubicadas en la ciudad dentro de la iniciativa municipal para dar visibilidad en el espacio público a las víctimas del terrorismo y de la violencia política.
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La mañana alegre y soleada contrastaba con la música fúnebre de la Banda de Txistularis de Donostia, que recibía con tristeza y emoción a María Olvido, la viuda de Pastor, y a la hija de Moisés, Mercedes Cordero, que rodeadas de familiares, amigos y representantes políticos, pisaron este sábado por primera vez después de 45 años el lugar donde su marido y su padre fueron vilmente asesinados por la banda terrorista ETA. Allí depositaron sendos ramos de flores blancas, en el número 9 del paseo de Herrera, donde están ubicadas las nuevas placas en su memoria.
Un acto íntimo
Como en otras ocasiones, el acto consistió en un sencillo homenaje de reconocimiento y de recuerdo en el que participaron el alcalde donostiarra, representantes de todos los grupos municipales del Ayuntamiento, salvo EH Bildu, y Jagoba Álvarez, director de Derechos Humanos del Gobierno Vasco. Una hora antes, las familias de los dos guardias civiles habían sido recibidas en un acto de carácter más íntimo en el Consistorio, lugar donde sí estuvieron presentes los ediles de la coalición soberanista, y donde las familias recibieron unas réplicas de la placas.
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«Queremos que María Olvido y Mercedes sepan que les recordamos en esta ciudad y que los tendremos siempre entre nosotros», confesó el alcalde donostiarra, palabras que agradecieron familiares y amigos de las víctimas, que también apreciaron el gesto que la ciudad de San Sebastián dedicó este sábado por la mañana a Antonio Pastor, que un fin de semana de 1979 dejó a una viuda con una hija pequeña, y a Moisés Cordero, que también estaba casado y era padre de tres hijos de 21, 19 y 11 años. Un fatídico fin de semana en el que ETA asesinó a nueve personas en cinco atentados, en San Sebastián, Bilbao y Madrid.
El 'Agur Jaunak' interpretado de forma excelente por los txistularis puso el punto y final a un acto en el que se respiraba una emoción contenida y del que también quiso ser partícipe una extensa representación política, entre otros la diputada socialista por Gipuzkoa, Rafaela Romero, el subdelegado del Gobierno en el País Vasco, Guillermo Echenique, la líder del PPguipuzcoano, Muriel Larrea, o Arantxa González, concejala de Elkarrekin Podemos.
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