Asesinato en una tienda de golosinas
Dos terroristas de ETA descerrajaron 13 tiros al edil del PP de Zumarraga Manuel Indiano, el 29 de agosto de 2000. Su pareja estaba embarazada de siete meses de una niña que no pudo conocer a su padre
El 29 de agosto de 2000, Manuel Indiano Azaustre abrió como cada día Kokolo, su tienda de golosinas situada junto al colegio de La Salle de Zumarraga, donde también vendía pan y periódicos. A pesar de que conocía la amenaza que pesaba sobre su persona por el simple hecho de ser concejal del PP, cargo en el que llevaba apenas seis meses, seguramente nunca imaginó la desgarradora y letal escena que iba a vivir esa mañana. Dos terroristas de ETA entraron al establecimiento sobre las 10.00 horas y le descerrajaron hasta 13 disparos. Por el lugar en el que fue hallado su cuerpo agonizante, la investigación concluyó que Indiano trató de huir y refugiarse en la trastienda, pero los etarras le persiguieron y le acribillaron hasta dejarlo abandonado, tendido en el suelo, en medio de un charco de sangre.
Fue una clienta, vecina de la zona, la primera en entrar en Kokolo tras el atentado. Vio al concejal que aún mantenía un halo de vida y fue ella quien avisó de lo que acababa de suceder. Indiano fue trasladado rápidamente al hospital comarcal, aunque las asistencias médicas nada pudieron hacer por salvar su vida. De su cuerpo extrajeron siete balas que le habían alcanzado el pecho y el abdomen, aunque los agentes de la Ertzaintza recogieron trece casquillos de dos marcas diferentes en el lugar de los hechos.
Begoña Pereira, exconcejal del PP en Urretxu, en Lizartza, y después en Zumarraga, recuerda el acoso y la amenaza que sufrían los concejales populares igual que los del PSE en aquellos años. Sabía que ETA les consideraba objetivo y que a cualquiera de ellos podía ocurrirles una desgracia. Recuerda que aquel día de agosto iba a llevar a sus perros al veterinario, a unos 200 metros más arriba de la tienda de Indiano, y en ese momento vio a la Ertzaintza. «Habían acordonado la zona y ya me imagine... Pensé: 'a este se lo han cargado'. Me quedé helada. Sentí una inmensa rabia y ganas de gritar aunque en aquellos años era difícil que la gente llegara a entender una reacción así. Me di media vuelta y ya no fui a la veterinaria ni nada». Pereira rememora que en aquellos años el acoso era diario. A ella, igual que a otros compañeros de partido, le hicieron muchísimas pintadas y un día le dejaron la vaina de una bala delante del portal de su casa. Todavía hoy sigue sintiendo rechazo. «Yo soy de Zumarraga de toda la vida y sigo siendo la facha, la hija p... Mis hijos lo han pasado muy mal y siguen estando marcados. Eso es lo que más me duele, la marca que les he dejado de por vida», relata.
El atentado
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En Zumarraga. A las diez de la mañana del martes 29 de agosto de 2000, dos terroristas de ETA asesinaron al edil del PP Manuel Indiano Azaustre.
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A punta de pistola. Lo dispararon 13 tiros, de los que 7 impactaron en el pecho y el abdomen.
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Los autores. Indiano preparaba la devolución del pan que no había vendido el día anterior cuando Xabier Makazaga Azurmendi y un etarra no identificado le asesinaron. Un tercer terrorista esperaba en el coche para huir tras el crimen.
Manuel Indiano tenía 29 años, había nacido en un barrio popular de Madrid y era técnico en electrónica. Se había trasladado dos años antes del atentado a la localidad del Alto Urola. Durante el funeral de su abuela entabló relación con Encarnación Carrillo, se enamoró y decidió trasladarse a Zumarraga para estar más cerca de ella. La joven trabajaba en el servicio de limpieza del Ayuntamiento y en el momento del atentado estaba embarazada de siete meses. Esperaban a una niña que no pudo conocer a su padre.
El peso del acoso al que se refiere Pereira, lo había comenzado a sentir Indiano semanas antes de su asesinato. El edil llegó a manifestar que temía por su vida, al ver cómo se incrementaba la actividad terrorista. Su viuda recordaba que la presión de los violentos era cada vez más intensa. «Casi todos los días nos encontrábamos con pintadas. En lo único que pensamos era en que nos podían quemar el negocio. De hecho, en alguna ocasión le había pedido a Manuel que quitaran las verjas de la ventana de la trastienda, para que pudiera salir del local si en algún momento tiraban un cóctel incendiario». El concejal perdió mucho peso por la presión que se hacía cada vez más insoportable y ya había anunciado en su entorno más cercano que tras el verano pensaba dejar el cargo.
Indiano había tomado el acta de concejal el 7 de marzo de 2000 pese a ser el sexto en la lista en la que concurrió como independiente. Llegó a ocupar el cargo tras la renuncia de uno de los dos ediles del PP y dado que no habían querido tomar el relevo ni el tercero, ni el cuarto, ni el quinto de la lista de los populares en el municipio.
Encarnación Carrillo relató en una entrevista en este periódico que Manuel era «un hombre bueno», que empezó a trabajar en el Ayuntamiento como responsable del área social «porque le gustaba ayudar a la gente, sin querer colgarse medallas. Sólo quería hacer el bien».
Ese verano de 2000, en el que ETA había perpetrado catorce atentados y asesinado a siete personas, cometería todavía un crimen más, el último día del periodo estival, el 21 septiembre. Dos balas, una en la cara y otra para rematarle en la cabeza, acabaron con la vida de José Luis Ruiz Casado, también concejal del PP en el Ayuntamiento de San Adrián del Besós y jefe de tráfico internacional terrestre en la delegación en Barcelona de la multinacional belga ABX Logistics.
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