El lehendakari que no quiso ser la 'manzana de la discordia'
Carlos Garaikoetxea y el primer Gobierno Vasco tras el Estatuto reciben mañana un homenaje oficial tras su toma de posesión hace 45 años
Carlos Garaikoetxea (Pamplona, 1938), primer lehendakari del autogobierno nacido con el Estatuto de Autonomía de Gernika, recibirá mañana en el Palacio de Ajuria Enea, en Vitoria, un sentido homenaje al cumplirse 45 años de su toma de posesión. En nombre del Ejecutivo vasco, el lehendakari Imanol Pradales le reconocerá por una dilatada vida pública marcada por compromiso con Euskadi. Una tarea que comenzó como presidente del preautonómico Consejo General del País Vasco, en el que relevó al socialista Ramón Rubial. Junto a él también serán homenajeados los entonces consejeros Pedro Luis Uriarte, Javier Lasagabaster y Pedro Miguel Etxenike.
Garaikoetxea pasará a la historia por ser el lehendakari que puso en marcha el edificio de la autonomía vasca, gracias al Estatuto de Gernika que negoció con el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, en pleno contexto de una Transición marcada por el miedo al ruido de sables y la irrupción dramática del terrorismo de ETA. Lo hacía en un país traumatizado por la crisis industrial, con un elevado desempleo. Euskadi era la primera comunidad que «como expresión de su nacionalidad» se constituía en autonomía dentro del Estado español de acuerdo con una Constitución que reconocía y actualizaba los derechos históricos de los territorios forales. «Se trataba de apuntalar un edificio en ruinas, el Estatuto sirvió para que el país tuviera recursos para afrontar esos déficits profundos y salir del expolio fiscal al que estaba sometido», señaló en su momento.
«A mi alrededor veía un campo de minas, de trampas envenenadas, pero el paso del tiempo lo cura todo»
Garaikoetxea fue uno de los artífices del Estatuto. Tras la aprobación de la Carta de Gernika el 25 de octubre de 1979, fue elegido lehendakari en las elecciones del 9 de marzo de 1980. El PNV ganó las elecciones con 349.102 votos, el 38,1% de los sufragios y 25 escaños.
La labor de Garaikoetxea durante estos cuatro primeros años como lehendakari se caracterizó por la institucionalización del País Vasco. La ilusión por el autogobierno recuperado flotaba en el ambiente.
Durante su primer gobierno se consiguió la recuperación del Concierto Económico, instrumento clave para sostener el autogobierno. Además se crearon Osakidetza, EiTB y la Ertzaintza.
Asumió en primera persona la puesta en marcha del autogobierno vasco en un contexto bien difícil, sin recursos
El 26 de febrero de 1984 tuvieron lugar las elecciones al Parlamento Vasco que dieron paso a su segunda legislatura. Garaikoetxea fue reelegido lehendakari, con un mayor porcentaje que cuatro años antes. El PNV obtuvo 451.178 votos, el 42,01% de los sufragios y siete parlamentarios más que en la legislatura anterior, 32.
La división interna
Las discrepancias internas entre el lehendakari y Xabier Arzalluz, presidente del EBB, y los órganos directivos del partido fueron en aumento durante su primera legislatura. La Ley de Territorios Históricos que debía acotar las competencias de las diputaciones forales y el Gobierno Vasco y la expulsión de toda la organización del PNV en Navarra potenciaron la crisis entre el lehendakari y el PNV. En diciembre de 1984 en la Asamblea Nacional del PNV, que se desarrolló con gran tensión, Garaikoetxea anunció que no aceptaba las directrices del partido, por lo que la asamblea le retiró la confianza, fórmula elegida para evitar la dimisión o la expulsión. «Tuve que renunciar porque vivía en un campo de minas, actué en conciencia», aseguró a DV hace unos meses. «Veía trampas envenenadas a mi alrededor, rodeado de deslealtades, pero el paso del tiempo lo cura todo», opinaba.
El desencuentro estaba servido en bandeja. Xabier Arzalluz anunciaba en verano que se alejaba del foco político totalmente y entonces entró en escena el que había sido alcalde de Azkoitia, Román Sudupe, que con los años sería diputado general de Gipuzkoa. Un inexperto Sudupe cogía entonces las riendas de un partido que estaba rompiéndose por dentro. «El problema no venía tanto de nuestros adversarios sino que desde dentro se fue gestando una oposición al equipo que yo dirigía desde Lehendakaritza y puedo asegurar que esas zancadillas eran bastante más dolorosas», admitía Garaikoetxea. Y destacaba que siempre dejó claro que se retiraría «en caso de división interna» y que nunca sería la manzana de la discordia. «Tuve que renunciar al final porque la situación se hizo insostenible», afirmó hace poco en su última entrevista en este periódico.
En enero de 1985 José Antonio Ardanza sustituyó a Carlos Garaikoetxea como lehendakari. Las tensiones intenas prosiguieron hasta la expulsión de la organización jeltzale en agosto de 1986 del sector encabezado por Manuel Ibarrondo, que impulsó el 4 de septiembre un nuevo partido EA (Eusko Abertzaleak), que posteriormente se llamaría Eusko Alkartasuna. Garaikoetxea y su corriente más próxima consumaron la escisión y pasaron al nuevo partido. El 30 de noviembre de 1986, sin apenas tiempo para organizar la formación, se celebraron las nuevas elecciones al Parlamento Vasco. Al frente de EA concurrió Garaikoetxea, obteniendo 181.175 votos, el 15,84% de los sufragios y 13 parlamentarios. Las diferencias, en el fondo, fueron más personales y territoriales que ideológicas aunque EA quiso revestir su proyecto de un discurso socialdemócrata de mayor firmeza en el terreno de la reivindicación nacional y de renovación en el ejercicio de la política.
Con la perspectiva del tiempo, la apuesta por el Estatuto fue un gran éxito para un país que estaba en una situación crítica
Entre el 3 y el 5 de abril de 1987 EA celebró su congreso constituyente en Iruñea, creándose un partido socialdemócrata e independentista vasco. Garaikoetxea fue presidente de EA hasta 1999.
Garaikoetxea estuvo presente en el Parlamento Vasco durante la IV, V y VI legislatura, desde 1990 hasta 2001. Durante estas tres legislaturas fue el portavoz de EA en el Parlamento. EA comenzó entonces un lento pero sostenido declive, en las elecciones de 1990 obtuvo 115.703 votos, el 11,83% de los sufragios y nueve diputados. En las de 1994, 105.136 votos, el 10,31% de los sufragios y ocho diputados. En las de 1998, 108.635 votos, el 8,69% de los sufragios y seis diputados. Garaikoetxea dejó la política activa en 1999, siendo sustituido al frente de EA por Begoña Errazti. Su partido hoy está integrado dentro de EH Bildu, aunque Garaikotxea no ha ocultado su conexión con los sectores más críticos con este proyecto, que advierten del desdibujamiento de las señas de identidad originales.
«Con la perspectiva del tiempo, la apuesta por el autogobierno vasco que hicimos fue un acierto completo porque partíamos de la nada», señaló hace pocos meses. En su día dijo que nunca seríar 'manzana de la discordia'. La escisión le obligó a enterrar ese propósito, pero el homenaje a los pioneros de mañana recupera su sentido.
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