El Gobierno foral PNV-PSE arranca una legislatura obligado a pactar cada iniciativa
El Ejecutivo de coalición tendrá que apoyarse en EH Bildu, PP o Podemos, dado que el 28-M perdió la mayoría absoluta con la que ha contado en la Diputación desde 2015
El escenario ha cambiado completamente en el Palacio foral de la plaza Gipuzkoa, sede del Gobierno de la Diputación. El Ejecutivo formado por PNV ... y PSE, con la jeltzale Eider Mendoza a la cabeza, ha arrancado la legislatura con la necesidad perentoria de pactar con la oposición si quiere que su gestión no se paralice. Y esto es así porque en las elecciones forales y municipales del 28 de mayo jeltzales y socialistas se dejaron en el camino miles de votos en Gipuzkoa, lo que se ha traducido en una disminución de procuradores en las Juntas Generales y la pérdida de la mayoría absoluta que les permitió gobernar con placidez en las dos legislaturas anteriores (2015-2023).
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El panorama actual dibuja unas Juntas formadas por 51 junteros, de manera que se requieren 26 para obtener la mayoría absoluta. El Ejecutivo cuenta con 24: 17 del PNV y 7 del PSE. El resto de escaños se los reparten EH Bildu con 22, PP con 3 y Elkarrekin Podemos con 2. Por tanto, la oposición suma dos procuradores más que el bipartito PNV-PSE.
Con este escenario, la investidura de Eider Mendoza como diputada general corrió serio riesgo. De hecho, lo logró gracias a que el PP le dio su apoyo a regañadientes, con el único objetivo de evitar que la candidata de EH Bildu, Maddalen Iriarte, accediera al cargo. El poco entusiasmo de los populares al dar este paso quedó reflejado en que solo un juntero del PP, de los tres con que cuenta en la Cámara foral, dio su apoyo a Mendoza. Una papeleta, eso sí, que valía toda una legislatura para PNV y PSE.
Ahora bien, ¿estarán los populares dispuestos a garantizar la estabilidad del bipartito los próximos cuatro años? No será fácil porque quedan heridas por cerrar. El PP se mostró dispuesto durante la campaña del 28-M a entrar en el Gobierno foral, pero tanto los jeltzales como los socialistas les dieron un portazo que todavía resuena. A este hecho se une la negativa del PNV a facilitar la investidura de Feijóo como presidente del gobierno.
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Con estos mimbres parece complicado tejer complicidades. Sin embargo, el reparto de puestos en la Mesa de las Juntas Generales ha permitido al PP ganar cierta cuota de representación al obtener la secretaría primera gracias a los votos de PNV y PSE, lo que podría ser una señal de deshielo. A ello se suma que ostentarán la vicepresidencia de la comisión de Derechos Humanos –presidida por EH Bildu– y encabezarán la de Cultura, Deportes, Cooperación y Juventud. De hecho, fuentes del PP consultadas por este periódico indican su disposición a llegar a acuerdos.
Además, los populares necesitan salir del ostracismo en Gipuzkoa y para ello precisan esgrimir logros tangibles para los ciudadanos, en lugar de enrocarse en la oposición.
Están molestos por el portazo a entrar en el Gobierno foral, pero siguen abiertos a pactars
El bipartito también tiene la alternativa de alcanzar acuerdos con EH Bildu. A priori aparecen muchas piedras en al camino, máxime cuando su candidata a diputada general, Maddalen Iriarte, pese a ganar las elecciones en Gipuzkoa, vio truncada su llegada al Palacio foral por el pacto PNV-PSE y el voto prestado del PP a su contrincante, Eider Mendoza.
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El resquemor entre jeltzales e independentistas ha quedado patente tras darse a conocer la semana pasada la sentencia que exonera a la Diputación liderada por Markel Olano (PNV) de haber cometido irregularidades en Bidegi. EH Bildu sacó a relucir este tema cuando gobernó en la Diputación, presentando una demanda judicial alegando que se habían realizado pagos por trabajos no realizados.
Mendoza se mostró muy dura con EH Bildu afirmando que el fallo judicial subraya el «descrédito» de quienes no tuvieron «ningún reparo a la hora de menoscabar a las instituciones guipuzcoanas, utilizando a la Diputación con la intención de dañar a quien consideraban su adversario político, valiéndose de datos erróneos y omisiones». El lehendakari en el debate de política general del jueves instó a la coalición a que pidiera perdón.
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Por su parte, EH Bildu lamentó en un comunicado el «cierre en falso del caso Bidegi» lo que, en su opinión, «supone hurtar a la ciudadanía su derecho a conocer la verdad y a un proceso con todas las garantías».
La sentencia de Bidegi que da la razón al PNV y el recurso de la coalición han complicado las relacione
Las espadas siguen en alto porque EH Bildu ha recurrido el sobreseimiento de la causa. Este toma y daca no es un buen comienzo para el acercamiento de ambas formaciones, pero también es verdad que EH Bildu necesita mostrar que es un partido que aspira a gobernar de nuevo Gipuzkoa. Para ello debe mostrarse pragmática y presentar iniciativas que salgan adelante, lo que requerirá pactar con el bipartito.
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La coalición independentista ha demostrado tener cintura, incluso para algunos hasta el contorsionismo, pactando en el Congreso con Pedro Sánchez y en Navarra facilitando la investidura de María Chivite. Así que no sería raro que en Gipuzkoa opten por situarse como una oposición constructiva.
No obstante, si las bazas de EH Bildu y del PP no resultan viables, al Gobierno foral le queda por explorar el acercamiento a Podemos. La formación morada obtuvo el 28-M un mal resultado, pasando de cuatro a dos escaños en las Juntas. No obstante, son suficientes para sumar con PNV y PSE los 26 que dan la mayoría absoluta en la Cámara.
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En todo caso, el bipartito tendrá que sudar para lograr apoyos de unos u otros cada vez que quiera sacar adelante sus iniciativas. A este escenario hay que añadirle dos elementos claves, la posibilidad de que se repitan las elecciones generales en enero y la proximidad de las autonómicas, con un nuevo choque entre PNV y EH Bildu. Un campo embarrado a la hora de aspirar a pactos.
Primer pleno
La primera cita que servirá para tantear la posición de cada grupo tendrá lugar el próximo miércoles, en el primer pleno de la legislatura. EH Bildu ha presentado dos interpelaciones, Podemos otras dos y el PP una. En esa sesión se podrán atisbar las posibles complicidades o desavenencias.
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Ahora bien, la verdadera piedra de toque serán los presupuestos de 2024. Los contactos del gobierno con los grupos deberán iniciarse en breve dado que el plazo para presentar las cuentas finaliza el 31 de octubre. Los departamentos ya están trabajando en su elaboración, aunque para darles el visto bueno antes deberán conocerse las previsiones del Consejo Vasco de Finanzas, que se reunirá a mediados del mes que viene.
Los retos de Adinberri, Mubil y la pendiente reforma fiscal
La Diputación tendrá que afrontar retos de gran calado, el primero de ellos el del envejecimiento de la población. El proyecto estrella será el centro especializado Adinberri, en Pasaia, pero también la renovación o construcción de nuevas residencias en Zarautz, Irun, Ordizia o Urnieta. Otro proyecto irrenunciable será el desarrollo de Mubil, en Zubieta, cuyo objetivo es situar a Donostia en la vanguardia del desarrollo de baterías para su uso en vehículos no contaminantes. Todo ello no será posible sin disponer de recursos. De ahí que el Gobierno foral deberá afrontar una reforma fiscal que tendrá que coordinarse con el Gobierno Vasco, Bizkaia y Araba. En esta de línea de lograr mayores ingresos, en la Diputación guipuzcoana se ha abierto el debate para reclamar al Estado poder de decisión en la gestión del IVA.
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