GKS reactiva una ofensiva ideológica para explicar su proyecto en 43 municipios

Este movimiento anticapitalista, de hecho, ha elaborado un calendario de presentaciones de su proyecto político, dirigido a reactivar la «conciencia proletaria» de «los jóvenes trabajadores» para sacudir el tablero y buscar un revulsivo de «certezas» en estos tiempos de liquidez total en los que la histórica izquierda abertzale ha entrado de lleno en el juego institucional. La pretensión pasa por socializar su estrategia, de una considerable densidad teórica para estos tiempos fugaces y efímeros del tuit. En total, la hoja de ruta contempla actos hasta en 43 municipios de Euskadi y Navarra. Una parte de los mismos ya se han llevado a cabo, aunque aún queda por celebrarse 28 reuniones.

La primera asamblea se desarrolló el 13 de octubre en Bergara y la última tendrá lugar el 4 de noviembre en Llodio. Mañana se celebrará en San Sebastián, a las 18.00 horas en la cripta del edificio de la Biblioteca Municipal, en la Parte Vieja de San Sebastián.

El colectivo juvenil de Mugimendu Sozialista retoma la iniciativa después de que en julio sus Topaketak en Durango afianzaran una considerable capacidad de convocatoria y diseñaran una propuesta para los próximos tiempos que marca claras distancias con la izquierda abertzale –EH Bildu y Sortu– a la que reprocha haber entrado en una dinámica reformista e institucional, alejada de la defensa de la clase obrera. En su seno, además, vuelve a recobrar protagonismo Ikasle Abertzaleak, su marca estudiantil, que lidera movilizaciones en las facultades universitarias este otoño.

En su propuesta, el movimiento GKS acentúa un discurso dialéctico de contestación clara al capitalismo, «que está sumido en plena crisis y está adoptando una forma cada vez más autoritaria: paro estructural, conflictos militares, aumento del control social o destrucción medioambiental».

El proyecto considera que «la clase media se está proletarizando y polarizando, y las condiciones de trabajo y de vida de la clase trabajadora van empeorando constantemente. Todo esto también nos repercute de forma notable a los jóvenes trabajadores: los bajos salarios, los trabajos temporales, los contratos de prácticas, la inflación, etcétera, nos llevan a un modelo de vida cada vez más pobre».

El marco de este proceso es también el pulso que en los últimos meses libra GKS con otras organizaciones de la izquierda abertzale, a las que critican por negarles a reconocer su propio espacio «socialista». Así, la propuesta cristaliza después de un verano en el que este colectivo ha mantenido un enfrentamiento con las organizaciones de la izquierda abertzale por los espacios festivos y las txosnas.

La adscripción de GKS –que no forma parte de la izquierda abertzale– en un movimiento de condición internacionalista y comunista y su alejamiento del imaginario abertzale clásico enmarcan este debate en algunas de las históricas coordenadas que en su día tuvieron los enfrentamientos entre los sectores más nacionalistas y los más obreristas y españolistas en el seno de la izquierda rupturista vasca. La historia, ya lo pronosticó Carlos Marx, no se repite, pero a veces rima.